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25N, luchando contra los diferentes rostros de la violencia contra las niñas

25N, luchando contra los diferentes rostros de la violencia contra las niñas

noviembre 25, 2021
Guiados por nuestra misión de promover sociedades justas y equitativas que garanticen los derechos y el bienestar de niños y niñas, en Educo trabajamos por un mundo en el que cada niño y niña, sin discriminaciones de ningún tipo, tenga el derecho y la oportunidad real de desarrollar todas sus capacidades para el ejercicio de sus libertades.
 
Sin embargo, la realidad nos muestra que buena parte de las limitaciones que tienen las niñas y niños para el cumplimiento de los derechos de la infancia, en cualquier lugar del mundo, vienen determinadas por razón de género. La inequidad basada en género, presente en todas las sociedades, es con diferencia la más extendida y la que afecta a una mayor proporción de la población infantil y de la población mundial, más que cualquier otra forma de inequidad.
 
Todavía hoy, a lo largo y ancho de todo el mundo, las mujeres y las niñas siguen disfrutando de menores oportunidades de desarrollo personal que sus compañeros varones. Niñas y mujeres, de cualquier rincón del planeta, siguen encontrando serias dificultades para el ejercicio de sus derechos, cuando no les son negados, en salud, en educación, en participación social y política, en autonomía y bienestar económico, en una vida libre de violencia… poniendo sus vidas en peligro, con frecuencia. 

Actualmente, según la UNESCO, de los 57 millones de niños en edad de cursar la enseñanza primaria que no van a la escuela, más de la mitad, 31 millones, son niñas. Cada año, 14 millones de adolescentes se convierten en madres, según la Word Health Organization, y en todo el mundo una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, según ONU Mujeres. Pero además, en 37 países no se juzga a los violadores si están casados o se casan posteriormente con la víctima. 

La violencia contra las mujeres y las niñas, expresión de la desigualdad de género, es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo. El progreso en la protección de los derechos de las mujeres y las niñas y los avances en el fin de la discriminación por razón de género y en la eliminación de la violencia contra niñas y mujeres siguen siendo demasiado lentos. Una vez más, hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, tenemos que seguir hablando de esta lacra.

Diversas expresiones de violencia contra las mujeres

La violencia contra niñas y mujeres abarca desde la violencia psicológica, física y sexual que en muchos casos es ejercida en el propio seno de la familia y la comunidad hasta aquella que tolera o incluso perpetra el estado. Porque la violencia de género tiene expresiones muy diversas. Desde las más sutiles y cotidianas, como comentarios, imágenes y comportamientos denigrantes que en ocasiones pasan desapercibidas y que, sin embargo, sustentan los casos más extremos y mediáticos de la violencia contra la mujer, como el feminicidio o la trata y explotación sexual de niñas y mujeres.

El maltrato psicológico y/o físico que sufren las mujeres por parte de parejas o exparejas sentimentales es violencia. El embarazo de una niña, de una adolescente, es violencia. La subrepresentación de las mujeres en los espacios de decisión es violencia. La brecha salarial de género es violencia. La mutilación genital femenina es violencia. Obviar sistemáticamente las opiniones de las mujeres es violencia. El matrimonio de niñas es violencia. El control ejercido sobre las adolescentes por parte de sus parejas es violencia. La trata de niñas y mujeres es violencia. El sexting no consentido es violencia. El que prioricen la educación de tu hermano a la tuya, niña, es violencia. El acoso sexual en el trabajo es violencia. El tener que quedarse en los márgenes del patio escolar porque la mayor parte del mismo lo ocupa el campo de fútbol es violencia. El que las mujeres dediquen, de media, sistemáticamente y en todos los rincones del planeta más horas que los hombres a las tareas domésticas y de cuidado es violencia. Sentir miedo de volver a casa solas de noche es violencia. El que una niña no tenga tiempo para jugar y correr porque tiene que cuidar de sus hermanos menores es violencia. Y el que tenga que dejar la escuela porque se casa y tiene hijos, también. Todo eso, y más, es violencia contra las niñas y las mujeres.

Todas estas situaciones no son más que diferentes rostros de una misma violencia. Una violencia que hunde sus raíces, en todos los casos, en un sistema de relaciones y de poder desigual que sitúa a las mujeres en posición de desventaja con respecto a los hombres, un sistema que subordina a las mujeres, a las niñas.

En Educo trabajamos por la igualdad de género como un objetivo fundamental para luchar y eliminar la violencia contra las niñas y contra las mujeres. Promovemos la participación, la organización y el empoderamiento de las niñas, de las mujeres y de sus organizaciones. Lo hacemos a través del proyecto de protección de niñas trabajadoras domésticas de Mali, a través de las Casas de Encuentro Juvenil de El Salvador, luchando contra la trata y tráfico de personas con fines de explotación sexual comercial en Bolivia, luchando contra el matrimonio infantil en India y también contra la violencia de género que sufren las niñas y mujeres roghinyas en el campo de refugiados de Cox’s Bazar.

Estereotipos y roles de género

Pero no nos olvidamos de los niños y de los hombres. Los estereotipos y roles de género se transmiten a través de la familia, en el cole, en el barrio y la comunidad, a través de la tele, los anuncios… Estereotipos que todas las personas interiorizamos y que contribuyen a perpetuar las desigualdades que generan violencia. De ahí que en nuestros proyectos contemos también con los hombres y apostemos por promover modelos de masculinidad alternativos, diversos e igualitarios desde los primeros años de vida, como en nuestros proyectos de primera infancia. 

Trabajamos con las familias, con las comunidades y barrios y con la sociedad en su conjunto, porque la violencia contra las niñas y las mujeres nos concierne a todas y todos, como personas individuales y como sociedad. Los estereotipos y roles de género condicionan no solo actitudes y comportamientos individuales y colectivos también permean las instituciones. Son estas, las instituciones públicas, quienes tienen la responsabilidad última de garantizar el derecho de todas las personas a una vida libre de violencias. Por esta razón, en Educo trabajamos de manera coordinada con las autoridades, fortaleciendo sus capacidades, para que las políticas públicas que implementan sean sensibles al género y para que desarrollen, asimismo, las políticas específicas de género necesarias para eliminar la violencia contra las mujeres y reducir las brechas de género.

Como organización con clara vocación por la Educación, creemos firmemente en ella como principal herramienta para el cambio de patrones y estereotipos de género, como principal herramienta, en definitiva, de transformación social y de lucha contra la violencia. Porque solo educando desde la raíz lograremos no tener que volver a celebrar otro 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.


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25 de noviembre , brecha de género , Derechos , derechos humanos , educación , España , género , gobernanza , protección , violencia contra las mujeres

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Publicado por:

Leire Gurruchaga Iraola

Leire Gurruchaga Iraola

Responsable de género de Educo

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