Erlinda es hoy una joven de 22 años de
El Salvador, que muestra una madurez envidiable y una gran capacidad para afrontar las adversidades. Ella misma comenta que desde muy pequeña aprendió el valor del esfuerzo. “
Cuando empecé en la escuela, mi madre siempre me decía: ‘te voy a dar hasta tercer grado y nada más’, pero yo soñaba con graduarme. Lo más difícil fue el tema económico porque, aunque mis padres querían darme una educación, no tenían ni para los útiles escolares; por esto comencé a trabajar cuando iba a cuarto curso”.
Justo en ese momento Erlinda recibió una importante noticia, que según comenta, le dio esperanza y valor para continuar con sus sueños. “
Yo siempre le pedí a Dios que me ayudara y de repente vino Educo. Nos dieron materiales escolares, llegaban y hacían jornadas de salud, mejoraban la escuela y siempre andaban viendo qué necesitábamos. Eso fue lo que me hizo seguir en la escuela”.
Entre 2005 y 2010, mientras estuvo en primaria, Erlinda fue apadrinada por Libertad Alcaide, colaboradora de Educo durante muchos años y recientemente fallecida. “
Para mí fue un privilegio ser apadrinada, porque esa caja de colores, ese sacapuntas, esas jornadas de salud… fueron una bendición. Educo ha sido un puente para seguir adelante, me ha ayudado a dar un paso hacia el éxito”.
Erlinda, en su hogar de El Salvador
"Con esfuerzo, se puede llegar lejos"
Cuando acabó primaria, no dejó los estudios como la mayoría de niñas que viven en su situación. “
Cuando me gradué, pensé: ‘hasta aquí llegué’; pero mis maestras se acercaron y me dijeron ‘puedes seguir’; eso me animó y me dije: ‘por qué no, si saqué noveno grado con sacrificio puedo esforzarme un poco más para sacar mi bachillerato’. Así que estudiaba los sábados todo el día y trabajaba de lunes a viernes”.
Actualmente trabaja como secretaria en una empresa y cursa Ciencias Jurídicas en la universidad.
Aspira a ser abogada para ayudar a su comunidad a defender sus derechos, y sobre todo, quiere ser un
ejemplo para los niños que viven en condiciones de pobreza similares a las suyas y demostrarles que, con esfuerzo, se puede llegar lejos.
Al echar la vista atrás, Erlinda tiene palabras de agradecimiento para Libertad: “
Esa gran persona tendrá su recompensa por todas las buenas obras que hizo. Valoro lo que con mucho sacrificio hizo por mí”.
La joven contempla el retrato de su antigua madrina, a quien agradece todo el apoyo recibido
apadrinamiento
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apadrinar a un niño
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El Salvador