abril 08, 2021
Como ONGI que trabajan en
Myanmar, condenamos el uso generalizado de la violencia mortal contra la población civil por parte del ejército de Myanmar.
Nos preocupa profundamente que desde el 1 de febrero de 2021
hayan muerto 550 civiles, entre ellos 46 niños y niñas. Esta violencia se intensificó aún más el sábado 27 de marzo, cuando al menos 114 personas murieron en un solo día.
Ese mismo fin de semana, el ejército de Myanmar lanzó
ataques aéreos en el Estado de Kayin/Karen, que mataron a civiles y obligaron a unas 10.000 personas a huir de sus hogares. Estos horribles actos de violencia deben cesar inmediatamente.
Estamos profundamente preocupados por las
graves consecuencias humanitarias de esta crisis. Los obstáculos para acceder a los servicios sanitarios vitales para las personas heridas, o para las personas con enfermedades crónicas, aumentan el riesgo de deterioro a largo plazo, y representan un reto más para la respuesta ante la COVID-19. La ocupación de instalaciones educativas y sanitarias en todo el país merma el derecho a la educación y la salud.
Renovamos nuestro
llamamiento a las fuerzas armadas y a la policía para que se abstengan de toda forma de violencia contra la población civil, las personas que manifiestan pacíficamente, periodistas y personal de los medios de comunicación, y para que respeten los derechos humanos fundamentales de toda la población de Myanmar, incluida la libertad de reunión pacífica, la libertad de expresión y la libre circulación de la información.
Mantenemos nuestro
compromiso de trabajar con nuestros socios de la sociedad civil y de apoyar a las comunidades con la ayuda que necesitan urgentemente para responder a sus necesidades básicas inmediatas y con programas que generen una mayor resiliencia a largo plazo.
La crisis política está creando
nuevas vulnerabilidades, aumentando las necesidades humanitarias y profundizando la pobreza en todo el país. Deben protegerse las vidas, los medios de subsistencia y los derechos de los civiles.
Instamos urgentemente a todos los
actores clave que utilicen todos los canales, foros y medios diplomáticos posibles para:
- Garantizar la protección de la población civil frente a la violencia indiscriminada, y proporcionar refugio y protección a quienes huyen en busca de seguridad, de acuerdo con el derecho internacional.
- Respetar y facilitar el acceso sin impedimentos a la asistencia humanitaria para las comunidades necesitadas en todo Myanmar.
- Encontrar urgentemente una solución pacífica a esta crisis, junto con la población de Myanmar.
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