Todo el mundo sabe ya, o al menos supone, que tener una tele en el cuarto de los niños puede conllevar a una disminución en la calidad y sobre todo en la cantidad del sueño de éstos. Es de cajón, la tele engancha, nos engancha a los adultos y a los niños los hipnotiza y dejarles barra libre de televisor es, cuando menos, arriesgado. Entre una de las funciones más feas de los padres está la de controlar los tiempos de consumo de televisión, sobre todo nocturna. Si no se la pones en su cuarto, es mucho más fácil.
En la era de los portátiles, los smartphones y las tablets, lo de controlar que no vean la tele a partir de las diez está bien, pero, ja, si no estás atento se ríen en tus barbas. Vale, a partir de las nueve no hay tele, se van a su cuarto a leer... y se llevan el teléfono. A veces es peor el remedio que la enfermedad.
Un estudio publicado en
Pediatrics asegura que
no sólo la televisión influye en el sueño infantil, sino que también las 'pantallas pequeñas', como las de tablets o smartphones, pueden disminuir la calidad y la cantidad del sueño de nuestros hijos. Según el estudio hasta 20 minutos menos de sueño duermen los niños que tienen videojuegos en el cuarto. Un asunto difícil de gestionar.
Mi hijo está enganchado a la consola
Cuando los niños son pequeños es sencillo. Si el teléfono es tuyo, son tus normas y tus normas pueden incluir no dejárselo. Es bastante fácil. Los niños pequeños no suelen pedir nada que no estén viendo o no conozcan, así que cuanto más retrases su exposición a televisores, ordenadores, etc. más fácil será controlarlo.
La cosa se complica con niños un poco más grandes, claro. Restringir el acceso a pantallas, grandes o pequeñas, puede complicarse si algunos de estos aparatos son suyos. Negociar todo lo que se pueda suele venir bien, sobre todo si explicas convincentemente que no dormir es perjudicial para la salud. Siempre se puede llegar al acuerdo de que los teléfonos, las tablets y demás cacharros no se acuestan con nosotros, y, ahora que no nos oye nadie, si lo cumples tú
también dormirás mejor.
En cambio controlar los hábitos de los adolescentes puede ser una tarea más compleja. Lo mejor para tratar estos temas con adolescentes es
confiar en ellos. A ciertas edades uno ya es consciente de que si se pasa la noche jugando con la consola al día siguiente no da pie con bola. Aunque, recuerda, a ciertas edades también los chavales tienen más aguante. Dejar que los chicos se gestionen solos en algunos temas es mejor que estar todo el día encima. Si quiere irse a dormir mirando el W
hatsapp, pues no pasa nada, con según qué edad no poder mirarlo a veces te quita más el sueño.
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Laura4Smith,
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