Con el nuevo curso vuelven los madrugones, los desayunos exprés y las prisas por salir de casa. Para algunos padres es el momento del día de mayor tensión y ansiedad. Algunos expertos advierten de que el estrés se transmite de padres a hijos y que los niños que lo sufren pueden manifestar irritabilidad y tendencia a la frustración. ¿Qué podemos hacer? Hay algunas técnicas para simplificar las mañanas de forma que podamos tomárnoslas con más calma y ayudar a nuestros hijos a sobrellevar la vuelta a la rutina. Te las contamos.
1. Preparad las cosas la noche anterior
La regla de oro para no ir pillados de tiempo por la mañana es dejar preparado todo lo necesario para el cole el día de antes. Educadores como Alexandra Mayzler de
Thinking Caps Group recomiendan que a partir de los 5-6 años sea el propio niño el que haga su mochila, deje lista su ropa y ponga el despertador.
De esta forma le enseñarás el valor de compartir las tareas y asumir responsabilidades. Fija una hora (por ejemplo después de cenar) y haz que tu hijo aprenda a organizarse todos los días.
2. Haz una lista de rutinas para los niños
Vestirse, peinarse, cepillarse los dientes, hacer la cama, ponerse los zapatos, coger la mochila… hay infinidad de cosas por hacer antes de salir por la puerta de casa y
los niños se distraen "con el vuelo de una mosca". Si eres ese padre/madre que cada mañana tiene que recordarle 80 veces a sus hijos lo que tienen que hacer,
una buena solución es hacer una lista con las actividades que hay que realizar por orden y colocarla en la puerta de su habitación. Si los niños aún son pequeños, puedes plantearlo como un juego. Cada vez que terminen una tarea deberán poner una pegatina o dibujar un punto al lado. Así lo harás divertido para ellos y tú te asegurarás de que lo terminan todo antes de poner rumbo al cole.
3. Deja que tus hijos mayores preparen el desayuno
Con el objetivo de tener tiempo para ti por las mañanas, Sharon Danzger, profesional especializada en situaciones de estrés en
Control Chaos, sugiere
que sean los niños quienes preparen su propio desayuno. Deja las tortitas para el fin de semana, y
decántate por darles opciones en las que no tengan que cocinar o usar cacharros con los que se puedan quemar. Por ejemplo, pon a mano los tazones, la leche y los cereales; coloca los yogures, mermelada y fruta en las baldas bajas de la nevera y dales pan tostado.
4. Nombra un delegado cada día
Si tienes varios hijos puedes usar un truquillo habitual del cole: la figura del delegado. Cada mañana, uno de tus hijos será el
“responsable”, y
su objetivo es ayudar a sus hermanos para que hagan las tareas necesarias antes de salir de casa. De esta forma, no tendrás que estar pendiente de todo e irás
enseñándoles a desenvolverse de forma autónoma y a trabajar en equipo. Eso sí, la terapeuta
Erin Munroe recomienda que si el delegado cumple bien su función reciba un premio, por ejemplo, elegir la emisora de radio cuando os montéis en el coche.
5. Motívales con música
Ten presente que
la música ayuda a motivar a los niños por las mañanas.
Crea una playlist de 10-15 minutos con canciones movidas y que les gusten y ponla desde el momento que se levanten. Además, también te puede servir para organizar el tiempo como un juego. Por ejemplo, les puedes decir:
“Antes de que termine esta canción debéis tener puestos los zapatos”.
6. Calcula bien el tiempo
A todos nos encantaría remolonear en la cama, pero si siempre vais 15 minutos tarde, vale la pena levantarse 15 minutos antes para hacer las cosas con calma. En este sentido,
es importante que calcules cuanto tiempo necesita tu hijo para hacer las cosas. Además siempre puedes usar la tele como gancho diciéndole que si termina todo antes de lo previsto podrá ver los dibujos.
7. Mantén la calma
Kirk Martin, asesor de comportamiento infantil y director ejecutivo del programa
Celebrate! Calm, asegura:
"cuanto más corre el padre por la mañana, más lento va el niño". Este modo de llamar la atención
puede ser desesperante pero lo importante es no perder los nervios. Si el niño está en modo perezoso, primero respira profundamente.
Después acércate, cógele de la mano y mirándole a los ojos intenta razonar con él. Haz que comprenda lo importante que es para los dos que vaya deprisa. Normalmente el niño reacciona así porque no siente conexión con su padre y de esta forma le harás ver que eres parte de su equipo.
¿Qué hacéis vosotros para no tener mañanas estresantes? ¿Os parecen efectivas estas ideas para combatir el agobio de la vuelta a la rutina?
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