Casi 9.000 niños filipinos están
sufriendo las consecuencias de la erupción del volcán Mayon, que desde el pasado sábado está activo. La mayoría de los pequeños, 5.568 niños, forman parte de los proyectos que tenemos en el país en los municipios de Daraga, Camalig, Guinobatan, Ligao y Legazpi.
El pasado 13 de enero el volcán Mayon entró en erupción, arrojando ríos de lava, rocas, ceniza y azufre, lo que ha obligado a las autoridades de Filipinas a tomar medidas, como cerrar las escuelas, y a declarar la situación de emergencia en la provincia de Albay.
El gobierno del país ha decretado
el nivel 4 de alerta de una escala de 5. A causa de la erupción, 38.939 personas han sido evacuadas y muchas de ellas, trasladadas a una treintena de escuelas, que funcionan como centros de evacuación.
Sin embargo, estos espacios
sufren importantes carencias para cubrir las necesidades básicas de la población evacuada, especialmente las de los niños. El 57% de los centros de evacuación no posee equipamiento sanitario. Asimismo, el 26% de estas instalaciones no tiene suficiente agua y el 38% de las familias afectadas necesitan kits para potabilizarla.
Escuelas habilitadas para albergar a la población
Ante esta situación, estamos trabajando en coordinación con otras ONG para
dar respuesta la situación de emergencia que están viviendo las familias afectadas. En el caso de los niños y niñas, proponemos que se tomen
medidas para garantizar su seguridad y su derecho a la educación.
En este sentido, habilitaremos espacios seguros para que los pequeños no sufran ningún tipo de violencia o agresión, así como aulas temporales en las que puedan continuar con su formación educativa mientras dure la emergencia.
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