La infancia y la escuela, dos actores claves en la prevención de la violencia

abril 15, 2021

Esta mañana quedaba aprobaba en el Congreso la nueva Ley Orgánica para la Protección Integral de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI). Una gran noticia, sin duda, y un paso trascendental para la mejora de la protección de la infancia y adolescencia en España. Un paso muy importante, pero no el definitivo, a falta de la ratificación del texto por el Senado que deseamos se dé con la mayor agilidad posible.

Desde Educo nos sentimos orgullosas de haber podido participar en este trámite, no obstante, sabemos que el trabajo debe continuar con la incidencia en los instrumentos que penden de esta ley y que van a permitir una implementación eficaz.

Ya a finales de 2019, presentábamos el informe “Érase una Voz”, un estudio donde niñas, niños y adolescentes daban su visión sobre la violencia ejercida contra ellos. En esta consulta, un dato nos llamaba enormemente la atención: “un 54.2% de los niños consultados, afirmaban que los centros educativos son de los espacios que consideran menos seguros”.

En este sentido y enfocándonos en este espacio educativo que son los centros escolares, la LOPIVI introduce una figura interesante que puede contribuir a alcanzar mejoras significativas para aliviar el fenómeno de la violencia hacia a la infancia.

Se trata de la figura del coordinador de protección y bienestar (Art. 33.2) que se introduce en la Ley y que desde Educo defendemos es preciso desarrollar en cuanto al alcance de sus funciones. La oportunidad que esta figura puede brindar a la infancia de ser protagonista de su propia protección no tiene antecedentes, pero necesita mejorar para ser efectiva en este aspecto. Ya esta figura del coordinador de protección y bienestar se incluía en la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE) reconociendo e impulsando así la función protectora de los centros educativos. 

Educo presentó, durante el proceso de enmiendas a la Ley contra la Violencia, la necesidad de aprovechar esta oportunidad a nivel legislativo para asegurar que la infancia es escuchada y atendida y fortalecer su protagonismo y participación para el refuerzo de su protección.

Para ello, no debemos menospreciar el valor que pueden tener las opiniones de niñas y niños para la identificación y prevención de distintas situaciones de violencia, no solo la violencia entre iguales que se puede dar en el entorno escolar sino también situaciones como el ciberacoso, la violencia sexual o la violencia intrafamiliar. 

Asimismo, es vital la participación de niños y niñas en la gestión y resolución de situaciones de conflicto en el centro escolar mediante el refuerzo de los vínculos afectivos entre las personas implicadas y afectadas. 

Muchas de las problemáticas que se dan entre la infancia en los entornos escolares no son visibles para el mundo adulto y para que sí lo sean y se logre que el espacio escolar sea efectivo en cuanto a la protección de nuestra infancia es preciso que estos participen en espacios internos que ayuden a detectar esos lugares ciegos para el mundo adulto. 

Las mejoras legales son siempre bienvenidas y son síntomas de una sociedad que reflexiona y evoluciona. Sin embargo, en este caso y en lo relacionado a la participación de la infancia, consideramos que no debemos dejar pasar la oportunidad, el texto debe mejorarse a través de estrategias específicas en las administraciones competentes. 

No olvidemos, por otro lado, que para que esta nueva legislación sea efectiva es preciso dotarla de un presupuesto acorde a la necesidad existente que permita desarrollar todo aquello que propone. 

Desde Educo seguiremos incidiendo para que los instrumentos operativos que pendan de esta Ley concreten y amplíen las responsabilidades de esa figura de coordinador de protección que tanto celebramos.

Por eso, te pedimos que apoyes nuestra petición. La infancia no puede esperar más tiempo.
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