Que los niños y niñas tengan acceso a recursos materiales no garantiza su bienestar. Una afirmación que de antemano puede parecer lógica pero que tras una investigación que hemos realizado a cerca de 200 niños y niñas de Andalucía, con el apoyo de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo, lo confirma. De los testimonios de los propios niños y niñas se desprende que:
El bienestar se asienta en las relaciones, principalmente con las personas de referencia de su entorno, principalmente con sus familias, sus amistades, mascotas y personas de referencia.
Los estereotipos de género les afectan.
Las adolescentes se quejan de que las personas adultas las controlan demasiado en los estudios o cuando salen y los adolescentes de que no les apoyan afectivamente o quieren que sean algo que ellos no son. "La familia es un agobio", dicen.
De este informe se desprende que muchas personas adultas educan de forma desigual a niños y niñas, aplicando con frecuencia sus esquemas diferenciados sobre qué necesitan para su bienestar en función de su sexo biológico y no de su propia personalidad o intereses.
Este es el objetivo del informe fruto de un proceso de investigación que hemos llevado a cabo en cinco municipios andaluces con cerca de doscientos niños, niñas, adolescentes y personas adultas de sus entornos como padres, madres o educadores sociales. En este proyecto hemos indagado y explorado sobre los elementos que más influyen en su bienestar. Dando por hecho que hay recursos materiales esenciales para tener una adecuada calidad de vida, como la vivienda, la salud, la alimentación o la salud, el bienestar nos invita a un planteamiento más amplio y complejo, también más interesante, sobre otros factores, más allá de lo material, que favorecen o dificultan esa “buena vida”.
“Me siento feliz y siento confianza cuando hablo o le cuento algo a mis amigas”, nos decía una niña de 11 años del Polígono Sur, en Sevilla. Si bien tanto este como otros testimonios son evidentes e innegables, es importante reivindicar el cumplimiento del artículo 12 de la Convención de Derechos de la Infancia. Tener en cuenta opiniones como estas, de puro sentido común y totalmente alineadas con sus derechos y su bienestar, supone garantizar espacios de ocio, tiempo libre y de juego que fomenten y fortalezcan estas relaciones de calidad, tan básicas para niños y niñas.
En el informe destacamos algunas tendencias que dejan ver sesgos de género, como la centralidad de la actividad deportiva y los videojuegos, más acuciada en los varones, y la mayor presencia de elementos asociados a las relaciones personales (familia y amistades) en las niñas, aunque afortunadamente vemos también concepciones más igualitarias en la infancia. Con respecto al ámbito de la familia, por ejemplo, las respuestas son muy similares entre ambos sexos, aunque cabe destacar por su frecuencia de aparición en las respuestas la mayor importancia del bienestar relacional y de la dinámica de comunicación que esperan de su familia las niñas y las chicas adolescentes, mientras que los chicos valoran más disfrutar y pasar tiempo en compañía haciendo actividades.
En este sentido, en relación a qué necesita para vivir una vida cómoda y feliz en la familia, por ejemplo, una chica sevillana de 13 años señalaba que cuando le digas algo te dé consejos sobre esa cosa que le has dicho, que te apoye. Ante la misma pregunta, un chico de 15 años participante en la investigación destacaba: “Un sitio tranquilo, con tiempo de ocio de sobra para no apurarte, salir a menudo a dar una vuelta como a un centro comercial, el centro o salir a comer por ahí”. Otras diferencias que hemos apreciado en la investigación es que niñas y chicas adolescentes siguen teniendo más obligaciones en casa que sus compañeros varones. Por otra parte, niños y chicos adolescentes son “castigados” cuando se alejan del estereotipo tradicional de “hombre”, siendo lo más importante para ser “niños” no parecerse a las “niñas”.
Por último, pretendemos que el conocimiento generado en este proyecto sea útil y llegue a todos los actores andaluces que trabajan de forma directa o indirecta con la infancia, ya sean centros educativos, entidades, ONG o la propia Administración a través de su acción local y autonómica y de sus programas y planes de cooperación. En este sentido, como una de las principales recomendaciones del informe, destacamos que en planes, proyectos y programas de cooperación se valoren y se refuercen las líneas estratégicas que prevean, reduzcan y eliminen sesgos de género en el impacto del bienestar, sobre todo en su dimensión relacional, a través de espacios y acciones que fomenten el acceso y disfrute de niños, niñas y adolescentes a derechos básicos como el ocio y tiempo libre o el refuerzo educativo.
Puedes leer el informe completo para conocer las percepciones de niñas y niños sobre la influencia del entorno social y ambiental aquí Luces y sombras del bienestar: la percepción de niños y niñas.
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