Las altas temperaturas de los últimos días, que en algunas ciudades de España han superado los 45º, están haciendo mella en los hogares con menos recursos económicos y en los niños y niñas más vulnerables. Según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística analizados por nuestra ONG, más de 1 de cada 10 familias con menores de edad a cargo —el 13,1%—no puede permitirse tener la vivienda a una temperatura adecuada.
“El verano no es igual para todos. Siempre es peor para los niños y niñas vulnerables, por muchos motivos distintos. La temperatura del hogar es uno de ellos. Es común que por factores como la falta de acondicionamiento, la sobreocupación de las viviendas o la calidad de las mismas pasen frío en invierno y calor en verano. Ahora, que están de vacaciones sin salir de casa, las temperaturas extremas afectan claramente a su bienestar y a su salud, y les seguirán afectando el resto del verano ya que aún queda todo el mes de agosto”, asegura nuestra directora general, Pilar Orenés.
Para muchas familias, no hay alternativas. A causa de su situación económica, no pueden irse de vacaciones a un lugar más fresco ni tienen los recursos económicos para acondicionar su hogar en estos días de calor. “En España, el 32,6% de los niños y niñas no disfrutan ni una semana al año de vacaciones fuera de casa. Se quedan en su barrio, en su vivienda, sin pasar unos días en el campo o en la playa.
Con la subida del IPC de más del 10% hay que ajustar gastos. Por ejemplo, comprar un ventilador puede ser un lujo que las familias no pueden permitirse ahora que lo necesitan. Por no hablar del coste de la electricidad necesaria para que funcione. Esta pobreza, tan poco visible porque ocurre dentro de la vivienda, existe y está más cerca de lo que pensamos. Hay que recordar que 1 de cada 3 menores de 18 años está en riesgo de pobreza o exclusión, una realidad enquistada que lejos de mejorar lleva tres años consecutivos aumentando.
Si los niños y niñas más vulnerables acceden a actividades de verano, como colonias o campamentos urbanos, estarán en espacios mejor acondicionados mientras disfrutan de las vacaciones. Por motivos económicos, no tienen tantas posibilidades de participar en las actividades recreativas que se organizan en verano. Se quedan en casa pasando calor, en ocasiones solos porque las personas adultas de la familia trabajan y no pueden recurrir a alguien que cuide de ellos.
"Acceder a las actividades de ocio que organizan muchas entidades en verano significa poder disfrutar de unas vacaciones de verdad. Allí están protegidos y cuidados, se asegura su alimentación y juegan con otros niños y niñas”, explica Pilar. Por eso, pedimos a los Gobiernos una mayor inversión y compromiso para que la infancia más vulnerable pueda participar en las actividades de verano.
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