noviembre 08, 2019
Hacer que la pobreza y la desigualdad dejen de ser coletillas asociadas a la infancia es uno de nuestros principales objetivos, y entendemos que debe ser un reto compartido por la Administración y por la sociedad en general. En esta línea, enfocamos nuestros programas y proyectos para reclamar la igualdad de oportunidades presentes y futuras como condición básica de una vida digna y de pleno desarrollo de niños y niñas.
El primer paso en este formidable reto es conocer y visibilizar la situación real que vive la infancia en nuestro país, así como su evolución y avances o retrocesos. Pero, ¿cómo podemos mostrar una fotografía que revele la realidad de un colectivo tan grande y tan variado? La forma más directa es a través del trabajo diario con niños y niñas, con otras entidades de infancia, con colegios y con comunidades, y a través de las opiniones, demandas y peticiones de los propios niños y niñas. Además, completamos este diagnóstico de la pobreza y la desigualdad infantil con datos e informes, ya sean a través de investigaciones y estudios propios como de otras entidades de prestigio, como Universidades o centros de investigación.
Al estudiar los números, datos y cifras vemos cómo muchas veces los promedios esconden
grandes desigualdades. En este sentido, en el análisis de la
Encuesta de Condiciones de Vida del INE llama la atención la desigualdad en los indicadores a nivel territorial, revelando que el lugar de residencia de niños y niñas influye en el ejercicio de sus derechos y su bienestar.
Para acercarnos a la realidad de niñas y niños necesitamos acotar al máximo los distintos contextos y realidades en las que viven. Además de los distintos índices de riesgo de pobreza por comunidades autónomas, los promedios estatales tampoco muestran las diferencias en otros aspectos como no poder permitirse al menos una
semana de vacaciones al año, no tener acceso a una
alimentación adecuada, o no poder hacer frente a
imprevistos. Estas diferentes realidades deben ser el primer punto a tener en cuenta para actuar con la máxima eficacia posible y disminuir la brecha de desigualdad.
Evolución
Si analizamos cómo ha evolucionado la pobreza infantil en los últimos años vemos que su ritmo de reducción -1,8 puntos respecto al año pasado- ha sido y es muy lento. En aspectos como la posibilidad de irse a vacaciones la situación ha empeorado, afectando a uno de cada tres niños y niñas (33,3%). Es importante subrayar que, en muchos casos, esta falta de ocio vacacional está asociada a otros aspectos como el
aislamiento, la
soledad, la
desprotección y los
malos hábitos nutricionales, tal y como alertamos en 2018 denunciando la existencia de alrededor de 580.000 niños y niñas que pasaban las tardes en casa solos (Los otros niños de la llave, 2018)
Una dura realidad se aprecia también cuando comparamos la infancia con los otros grupos de edad. Es el
colectivo más castigado por la pobreza y la exclusión social, ya que afecta a un 29,5% de los menores de 18 años. La franja de edad entre 18 y 64 años presenta un 27,6% de riesgo de pobreza y exclusión social, mientras el colectivo de mayores de 65 años, a pesar de que ha aumentado respecto al año anterior, se sitúa en el 17,6%. Esto significa que en España 2.463.831 niños y niñas no tienen garantizado su bienestar material así como otros aspectos básicos de su desarrollo emocional y social, como la posibilidad de hacer frente a imprevistos o el acceso a una alimentación adecuada.
¿Qué exigimos desde Educo?
Para hacer frente a los distintos efectos provocados por la pobreza, Educo exige a las administraciones que la
infancia sea una
prioridad en todos los niveles y políticas públicas, y que se garanticen sus derechos independientemente del contexto o la realidad que le rodee. Algunas de las medidas concretas son el
aumento de la inversión real en políticas de infancia hasta alcanzar el promedio del 2,4% del PIB; el incremento de la
prestación universal por hijo a cargo hasta llegar a los 1.200 euros anuales; y el
seguimiento y evaluación del impacto de las políticas de infancia llevadas a cabo.
Entre las medidas llevadas a cabo por la Administración para hacer frente a la pobreza de la infancia consideramos de gran importancia la prestación por hijo a cargo. El pasado mes de julio (2019) se empezó a hacer efectivo el incremento de la prestación por hijo a cargo, pasando de 291 a 340 euros anuales. Desde Educo consideramos este aumento económico
necesario y al mismo tiempo
insuficiente para hacer frente a un fenómeno complejo como el de la pobreza infantil, aunque esperamos que incida en la resolución del problema. Esperamos asimismo que en los presupuestos de 2020 se recoja un mayor incremento de esta prestación hasta llegar a los 1.200 euros anuales. Recordemos que, a nivel europeo, España sigue ocupando por desgracia uno de los primeros puestos en pobreza infantil, junto a países como Bulgaria o Rumanía.
Entendemos asimismo que para reducir la pobreza infantil se requieren acciones específicamente dirigidas a revertir esta situación y una mayor
coordinación entre las distintas administraciones y comunidades autónomas, compartiendo experiencias, sobre todo las que consiguen buenos resultados en la reducción de la pobreza infantil.
Desde Educo, al mismo tiempo que visibilizamos la situación de la infancia y denunciamos la vulneración de sus derechos, llevamos a cabo distintos programas y proyectos de acción social. En este sentido, con el objetivo de garantizar el derecho al ocio y tiempo libre durante el verano, iniciamos en el año 2013 el programa de Becas Comedor Verano, junto a más de 70 entidades y más de 1.000 niños y niñas. Asimismo, en esta línea, aplaudimos la puesta en marcha de programas como el VECA, impulsado el año pasado por el Alto Comisionado de Lucha contra la Pobreza Infantil para hacer frente al olvido de la infancia más vulnerable durante la época veraniega, pero sobre todo insistimos en la necesidad de coordinar los programas para reducir la brecha de la desigualdad en la infancia y no condenarla también a un futuro en desigualdad.
Queremos un Gobierno que no deje a la infancia atrás.
* Todos los datos contenidos en este artículo corresponden a información solicitada al Instituto Nacional de Estadística INE, 2019
** La Tasa AROPE mide los ingresos económicos, la intensidad laboral del hogar y otros nueve indicadores de carencia material, como la imposibilidad de comer carne, pollo o pescado cada dos días o la imposibilidad de irse de vacaciones con su familia al menos una semana al año
Derechos de imagen: Rafa Cabal