La imagen que vemos cuando pensamos en niños competitivos suele ser la de un pequeño que no lleva nada bien perder, se enfada, grita, se inventa excusas e incluso hace trampas para conseguir llegar el primero. Este comportamiento negativo es algo que debemos enseñar a los niños a evitar. Pero
hay características de la competitividad que resultan positivas e incluso son beneficiosas. ¿Cuáles son y
cómo podemos enseñar a los pequeños a cultivar una competitividad sana, sin perder las formas? Aquí en Cuaderno de Valores te lo contamos.
Sylvia Rimm, psicóloga y directora de Family Acheivement Clinic en Ohio, asegura que
la mayoría de los niños desean destacar en algo, ya sea una actividad creativa, deportiva o académica. Y eso está muy bien y habría que cultivarlo. Sin embargo hay que saber cómo, para que tus hijos aprendan a saber perder y a disfrutar de la actividad,
poniendo el énfasis en el proceso, no en el resultado.
En familia
Para un niño, la competencia más difícil de afrontar viene con la llegada de un hermanito o hermanita. En la mayoría de los casos, los niños se sienten destronados, celosos y se comportan de manera irracional porque, a pesar de sentirse fuera de juego, se les motiva a que esté contento y feliz.
Por eso
es importante ofrecerles cariño y pasar tiempo a solas con ellos. Y hacerles saber que él o ella no son menos importantes sino ahora lo son incluso más.
“El bebé no sabe hacer nada. En cambio, tú sí. Puedes jugar, correr, leer…” Valora todo lo que ya ha aprendido a hacer solito y no dejes de planificar actividades para compartir con él o sus amigos.
Algunas familias son más competitivas que otras y mientras los niños de la casa se esfuerzan en conseguir sus metas y destacar en sus objetivos, habría que revisar el concepto de ganar.
Si solamente les valoramos cuando llegan los primeros, no solo se frustrarán cuando no lo consigan, sino que aumentará su nivel de estrés y posiblemente se les quiten las ganas de participar si no se siente con ventaja.
Los expertos incluso recomiendan que los niños participen en actividades en las que no destacan para animarles a aprender algo nuevo y empezar a cultivar la empatía.
En el cole
La resiliencia es una herramienta fantástica y una que podrán seguir cultivando a lo largo de sus vidas. Si te suena esta palabra pero no sabes exactamente lo que significa, es
la capacidad para sobreponerse a situaciones adversas, como el perder. Si les enseñamos,
a través del ejemplo, a saber perder y asumirlo como una experiencia aprendida, los niños serán capaces de identificar los problemas, re-programar sus metas, esforzarse aún más y crecer.
Como somos el espejo en el que se miran, ten cuidado al reaccionar cuando pierdes o te enfrentas a una situación adversa. ¿Le echas la culpa a los demás? ¿Tiendes a estar serio o te ríes de ti mismo? ¿Te sientes amenazado o inseguro? ¿Te haces la víctima?
Cómo enseñar a los niños a competir de manera sana
Cuando hables con tus niños es importante hacerles entender que no pueden ganar siempre, que perder no significa ser inútil o idiota y por último, siempre pueden mejorar si realmente quieren destacar. Por eso hay que
crear una buena relación con nuestros hijos y saber hablar con ellos y escucharles. Recuerda, nunca hemos de forzarles a sacar adelante proyectos o a participar en actividades que no les gustan.
Otra manera de inculcar una competencia sana es admirando a otros. “Fíjate como corre ese chico. Que gusto dar verle.” O “esa niña tiene una buena cabeza para sacar tan buenas notas. Me pregunto si tiene algún método especial para estudiar.” La admiración por otros nos ayuda a combatir ese sentimiento de celos y a querer aspirar a mejorar.
Ideas y actividades para fomentar la competencia sana
- Jugar a juegos de mesa para descubrir cómo reaccionan al ganar o perder. ¿Un consejo? No siempre les dejes ganar.
- No sientas pena o no lo demuestres, cuando pierdan.
- Nunca pongas el enfoque en el ganar, sino en participar.
- Si sienten miedo de probar algo nuevo, no les fuerces a hacerlo. Pero tampoco dejes de jugar tu. Quizás se anime cuando vea al resto de la familia o al grupo de amigos pasarlo bien.
- Enséñales a reírse de si mismos, empezando por ti.
- Los deportes suelen ser una buena base para aprender lo que es el trabajo y el esfuerzo en equipo. Si tu hijo tiene problemas perdiendo, motívale a participar de algún deporte en el se practique el respeto, el esfuerzo común y las reglas.
- No compares a tus hijos con otros ni utilices palabras como: “el mejor, el más grande, el primero…”. Si no has tenido la oportunidad de leer “Demasiados Elogios pueden hacerles daño” no dudes en hacerlo.
- No poner metas muy altas y siempre anímales a seguir mejorando o esforzándose. Ashley Merryman, autora de "Top Dog: The Science of Winning and Losing," asegura que los padres que sobre protegen a sus hijos y les protegen de la posibilidad de perder es lo peor que pueden hacer.
- Que tu amor por ellos no esté condicionado con sus triunfos, por muy grandes o pequeños que sean. Debemos aceptarles y quererles por quienes son, no por lo que queremos que sean.
Recuerda que los niños también aprenden al perder.
Derechos de imágenes:
Andreas Kontokanis,
Lotzman Katzman.
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