Ayuda urgente para la infancia en India

El sistema de salud en India está desbordado. Llevamos días viendo las imágenes del caos en que ha sumido al país la pandemia, cifras de contagios y muertes inabarcables. No hay camas en los hospitales, ni oxígeno, ni medicamentos. La segunda ola de coronavirus, con una variante nacional más virulenta y contagiosa y la relajación de las medidas sanitarias, ha convertido a este país asiático en el segundo con más casos del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, aunque la realidad es tan caótica que los datos son incalculables.

El impacto del coronavirus empezó en India antes de que se hubiera identificado ningún caso. El Gobierno declaró el 24 de marzo de 2020 el confinamiento de los más de 1.300 millones de personas que conforman su población como medida para frenar el avance de los contagios. Una medida que funcionó, a pesar de que las familias que habían emigrado a las grandes ciudades a ganarse la vida se quedaron sin trabajo y tuvieron que volver a sus aldeas sin haber cobrado nada. Algunas personas incluso se quedaron atascadas en el camino y tuvieron que caminar largas distancias para llegar a sus casas. De Mumbai a Shilonde, por ejemplo, hay 142 km y 29 horas caminando.

La rápida reacción del Gobierno y el confinamiento nacional paró en parte el golpe de la primera ola, pero la relajación de las medidas, la aparición de la variante india del virus y la densidad de población han disparado los datos en esta segunda ola, incluso los que se refieren a la infancia. La situación en las zonas donde trabajamos, especialmente en el estado de Maharashtra, es muy preocupante: los casos de contagio y la tasa de mortalidad aumentan rápidamente, así como el miedo entre la población, la pérdida de los medios de vida de las familias y las secuelas para la salud mental de las personas.



Nuestros equipos y los de las oenegés locales con las que trabajamos están en contacto regular con las comunidades para conocer el estado de los niños, las niñas y sus familias. Hasta el momento hemos detectado que está aumentando la preocupación y el miedo y algunas personas, a pesar de tener síntomas, no quieren hacerse la prueba porque temen ser ingresados en unos hospitales desbordados y sin medios si dan positivo.

Ante esta situación, desde Educo India estamos trabajando para minimizar el impacto del virus entre las personas que participan en nuestros proyectos y garantizar el bienestar de los niños y las niñas. Desde el inicio de la pandemia la infancia es uno de los colectivos que más estrés ha sufrido. Los niños y las niñas se sienten tristes, indefensos, irritables y están experimentando episodios de ansiedad. Y los cierres prolongados de las escuelas han empeorado estos sentimientos.

Hasta ahora nuestra respuesta a la COVID-19 en India se ha centrado en sensibilizar a las comunidades sobre la enfermedad, promover medidas de higiene entre las familias más vulnerables y distribuir materiales de limpieza y alimentación. En esta segunda ola nuestro trabajo, además, pone el énfasis en el bienestar de los niños y las niñas, su salud mental y su acompañamiento psicosocial. Estas son algunas de las acciones que consideramos más urgentes:
 

• Seguimiento exhaustivo de todos los niños y las niñas para monitorizar su bienestar y sus condiciones familiares.
• Apoyo psicosocial a niños, niñas y sus familias.
• Difusión de las medidas que cada persona debe tomar para cuidar su bienestar mental y el de su familia.
• Distribución de materiales de primera necesidad: kits de higiene y alimentación.
• Envío de contenidos educativos para que los niños y las niñas puedan seguir con su aprendizaje.

Además, como parte de la Alianza ChildFund, colaboramos con los departamentos gubernamentales de salud a nivel local para implementar el programa de vacunación a gran escala. En este sentido, es fundamental llevar a cabo campañas para combatir la desinformación y los rumores alrededor de la efectividad de las vacunas y que las personas que participan en nuestros proyectos dispongan de información correcta sobre la seguridad y los plazos de los procesos de vacunación.


 

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