Según el nuevo informe
Education at a Glance 2021, presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el pasado jueves, España alcanza casi la mayor tasa, de entre los países europeos, de
jóvenes entre 18 y 24 años que ni estudian ni trabajan. Solo nos supera Italia, que se corona con un 24,8%. España la sigue con un 19,9%, superando a Grecia (19,3%).
Según este estudio, la tasa media de jóvenes que no estudian y no trabajan de los países de la Unión Europea, en 2020, está en 13,3%, siendo la de los países de la OCDE algo mayor (15,1%). El alto porcentaje español se debe, según han comentado expertos, a
la pandemia y sus efectos sobre el mercado de trabajo y la formación. Algo que ha afectado especialmente a nuestro país, y que nos aleja ampliamente de Alemania, Suecia o Noruega, donde la tasa no alcanza el 10%. Si bien es cierto, la tendencia en la mayor parte de países está al alza, tras años de bajada general. En el caso de España, esta registró un 23,2% en 2016; 20,9% en 2017; 20,2% en 2018, y 19,7% en 2019, mientras que en 2020 subió a un 19,9%. En el caso de los países de la OCDE, la media pasó del 15,8% en 2016 al 14,1% en 2019 y también cortó la tendencia descendente en 2020 alcanzando el 15,1%.
España, a la cabeza en repetidores de curso
¿Cuáles son las razones que motivan a tanta gente a no estudiar ni perseguir un hueco en el mercado laboral? El documento habla de la
carga por cuidados a familiares; el tener que realizar
empleos domésticos, o un claro estilo de vida “peligroso”. Sin embargo, Gara Rojas, investigadora de la OCDE, destaca otro punto importante a tener en cuenta: el
porcentaje de repetidores. De hecho, los datos muestran que España se sitúa a la cabeza en la repetición escolar. El 8,7% de los estudiantes de la primera etapa de educación secundaria y el 7,9% de la segunda etapa de educación secundaria repitieron curso en 2019, comparado con el 1,9% y 3% de media, respectivamente, entre los países de la OCDE. “La literatura advierte de que
la repetición es una intervención no productiva y que podría conllevar riesgos en términos de equidad, e incluso tener un impacto negativo en la autoestima de los estudiantes. A largo plazo, los estudiantes repetidores podrían tener un menor rendimiento y, en consecuencia, podría aumentar la probabilidad de que abandonen los estudios”, asegura Gara.
Los datos hablan claro de la salud del sistema educativo, mejor dicho, de su mala salud. Persiste la repetición escolar, sí, a pesar de que sabemos que es una
medida cara y poco eficaz. La repetición lleva al desánimo, desvincula del grupo de pares, y aumenta las posibilidades de abandono escolar.
Se aprecia, además, que es en el primer ciclo de secundaria cuando más alumnado repite curso, lo que apoya la tesis que defendemos desde Educo:
es vital el acompañamiento en la transición de primaria a secundaria. Acompañar y cuidar al alumnado para que la transición de un ciclo al siguiente sea óptima no puede ser un tema menor, más aún cuando la franja de edad de los alumnos y alumnas en tránsito exige una mirada inclusiva que no les relegue. Se trata de darles su espacio,
teniendo en cuenta siempre la opinión y percepciones de los adolescentes. Se trata de atender, considerar y promover sus opiniones.
Se trata de activar la escucha.
En Educo, junto a centros educativos y las entidades que componen el
Programa de Infancia de Educo, y Aina Tarabini, de GEPS-UA, reflexionamos hace poco sobre la transición primaria – secundaria, buscando encontrar su peso auténtico. Viéndola como lo que realmente es:
un momento crucial que cuidar para reducir la tasa de abandono escolar y asegurar que ningún alumno ni alumna se quede atrás. Nuestras reflexiones y conclusiones fueron motivadas a raíz de un trabajo realizado entre 63 personas del ámbito educativo (equipo directivo, equipo de orientación y maestros y tutores) de 43 centros de primaria, 16 de secundaria y 4 escuelas de diferentes provincias (Asturias, Andalucía, Madrid, Catalunya, Euskadi, Comunidad Valenciana y Canarias). El estudio dejó claro la
importancia de los referentes para amar y apasionarse por los estudios.
