¿Tus hijos e hijas tienen miedo a las tormentas, te llaman por la noche por temor a la oscuridad o piensan que hay algo debajo de la cama o en el armario? Los más pequeños suelen manifestar diversos miedos que desaparecen a medida que crecen. Los padres y madres podemos ayudarles a superarlos con cariño y una gran dosis de paciencia. En este post te contamos cómo.
Algunos de los miedos más habituales durante la infancia son los siguientes:
Ir al colegio. Es uno de los temores más habituales en niños y niñas y puede surgir de una discusión con otro compañero de colegio o un mal gesto del profesor.
La obscuridad o la noche. Los niños y niñas tienen mucha imaginación y cuando llega el momento de irse a dormir y apagamos la luz, esa imaginación se desborda y pueden imaginarse cualquier cosa en la habitación. En realidad, este miedo está relacionado con la separación de sus padres y madres.
El médico. Los niños y niñas pequeños reciben diversas vacunas cuando son pequeños, por lo que relacionan el médico con alguien que les puede causar un daño y, por lo tanto, les genera miedo. Este miedo también dependerá mucho de cómo actúe el médico con el niño o niña y de si genera un ambiente de confianza.
Los insectos, los perros y otros animales. Es bastante habitual que los niños y niñas se asusten cuando ven a un perro por la calle, sobre todo si ladra o es de gran tamaño. Por lo general, lo que les da miedo es que el perro ladre o se ponga nervioso y pueda morder.
Los ruidos fuertes como las tormentas o los fuegos artificiales. Es un miedo bastante frecuente entre niños y niñas y una forma de ayudarles a superarlo es hacerles ver la parte bonita y positiva: los colores de los fuegos artificiales, la luz de los relámpagos, etc.
La causa del miedo puede ser de muy diverso tipo, por ejemplo, una película que hayan visto, una discusión que han presenciado entre sus padres o entre otros familiares, una conversación con otros niños y niñas. En este sentido, los padres y madres tenemos un papel importante para controlar lo que nuestros hijos e hijas ven en la televisión o en internet.
En los miedos de los niños y niñas influyen muchos factores: la personalidad, la autoestima, el contexto de la familia y las relaciones que existen entre los diversos miembros de la unidad familiar, entre otros.
Aunque sea complicado, la labor de los padres y madres consiste en encontrar un equilibrio para evitar estar siempre junto a tu hijo e hija cuando tiene miedo y enseñarle a adquirir confianza y luchar contra sus miedos por sí mismo.
Estas son algunas claves que puedes seguir:
Genera un ambiente de confianza. Tener miedo no es algo malo o algo de lo que tu hijo o hija deba avergonzarse. Para que se sientan en confianza y te cuenten lo que les preocupa es importante crear unas condiciones en las que se sientan tranquilos y sepan que pueden contar lo que les da miedo.
Hazle preguntas sobre su miedo. Para saber exactamente qué ocurre es importante que le hagas preguntas a tu hijo o hija sobre su miedo. De esta forma podrás conocer las situaciones en las que puede surgir el miedo y si este miedo se basa en algo real o en algo imaginario. Evidentemente, no es lo mismo tener miedo a un monstruo que está en el armario, que tener miedo cuando le dejas solo en el colegio.
No le ridiculices. Otro aspecto muy importante es no ridiculizar su miedo, de forma que tu hijo o hija no se sienta juzgado o subestimado. La clave está en no centrarse en si el miedo es lógico o no, sino en los efectos que está teniendo sobre tu hijo o hija.
Actúa dando ejemplo. Los niños y niñas pequeños tienden a imitarnos, por lo que una de las formas de enseñarles es dar ejemplo. Enfréntate a la situación que al niño o niña le da miedo para que vea que no ocurre nada malo. Pero hazlo despacio y con cuidado para no generar más estrés. Por ejemplo, si tu hijo o hija tiene miedo a los perros actúa con tranquilidad cuando se acerque un perro por la calle, acaríciale con cuidado y no cojas en brazos a tu hijo o hija para que se acerque poco a poco y pierda el miedo.
Ayúdale a salir de su zona de confort paso a paso. Los padres y madres debemos recordar que superar el miedo es un proceso que requiere tiempo, por ello, es esencial la paciencia y reconocer los logros que alcanza el niño o niña cada día para superar su miedo. Anímale con tus palabras, dile lo bien que lo ha hecho y acompáñale paso a paso.
Si el miedo es constante, intenso e interfiere en su vida diaria: busca ayuda. Tal y como hemos visto, los niños y niñas pueden tener diversos miedos, pero si ese temor persiste y empieza a afectar a su vida cotidiana puede ser el momento necesario para buscar ayuda de un profesional. Por ejemplo, puede que tu hijo o hija se obsesione con lo que le da miedo y no deje de hablar de ello y de mostrarse muy ansioso. También será necesario acudir a un profesional si tu hijo o hija sufre un ataque de pánico o tiene un temor que le incapacita para hacer alguna actividad como ir al parque o al colegio.
Los miedos infantiles son bastante frecuentes y los madres y padres tenemos la labor de aportar seguridad a nuestros hijos e hijas para que superen sus miedos y puedan ver que no ocurre nada malo y que estamos a su lado para ayudarles.
Derechos de imagen: Benjamin Voros
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