¿A qué edad debemos escolarizar a los pequeños?

Estamos en esa época en la que a los padres nuevos empieza a entrarles la angustia por el tema de la escolarización, ya que es en estas fechas cuando se cursan las solicitudes y las inscripciones de los nuevos alumnos. En España, en los últimos tiempos, lo habitual es escolarizar a los niños a los tres años (y un porcentaje muy grande de niños además ha estado acudiendo a guardería desde las 16 semanas).

¿Por qué escolarizamos a los tres años?

Existen un montón de motivos por los que escolarizamos a los niños a los tres años. La mayoría de nosotros nos dejamos llevar por mitos del tipo "los niños tienen que socializar" o "si no lo escolarizas ahora, luego no tienes plaza". La realidad es que a los tres años los colegios no cubren las necesidades infantiles. Se escolariza en muchas ocasiones porque no queda más remedio y los padres creemos, falsamente, que escolarizar es obligatorio. Hoy queríamos desmontar alguno de estos mitos:

1. Ir al cole es obligatorio

La escolarización en España no es obligatoria hasta los seis años y aún después existen diversas "fórmulas" para eludirla. Existen en nuestro país cada vez más familias de homeschoolers, personas que no escolarizan a sus hijos y les enseñan en casa. La fórmula legal es complicada y conviene informarse a conciencia para no tener problemas, pero puede hacerse.

2. Si no van al cole no aprenden a socializar

Los niños no necesitan el colegio para socializar, se puede socializar en todas partes. Y desde luego no necesitan socializar como se socializa en el colegio. Los seres humanos nos hemos desarrollado conviviendo estrechamente unos con otros, individuos de distintas edades, gustos, intereses y habilidades compartían espacios y tiempos constantemente. Esto incluía a los niños. La escuela es un invento moderno. Juntar a un montón de niños de tres años con un único adulto no tiene nada de natural, aporta muy poco beneficio y además es el ecosistema perfecto para que se propaguen un montón de virus.

3. Si van al colegio muy pequeñitos se inmunizan antes

Éste es uno de los peores mitos. La realidad es que los niños pequeños tienen sistemas inmunes inmaduros y poco desarrollados y someterlos a la tensión de tener que estar luchando contra diferentes virus del catarro día sí y día no sólo sirve para que gasten energía. El hecho de que a los cinco años se pongan menos malos no tiene nada que ver con haber acudido antes al cole, sino con que su sistema inmune ha madurado. La realidad es que los niños que acuden a guarderías o a escuelas infantiles tienen más riesgo de ponerse enfermos.

4. Si no va luego tendrá dificultades para aprender

La realidad es que a los tres años lo que aprenden en el cole es muy poco. Todos los niños aprenden los números y los colores aunque no vayan al cole hasta los seis años. A los cuarenta nadie te preguntará si aprendiste a leer en marzo o no supiste hasta julio. Los adultos tenemos que aprender a relativizar.

5. Si no lo matriculo ahora luego no tendrá plaza

Es posible, aunque después a lo mejor te alegras de que no haya conseguido plaza en el cole que querías. Hay que recordar que la elección de colegio no es irreversible, que la vida es muy larga y da muchas vueltas y que los padres cambiamos de opinión (y tenemos derecho) y hoy nos parece genial ése cole que enseña chino y mañana nos parece mejor ese otro porque está más cerca. Las prioridades cambian y a la larga la adaptación al colegio depende casi siempre más del maestro que del colegio como conjunto. Los niños de tres años suelen ser muy pequeños para ir al colegio, muchos se adaptan mal y la escolarización suele generar mucho estrés, ansiedad o trastornos del sueño. A esto también se une la presión para que dejen el pañal y empiecen a controlar esfínteres, que lo complica todo en grado sumo. Los adultos debemos ser conscientes de que muchas veces la escolarización se produce debido a nuestros propios miedos o por nuestras necesidades, porque conciliar en España es casi imposible. En el primer caso quitarse los miedos es fundamental para tomar una decisión saludable para nuestro hijo. En el segundo, se trata de primero protestar para conseguir derechos y segundo, echarle imaginación: escolarizar no es obligatorio y existen otras opciones, como los grupos de juego o las madres de día, que pueden ejercer la labor social de cuidados con más flexibilidad y adaptándose mejor a las necesidades de los niños. Derechos de imágenes: Anders Ruff, Chris Parffit.

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