Una de cada tres víctimas de trata de seres humanos en todo el mundo, una de las peores formas de violencia y vulneración de los derechos humanos, es un niño, en su mayoría, niñas. Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, los niños y niñas tienen el doble de probabilidades que los adultos de sufrir violencia durante la trata.
Hoy 30 de julio, Día Mundial contra la Trata de personas, hemos querido compartir parte del trabajo de la periodista de El País Patricia R. Blanco y el fotógrafo Manuel Seoane quienes visitaron el trabajo de nuestra ONG Educo y la Fundación Munasim Kullakita, nuestra organización socia en El Alto, Bolivia, contra la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Tras la visita, publicaron un riguroso artículo del cual reproducimos un fragmento a continuación:
Un hombre trajeado. Un chico con gorra y pantalones cortos. Un hombre con un mono de trabajo. Un hombre de avanzada de edad. Dos jóvenes en vaqueros. Otro con corbata y con el maletín todavía en la mano. Así, uno tras otro, 18 varones entran en un local de fachada roja en menos de un minuto, el tiempo en el que un semáforo mantiene la luz verde para el paso de los peatones en el distrito 12 de Octubre de la ciudad boliviana de El Alto. Un vigilante custodia la puerta, por la que asoma una ristra de urinarios de pared frente a la que hacen una breve parada los recién llegados. Lo que hay más allá de los váteres no se ve, pero se sabe: habitaciones donde los proxenetas prostituyen, fundamentalmente, a mujeres.
La estampa es de lunes por la tarde y la zona, considerada roja en una escala en la que el color carmesí describe el grado máximo de peligrosidad de zona de prostitución, ya está llena de puteros. Se mire donde se mire. “Aunque de jueves a domingo hay todavía mucha más gente”, explica una trabajadora de la Fundación Munasim Kullakita (“quiérete hermanita”, en aymara), una organización boliviana que trabaja contra la trata de personas y la explotación sexual comercial de menores.
La prostitución ejercida voluntariamente por personas mayores de edad no es delito en Bolivia, pero sí lo es la actividad de quien prostituye a una tercera persona para lucrarse. Queen critica este concepto de “voluntariedad” porque obvia la vulnerabilidad de quien la ejerce y porque sirve, en la práctica, para ampararla. Por ello, organizaciones como la suya se centran en lo que es ilegal a todas luces: la explotación sexual comercial de menores. “El consentimiento nunca existe en estos casos”, puntualiza.
“Es un fenómeno sin cuantificar y sobre el que existe un gran desconocimiento, tanto de sus dinámicas como de los espacios en los que se desenvuelve”, afirma Nancy Alé, coordinadora del programa Protejeres (Tejiendo Redes Seguras) de prevención de violencia sexual contra menores y que desarrolla la ONG Educo junto a Munasim Kullakita y otras organizaciones. Puede “materializarse en trata de personas, proxenetismo, violencia sexual comercial o pornografía”, añade Alé.
Puedes leer aquí el artículo completo.
Bolivia , educación , explotación infantil , protección , trata , trata infantil
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