Tras dos meses desde la aparición de los primeros casos de coronavirus,
Burkina Faso ha registrado 751 contagios y 49 muertes, unas cifras que muestran, al igual que en todo el continente africano, una progresión mucho más lenta del ritmo de contagios que la que se dio y se está dando en China, en la mayoría de los países de Europa o en Estados Unidos.
Una de las razones de esta lentitud en la propagación puede ser que el Gobierno –los gobiernos africanos, en general–
puso en marcha rápidamente medidas como el cierre de las fronteras, el confinamiento de la población o la prohibición de reuniones de más de 50 personas, entre otras, para detener los contagios.
Las escuelas están cerradas y los responsables de educación están impartiendo algunas asignaturas a través de la radio y la televisión. La escasez de agua limpia es uno de los desafíos que enfrenta el país, ya que
la población tiene dificultades para acceder a fuentes de agua limpia. Así, lavarse las manos con agua y jabón, usar mascarilla y mantener la distancia social son medidas en muchas ocasiones imposibles de aplicar.
En este sentido, desde el equipo de Educo en Yatenga, la provincia de la región del Norte de Burkina Faso donde llevamos a cabo nuestros proyectos a favor de la infancia, estamos promoviendo
el uso de mascarillas, la instalación de puntos de lavado de manos y la distribución de jabón. En el Centro de Recuperación y Educación Nutricional, en la localidad de Ouahigouya ya hemos instaurado estas medidas de protección ante el virus. Aquí, tratamos a niños y niñas menores de cinco años afectados de malnutrición y ofrecemos a sus madres educación en temas de alimentación infantil, higiene y atención a la primera infancia.
Por otra parte, hemos entregado
dispositivos de lavado de manos y cajas de jabón a 25 organismos de administración pública como prefecturas, ayuntamientos y direcciones provinciales para contribuir a la lucha contra la propagación del Covid-19 entre la población burkinesa.
También hemos realizado un primer
reparto de productos de alimentación entre las familias de los niños y las niñas apadrinados que estudian en las escuelas de Yatenga con las que colaboramos ya que, con las restricciones a la movilidad y al contacto social, las familias están viendo limitadas sus opciones de acceder a alimentos básicos como el arroz, el pescado seco, la yuca y el aceite.
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