El derecho esencial a la alfabetización

Hoy es el Día Internacional de la Alfabetización, una fecha señalada por la Unesco para llamar la atención sobre el hecho de que todavía hoy, 758 millones de personas adultas en todo el mundo no saben leer ni escribir. La cifra es todavía más grave si consideramos que casi dos tercios son mujeres, a quienes se niega de este modo la capacidad de transformar su vida. Y es que tener competencias básicas en lectura y escritura significa en muchos casos poder escapar de la pobreza, salir de un mundo de aislamiento y marginación, aumentar la capacidad de subsistencia, evitar la violencia… Supone poder participar plenamente en la sociedad y tener una vida más sana. Hoy te contamos aquí el proyecto de alfabetización que llevamos a cabo en Malí, uno de los países con peores índices educativos de la región, con un 66% de analfabetismo, según Unicef. En 18 comunidades rurales de Bako, en la región de Ségou, coordinamos el programa implantado por el gobierno a nivel nacional para dar formación a jóvenes y adultos que no pudieron ir a la escuela. Un programa ambicioso pero que sin embargo topa con dificultades para su implantación y requiere de la colaboración de entidades como Educo. [gallery type="slideshow" ids="10257,10258,10259">   En estas aldeas de Bako, trabajamos en estrecha colaboración con los ayuntamientos y los Centros de Animación Pedagógica (centros públicos que son los referentes educativos en las comunidades) para organizar los cursos, que se prolongan durante todo el año académico. Se trata de cursos voluntarios y gratuitos, a los que pueden asistir los jóvenes y adultos que lo deseen, aunque se pone especial énfasis en la asistencia de personas que integran los comités de gestión escolar o las asociaciones comunitarias de salud. Es decir, personas que ya forman parte de otros de los proyectos de Educo y que se han involucrado de una manera especial con las actividades en sus comunidades, ya sea a través de la educación o de la promoción de la salud. En Educo nos encargamos de dar a conocer el programa entre las comunidades, hablar con las familias, organizar los horarios de acuerdo con las necesidades, aportar el material educativo, apoyar a los profesores y realizar un seguimiento de los estudiantes con el doble fin de controlar su rendimiento y velar por su asistencia continuada a clase. De otro modo, muchos abandonarían o ni siquiera se apuntarían ya que, en estas comunidades desfavorecidas, las prioridades están marcadas por la subsistencia diaria.

Aprender en lengua bambara

Los alumnos aprenden a leer y escribir en bambara, la lengua mayoritaria en Ségou y en otras regiones del país, y también aprenden a realizar cálculos aritméticos. Unos conocimientos que les permiten mejorar sus oportunidades laborales y, si es el caso, facilitar su integración social. Además, el hecho de aprender a leer y escribir también sensibiliza a las familias sobre la importancia de la educación y, por tanto, se mostrarán más convencidas de enviar a sus hijos a la escuela llegado el caso. En este curso, un total de 328 personas están siguiendo el programa de alfabetización en Bako. Oumou Coumare fue una de estas alumnas. Natural de la comunidad de Diganibougou, no aprendió a leer y escribir hasta pasados los 18 años. La educación le cambió su vida hasta el punto de que decidió que ella misma también ayudaría a los otros a aprender. Se formó como educadora y hoy, con 22 años, es profesora en el programa de alfabetización. “Estoy muy satisfecha de poder transmitir a otros los conocimientos que yo misma adquirí –nos cuenta–. La alfabetización facilita a muchas personas su inserción socio-económica. Además, el dinero que gano lo entrego a mis padres y con ello les ayudo a la alimentación de toda la familia y a comprar semillas para el huerto”.

Oumou-Coumare: "La alfabetización facilita a muchas personas su inserción"

Alfabetización , Bako , educación adultos , Mali , Ségou