Estamos en momento de elecciones. Elaboración de programas, publicación de propuestas, promesas, debates… ¿qué representación tiene la infancia en todo esto? En España viven 8,2 millones de niños y niñas, una parte de la población relevante. Sin embargo, el adultocentrismo que caracteriza a nuestra sociedad nos impide verlo y tenerles en cuenta. Ni las medidas propuestas ni la cantidad y calidad de las medidas que se proponen son suficientes para asegurar el cumplimiento de los Derechos de la Infancia y, mucho menos, cuentan con su voz.
En ocasiones esta falta de escucha responde realmente a una falta de interés, pero, también es cierto, que muchas veces hay una falta de aptitudes para la escucha. Por ello, desde la campaña Activa la Escucha y con financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, se ha elaborado una guía de recomendaciones para la escucha activa a niños, niñas y adolescentes desde las administraciones públicas.
La guía “¿Cómo contar con la voz de la infancia y la adolescencia en la toma de decisiones?” es producto de un proceso participativo llevado a cabo por chicos y chicas de distintos territorios de España a través de sus centros educativos. Con esta guía se pretende promover la influencia y el protagonismo de chicos y chicas en la toma de decisiones de los asuntos que les afectan y en la defensa de sus derechos.
Las primeras ideas nacieron del Buzón de la Escucha cuyas conclusiones fueron analizadas por el Consejo de la Escucha – formado por representantes de los Clubs de la Escucha-.
La mayoría de los participantes, un 73.79 %, nunca han realizado propuestas de mejora en su municipio. ¿Por qué? Las respuestas son variadas, desde falta de confianza, hasta falta de oportunidades o porque no se les había ocurrido. También piensan que… las personas adultas no vamos a escuchar así que… ¡para qué participar!
Así es, el 42 % de los chicos y chicas que respondieron al Buzón de la Escucha piensan que sus ideas no se tienen en cuenta. Es difícil motivarse a participar si crees que no sirve para nada. ¿No nos pasa también a las personas adultas?
Sin embargo, hay una puerta abierta a la participación porque chicos y chicas dicen que sí, que quieren ser consultados sobre los cambios que les afectan. ¿Se ha consultado alguna vez a los chicos y chicas sobre los cambios de jornada en los centros educativos? ¿Y sobre el menú de los comedores? ¿Les preguntamos qué recursos les gustaría tener en el patio para jugar? La participación de chicos y chicas es posible y necesaria, y más aún en los asuntos que más relacionados están con su vida y con su día a día.
“Creo que nos deberían tener en cuenta en todos los programas” nos contestó uno de los chicos participantes. Chicos y chicas no tienen una buena imagen de los representantes políticos, les sienten lejanos y tienen una gran desconfianza hacia ellos. La desafección política es muy fuerte entre este colectivo, pero su participación es clave para la democracia y para su propio desarrollo. Por eso, en la guía recomendamos “las tres C” para mejorar la imagen mutua y la capacidad de influencia de chicos y chicas:
Este es el inicio para que personas adultas promovamos la participación. La guía profundiza en cada uno de los tres aspectos, habla de temas especialmente relevantes para la infancia – como la violencia- y ofrece recomendaciones para hacer una correcta rendición de cuentas.
Te invitamos a leerla y compartirla en tu entorno.
Hoy es el mejor día para empezar a promover la escucha.
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