Seis meses después de la DANA que afectó gravemente a la Comunidad Valenciana, hacemos balance y vemos que muchos niños y niñas siguen sufriendo sus consecuencias y no tienen todo el apoyo que necesitan. Desde nuestra ONG Educo, insistimos en la importancia de la escuela como referente, motor de cohesión, espacio de protección y lugar de reencuentro en el que se les asegura mucho más que su derecho a la educación.
Sin embargo, y a pesar de que han vuelto a clase, son muchas las asignaturas pendientes. “Tenemos a niños y niñas desplazados en centros educativos que no son los suyos, asistiendo a clase en aulas masificadas. A otros los han instalado en barracones. El alumnado que tiene que ir a otra escuela que no es la suya muchas veces llega tarde a clase, porque el transporte ni es el adecuado ni los lleva a tiempo; nada está funcionando como debiera”, explica nuestra directora general, Pilar Orenes.
“Así, es muy difícil que puedan tener una educación de calidad, que es su derecho. Esto es especialmente alarmante en el caso de los niños y niñas más vulnerables. Si es tan complicado ir a la escuela, aumenta el riesgo de abandono escolar”.
Desde Educo también alertamos de la falta de información que tienen las direcciones de los centros educativos. No han sido informados de cómo y cuándo se van a reconstruir las escuelas, lo que está generando mucho desgaste emocional, ansiedad y estrés en el profesorado, que también ha sufrido en primera persona la tragedia de la DANA. La inquietud también se vive en las familias, que no saben si el centro al que iban sus hijos e hijas antes de las inundaciones estará abierto en septiembre.
Uno de los puntos que más preocupa a nuestra ONG es el bienestar emocional de la infancia afectada por la tragedia. Siguen necesitando apoyo psicológico y emocional para poder superar lo ocurrido. Han pasado seis meses y muchos niños y niñas siguen asustándose cuando llueve o viven en casas en las que aún son visibles los estragos de la DANA. Esta catástrofe ha marcado su infancia y, si queremos que no marque sus vidas, deben recibir todo el apoyo que necesitan.
Si para una persona adulta es duro pasar por esto, aún lo es más para uno niño o una niña, que no han tenido tiempo de desarrollar las herramientas para gestionar una vivencia así. Lo vemos en países como Gaza, Ucrania, Malí o Filipinas, en los que desarrollamos proyectos educativos tras las emergencias. También lo hemos hecho en España, con la infancia afectada por la erupción del volcán de La Palma en 2021
Ante esta situación, desde Educo pedimos un plan concreto de reconstrucción de los 13 centros educativos que han quedado totalmente destruidos, con un calendario claro, y que esta reconstrucción se haga en terrenos seguros y preparados para futuras catástrofes. Asimismo, reclamamos más recursos económicos y de personal para mejorar el bienestar del profesorado y el alumnado, que baje el número de niños y niñas en las aulas y que se preste especial atención a la infancia en situación de vulnerabilidad.
Desde el primer momento, hemos trabajado en las zonas de la Comunidad Valenciana afectadas por la DANA, donde el 80% de las familias con las que se habló en los primeros meses explicaron que sus hijos e hijas habían sufrido cambios en su comportamiento, como miedo, alteraciones del sueño, tristeza o ansiedad.
Desde Educo nos hemos centrado estos seis meses en dar apoyo emocional a más de mil niños y niñas mientras disfrutaban de colonias alejados del barro o en sus centros educativos. También han recibido este tipo de ayuda un centenar de maestros y maestras y casi 500 familias. Y través de becas comedor hemos facilitado más de dos mil comidas. En los próximos meses, seguiremos dando apoyo psicosocial e intensificaremos nuestro trabajo en refuerzo escolar para recuperar las clases perdidas y en asegurar actividades extraescolares para los más vulnerables.
En los últimos meses han pasado por España varias borrascas, que han afectado gravemente diversas zonas del país. En este sentido, desde Educo queremos recordar la falta de preparación de los centros educativos frente a las nuevas crisis recrudecidas por el cambio climático, como las lluvias e inundaciones de los últimos días. En España, casi mil centros educativos está ubicados en zonas inundables, según datos del Gobierno.
“Las últimas acciones aprobadas por el gobierno central, como el desarrollo de un plan para garantizar la continuidad educativa en contextos de emergencia o la formación en prevención de desastres, son un paso muy positivo. Sin embargo, solo es un primer paso. Falta mucho por hacer si las inundaciones, pero también los incendios u otros fenómenos climáticos extremos, que ocurren cada vez son más intensos”, indica Pilar.
Por eso, desde Educo pedimos que se pongan en marcha inmediatamente planes de rehabilitación específicos para los centros educativos afectados, acompañamiento, apoyo y orientaciones claras para las escuelas que acojan a los niños y niñas afectados por una emergencia o formación específica del profesorado para dar apoyo emocional al alumnado, entre otros. También reclamamos la participación de la infancia en la elaboración de los mapas de riesgos de los centros educativos o la formación al profesorado para gestionar emergencias.
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