La importancia de los referentes
El ser humano, por norma, necesita un espejo en el que mirarse, alguien de quien poder sacar
motivación, fuerza y ganas. Los alumnos y alumnas necesitan referentes, personas que les estimulen y les inciten a crecer y superarse. El educador o educadora no solo enseña, sino que también cuida y acompaña. La pertenencia al grupo, el sentimiento de que se es útil, de que se va por buen camino y ese camino es el tuyo, ha de estar también validado por el profesor.
Desde bien temprano, el niño y niña se comporta como observa en los referentes que tiene alrededor, y con mayor motivo, en una época tan decisiva e importante como es la adolescencia. Los adultos cercanos han de estar por el chico o la chica, con él y ella, sin excusas.
Esta urgencia por referentes pudimos comprobarla con los resultados de la encuesta hecha al propio alumnado. Escuchando su voz:
- “En el segundo instituto sí que vi que los profesores se preocupaban más por cómo somos y cómo estamos que por otra cosa. Siempre me decían: si tú estás bien, tú puedes hacerlo todo; pero si tú estás mal, por mucho que leas no vas a entender nada. ¿Sabes? Fue allí, en el segundo instituto… allí me sentí bastantes… allí le daban importancia a mis sentimientos y todo”.
- “Tuve un profesor que fue el que me salvó. Me dijo: ‘yo confío en ti, no me importa lo que haya pasado hasta ahora, no me importa lo que hayas hecho o no hayas hecho. Hoy empezamos de cero’. Y esto era justo lo que necesitaba.
La importancia de activar la escucha
El acompañamiento a niños, niñas y adolescentes en las transiciones de ciclo educativo es un proceso que amerita tiempo, recursos y, sobre todo, escucha activa. Los adultos, y el profesorado en general, han de abrir bien las orejas y tratar de estar ahí para acompañar en las sensaciones que los jóvenes experimentan:
alegría, curiosidad, miedo, ansiedad, ilusión. Este revoltijo de sensaciones ha de canalizarse con la ayuda de algún referente. Porque
acompañarlos en este proceso significa también acoger estas emociones y brindarles espacios para que se expresen.
Con ese ánimo, el estudio quiso abordar muy especialmente las vivencias propias del alumnado. Lanzamos alguna pregunta crucial sobre el proceso de tránsito y escuchamos con atención. Y estas fueron algunas pinceladas de lo que nos encontramos:
¿Cómo te puede ayudar el cole en el proceso de tránsito?
- Dándome una charla de preparación.
- Ayudándome en que insistan en que haga los deberes, estudie y saque buenas notas.
- A no pensar que el instituto es malo y hay que estudiar mucho
- Saber el horario y conocer cómo son las cosas en el instituto.
¿Qué podría hacer el instituto para hacer más fácil la transición al instituto de secundaria para otros niños y niñas?
- Escuchar más a los alumnos.
- Hacer más visitas, dar charlas sobre cómo es el cambio de primaria a secundaria, que los alumnos de secundaria cuenten su experiencia.
- Ayudándoles más en los deberes
- No presionar a los niños para que saquen buenas notas. No asustarlos diciendo cosas malas del instituto, prepararlos mentalmente para el cambio. Normalizarlo. Realizar más jornadas de puertas abiertas.
Educar desde la raíz
Volviendo al informe
Education at a Glance 2021 (y al alto grado de jóvenes que ni estudian ni trabajan en España), y con motivo de este, la investigadora de la OCDE, Gara Rojas, destaca la importancia de informar a los jóvenes de las ventajas de llegar lo más lejos posible en sus estudios, ya que esto se reflejará en términos de sueldo en un futuro. En España, en 2009, aquellas personas con titulaciones superiores (FP superior y Universidad) ingresaron por sus trabajos a tiempo completo un 45% más que los que solo contaban con titulaciones de FP y Bachillerato. Quizá, si estas personas hubiesen sido acompañadas fielmente durante sus procesos de tránsito, no hubiesen abandonado su centro de estudios a edad temprana. Sin duda, hay muchos otros factores que destacar, la pobreza juega un papel preponderante. Pero, si tratamos de educar en lo imposible, y siempre
desde la raíz, con una mirada inclusiva, los resultados serían sin duda otros.
La etapa educativa no es algo anecdótico, es un proceso que te prepara para la vida, y que tendrá repercusiones en el futuro de cualquier alumno.
Hay que educar con cura, acompañar en los procesos… es una emergencia educativa.
Foto de
Max Fischer en
Pexels
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