¿Qué ocurre cuando hay muchos alumnos y alumnas en un aula o cuando el profesor no tiene una buena formación? La calidad de la educación se resiente y los niños y niñas son los primeros afectados. Por esa razón, el Objetivo número 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se refiere a la necesidad de garantizar una enseñanza inclusiva y equitativa de calidad y de promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
La consecución de este objetivo en 2030 depende del esfuerzo de todos los países y de las personas que intervienen en la comunidad educativa. Para medir los avances, se elabora por la ONU un informe periódico. En este post analizamos los resultados del último informe en relación con el objetivo de la educación de calidad.
La educación de calidad es un objetivo que influye en otros objetivos de desarrollo sostenible, por ejemplo, en el relativo a la pobreza: cuando un niño o niña tiene acceso a una educación de calidad e inclusiva, se formará, podrá acudir a la universidad y tendrá acceso a puestos de trabajo mejor remunerados que le permitirán salir de la pobreza.
Además, la educación contribuye a que los niños y niñas aprendan valores y se creen sociedades más justas en las que prime la igualdad.
No solo es importante que los niños y niñas estudien, sino que también lo es que reciban una educación de calidad. Existen diversos factores que pueden influir en la calidad de la educación. Destacamos los más relevantes:
El número de alumnos y alumnas por aula.
La calidad y cantidad del material educativo.
La adaptabilidad de la enseñanza a las necesidades de cada alumno o alumna.
La existencia de pruebas para evaluar el conocimiento adquirido.
La objetividad en la valoración de los conocimientos de los alumnos y alumnas.
La existencia de un ambiente educativo positivo y agradable.
El reconocimiento del esfuerzo de los alumnos y alumnas y el seguimiento personalizado de sus progresos.
La planificación de contenidos con un objetivo concreto.
La participación de las familias en el proceso educativo.
Para poder alcanzar el objetivo 4 de los ODS se analiza cada año la situación para cotejar los progresos. En el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2022 de Naciones Unidas se destacan los siguientes aspectos:
La pandemia de COVID-19 ha afectado de forma negativa a la educación de niños y niñas porque 147 millones de niños perdieron más de la mitad de las clases presenciales entre 2020 y 2021. Según el Análisis de cierre de las Escuelas elaborado por Unicef, 14 países del mundo permanecieron cerrados desde marzo de 2020 a febrero de 2021. Dos terceras partes de esos países se encuentran en América Latina y el Caribe y casi 98 millones de niños en edad de asistir al colegio se vieron afectados por el cierre. Los países en los que las escuelas permanecieron más tiempo cerradas fueron: Panamá, El Salvador, Bangladesh y Bolivia.
Es posible que 24 millones de alumnos (desde preescolar a la universidad) nunca regresen a la escuela. Esta situación afecta, en gran medida, a aquellos niños y niñas en situaciones más vulnerables o que no pueden acceder a herramientas que les permitan continuar con su educación a distancia.
En el mundo el 25% de las escuelas primarias carece de electricidad, agua potable o saneamiento básico. Este dato afecta a la educación de calidad puesto que es fundamental que la escuela promueva hábitos de vida saludable y una higiene adecuada para proteger a niños y niñas. Además, es esencial que los servicios de agua y saneamiento sean accesibles para niños y niñas con discapacidad, de forma que se garantice la igualdad en la educación.
En el mundo el 50% de las escuelas primarias carece de ordenadores y de acceso a internet. Según datos del informe How Many Children and Youth Have Internet Access at Home? (Cuántos niños y jóvenes tienen acceso a Internet en el hogar) elaborado por Unicef, 2/3 de los niños en edad escolar en el mundo, es decir, 1.300 millones de niños entre 3 y 17 años, no tienen conexión a internet en su casa. Esto supone que, durante el tiempo que las escuelas han permanecido cerradas, muchos niños y niñas en el mundo no han podido continuar estudiando. Se ha creado una desigualdad que pone en riesgo el futuro de los niños y niñas más vulnerables y que perpetúa las desigualdades de niños y niñas que provienen de familias más pobres o que se encuentran en zonas rurales.
La enseñanza a distancia se ofrece a 3 millones de niños ucranianos. En base a los datos de Naciones Unidas, la escolarización en Ucrania se ha interrumpido para 5,7 millones de niños, niñas y adolescentes en edad escolar obligatoria. Desde Educo hemos apoyado a Ucrania con varias líneas de actuación centradas en:
1. La distribución de alimentos y artículos básicos.
2. La provisión de medicinas.
3. El establecimiento de espacios de refugio.
4. La educación y el apoyo psicosocial.
5. Los primeros auxilios psicológicos.
6. El apoyo a personas refugiadas llegadas a Moldavia.
En definitiva, lograr el objetivo de la educación de calidad en 2030 depende de un gran esfuerzo por parte de todas las personas que forman parte de la comunidad educativa y no es solo una labor de los gobiernos de cada país. El futuro de los niños y niñas, sobre todo de los más vulnerables, está en juego y su posibilidad de salir del círculo de pobreza en el que se encuentran. La educación, por lo tanto, es la llave a un mundo sin desigualdades, con oportunidades para hombres y mujeres y basado en la justicia y en la sostenibilidad.
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