La Alianza Childfund, presente en la asistencia humanitaria en Haití

Hace ya casi un mes, un terrible terremoto, de magnitud 7,2, azotaba el suroeste de Haití tambaleando, una vez más, a una población desesperada. El seísmo recordaba a un terremoto similar que dejó el país totalmente devastado, once años atrás, y del que su población aún se recupera. Los diversos impactos del terremoto están exacerbando las necesidades preexistentes de miles de haitianos. Fortalecer la asistencia humanitaria es obligado. Childfund Alliance -a la que pertenece Educo- está presente a través de las ONG Un Enfant Par La Main, y WeWorld.

El nuevo golpe, que ha afectado gravemente a los departamentos de Grand'Anse, Nippes y Sud, se ha llevado la vida de más de 2.200 personas y ha dejado heridas a más de 12.000. Se calcula que unas 650.000 personas necesitan ayuda humanitaria, entre ella refugio, porque unos 53.000 hogares se han venido abajo y muchos más han resultado dañados. De los damnificados, unos 260.000 son niños y niñas, según ha informado UNICEF.  Las cifras son muy preocupantes si se considera que 610.000 personas en los tres departamentos más afectados ya necesitaban asistencia humanitaria multisectorial antes del terremoto. 

Las consecuencias del terremoto se suman a los muchos desastres que ya azotaban el país

Haití agoniza, y lo hacen sus hogares y otras infraestructuras vitales. Los servicios sociales básicos se encuentran en situación desesperada; los hospitales, las escuelas y los sistemas de agua están seriamente dañados. Las catástrofes medioambientales parece que nunca acaban de saciarse con este país caribeño. Al terrible temblor le siguió, tan solo dos días más tarde, la llegada de la tormenta tropical Grace, provocando inundaciones y deslizamientos de tierra. Las fuertes lluvias obstaculizaron los esfuerzos de socorro y terminaron de debilitar el ya dañado sistema de telecomunicaciones. 

Por todo esto, Haití se revuelve pero el terremoto es una -gran- pieza más en sus quebraderos de cabeza. El país arrastra el asesinato del presidente Jovenal Moïse, el pasado 7 de julio, y la escalada de violencia de las bandas criminales, que ha afectado a un millón y medio de personas y ha desplazado a 19.000 haitianos desde junio. Todo este cóctel de desastres (crisis política en curso, desafíos socioeconómicos y aumento de la violencia) apuntillan un escenario humanitario ya de por sí complejo. 

La lista de necesidades de los haitianos no deja de engordar: refugio, atención médica, agua y comida; pero para que esto sea cubierto primero tienen que asegurarse las existencias. Porque la ayuda ha ido llegando pero no de la mejor forma y el sector sanitario ha hablado de terribles deficiencias. El mayor desafío para que todos los recursos lleguen a destino es la seguridad. A inicios de septiembre, en algunas zonas rurales remotas, el personal de respuesta y los suministros de socorro aún no habían llegado a las personas más necesitadas.

Además, la educación de los niños y niñas haitianas también recibe un nuevo revés. A solo unas semanas de la nueva apertura de los colegios, los planes se paralizan. Los daños y destrucción en las escuelas han sido extensos. Los niños y niñas que permanecían sin asistir a la escuela por la COVID-19 y los desafíos políticos y de seguridad, tendrán muy difícil la reincorporación. 

Si bien los esfuerzos colectivos siguen centrados en actividades inmediatas para salvar vidas, es evidente que el terremoto tendrá efectos duraderos en todas las facetas de la vida en las áreas afectadas durante los próximos años. Para las personas desplazadas y sin hogar, especialmente mujeres y niños, la protección es una preocupación clave a medida que aumenta el riesgo de violencia, incluida la violencia sexual y de género.

Acciones de ChildFund Alliance en Haití

La Alianza ChildFund, una de las principales redes internacionales de ONG de protección a la infancia -de la que Educo forma parte-, está presente en la zona. 

De la mano de Un Enfant Par La Main (UEPLM), que ya estaba activa en la región afectada por el terremoto, y de WeWorld, que apoya la respuesta de emergencia desde Puerto Príncipe y ha desplegado ayuda directa en los departamentos más afectados, colaboramos con actuaciones que ponen el énfasis en el bienestar de los niños y las niñas y sus familias. 

Estas son algunas de las acciones que se están llevando a cabo:

• Material de refugio: distribución de lonas a las familias para favorecer el calor y el aislamiento.
• Agua segura: Se están repartiendo soluciones de depuración de agua (Aquatabs y JIF). También se da apoyo financiero para escuelas y centros de salud para la construcción de tanques de agua para familias y comunidades.
• Seguridad alimentaria: se distribuyen plantas y semillas a las familias para que puedan asegurar su manutención futura. Además, se han repartido de herramientas agrícolas y botas de goma (para facilitar la limpieza a pequeña escala).
• Evaluación del impacto del terremoto en las escuelas apoyadas (11 escuelas severamente dañadas).
• Evaluación rápida conjunta del mercado que proporcionará un análisis sobre el funcionamiento de los mercados locales después del terremoto.
• Identificación de sinergias potenciales entre sectores en el campo y brechas que podemos llenar.

Las necesidades de financiación superan las capacidades actuales de las agencias de la ONU y los socios humanitarios para responder tanto a las necesidades existentes como a las nuevas que surgen del impacto del terremoto. Por eso, es vital que todas y todos colaboremos con Haití sin demora.

Imagen superior: Gente frente a los edificios derrumbados tras el terremoto en Jeremie, Haití, el 14 de agosto de 2021. Courtesy of TWITTER @JCOMHaiti/ via REUTERS

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