La creación de huertos en 54 escuelas con las que trabajamos en El Salvador, además de complementar la dieta de los niños y
mejorar su nutrición, también es un
excelente recurso pedagógico para que aprendan hábitos alimentarios y se familiaricen con la agricultura ecológica.
Una mala alimentación perjudica el rendimiento académico de los escolares y afecta a su desarrollo a corto y largo plazo. Por esto,
en Educo hemos impulsamos la creación de huertos en diversos centros educativos de los departamentos de Usulután, San Vicente, Morazán y La Paz, una iniciativa que va en consonancia con las políticas gubernamentales para mejorar la alimentación de los escolares. Actualmente, el Ministerio de Educación brinda un refrigerio en los centros que se calcula aporta el 20% de las necesidades energéticas de un niño.
Los huertos, que están ubicados en la misma escuela o cerca de ella, involucran a toda la comunidad educativa: docentes, estudiantes y familias. En ellos,
los niños aprenden a cultivar hortalizas, cereales, verduras o frutas. Además, generalmente, estas plantaciones están acompañadas de pequeños corrales para criar aves o conejos.
"En mi escuela cosecharon varias verduras y eso ayudó a nuestros padres porque así ya no compraban por otro lado. Ellos también aprendieron y ya hacen sus huertos caseros para tener verduras frescas", dice sonriente
Francisca Selena Ramírez, una adolescente de 13 años que estudia en el Centro Escolar Caserío Las Ahogadas, en San Vicente. "
Todo eso es importante porque al comer verduras nos ayuda a que estemos más fuertes", agrega
Mario Leonel García, compañero de clase de Francisca.
Diversos escolares trabajan y aprenden en el huerto instalado en su centro
230 kg de hortalizas y verduras
El equipo de agrónomos de Educo brinda asistencia técnica, material y herramientas básicas para la instalación y mantenimiento de cada huerto.
Este año 2014, las escuelas han obtenido en total una cosecha de 230 kg de hortalizas, verduras, frutas y hierbas aromáticas. Entre los productos recolectados figuran tomates, pepinos, repollos, apios, espinacas, rábanos, berenjenas, albahaca o orégano. Además de la producción obtenida, la creación de huertos también permite
introducir prácticas de agricultura sostenible en las comunidades como el uso de abonos orgánicos, y
educar en temas nutricionales a los niños y a las familias. Se les enseña, por ejemplo, qué vitaminas tiene cada fruta, cómo elaborar abonos naturales, o cómo preparar comidas nutritivas con los alimentos disponibles en el entorno.
"Yo aprendí que nosotros solos podemos sembrar las hortalizas y preparar la tierra porque ya sabemos cómo hacer abono orgánico y no usamos el otro (químico) que es más dañino", afirma Mario Leonel.
Este mes de noviembre, una vez finalizado el curso escolar y también el ciclo productivo, las escuelas han organizado
ferias y actividades para intercambiar experiencias entre ellas y mostrar nuevas recetas.
Además de complementar la dieta infantil con vitaminas y minerales importantes para el desarrollo de los niños, los huertos también suponen un e
xcelente recurso pedagógico en el aula, ya que los pequeños aprenden temas relacionados con los tipos de alimentos, suelos, ciclos productivos, animales o costumbres alimenticias, entre otros.
Un grupo de alumnos muestra los platos elaborados con los alimentos producidos en su escuela
Alimentación infantil
,
El Salvador
,
huertos escolares