El paso de la escuela infantil a la primaria es un hito emocionante, pero a menudo también un desafío en la vida de un niño o niña. Para facilitar esta transición y garantizar una adaptación suave, los padres, madres y cuidadores pueden seguir varios consejos de forma que los niños y niñas se sientan comprendidos, acompañados y entendidos.
El paso a la escuela primaria significa muchas novedades: jugar en un nuevo patio con niños y niñas más mayores, nuevos profesores, realización de exámenes y evaluaciones… Son aspectos que pueden generar ilusión, pero también dudas y cierto temor. En este artículo te contamos varios consejos prácticos para que sepas cómo ayudar a tus hijos e hijas en esa transición de forma que la vivan felices y la disfruten.
Ayudar a nuestros hijos e hijas y evitar que lo sufran un mal rato al pasar de la escuela infantil a la primaria es una cuestión de empatía y comunicación. Te damos varios consejos que seguir que os ayudarán a que el cambio sea menos brusco:
En muchas escuelas se organizan actividades de transición para que los niños puedan adaptarse a la nueva etapa escolar fácilmente. Puede que antes de que finalice la escuela infantil se les deje ir algún día al patio de los mayores a jugar con niños y niñas de cursos superiores, o que conozcan a alguno de los nuevos maestros.
Mantener una comunicación constante con tu hijo o hija es esencial. Habla sobre la primaria de manera positiva, respondiendo a sus preguntas y escuchando sus preocupaciones. Crear un ambiente donde el niño o la niña se sientan cómodos compartiendo sus sentimientos ayudará a evitar o reducir su ansiedad ante el cambio. Es fundamental que no banalices sus preocupaciones y que las atiendas para que se sientan comprendidos y escuchados.
En la escuela infantil los niños y niñas se acostumbran a moverse libremente por el aula, sin embargo, en primaria deben permanecer más atentos y sentados y quietos más tiempo. Para ayudarles a adaptase a este cambio, puedes utilizar, por ejemplo, los juegos de mesa como la oca o las cartas. Son una excelente forma para que aprendan a concentrarse, a respetar a los demás y a aceptar normas sociales.
Ir a visitar la nueva escuela puede reducir el temor de tus hijos e hijas a lo desconocido. Pasear por los pasillos, conocer a los nuevos maestros y explorar las aulas ayuda a que el niño o niña se familiarice con el nuevo entorno y se sienta más seguro el día que empiecen las clases en esta nueva etapa escolar.
Si mantienes las rutinas familiares y de sueño de forma regular puedes proporcionar estabilidad emocional a tus hijos e hijas ante el cambio que se acerca. Asegúrate de que el niño o niña duerme lo suficiente y come alimentos saludables para mantener su energía y atención durante el día escolar. Evita las distracciones antes de irse a la cama (televisión, móvil o tablet) y anímales a leer y libro para que se relajen y se duerman.
Ayuda a tu hijo o hija a desarrollar habilidades de autoayuda, como ponerse y quitarse la ropa o preparar su mochila para la escuela. La independencia aumentará su confianza en sí mismo y lo hará sentir más preparado para enfrentar nuevos desafíos. Poco a poco harán cada vez más cosas de forma autónoma: preparar su material escolar o la mesa para el desayuno, echar su ropa a la lavar o recoger y guardar la ropa limpia. A medida que el niño o niña aprenda puedes encargarle nuevas tareas.
Es bastante habitual que los niños pasen de tener un solo profesor que informa pormenorizadamente a los padres y madres cada cierto tiempo, a varios profesores que den indicaciones directamente a los niños y niñas. Poco a poco nuestros hijos e hijas deberán asumir responsabilidades sobre su educación.
También puedes crear, con la ayuda de tu hijo o hija, un rincón de estudio en casa donde el niño o niña pueda hacer la tarea y repasar lo aprendido en la escuela. El lugar debe ser cómodo, estar bien iluminado y, sobre todo, ser tranquilo para que el niño o niña pueda hacer los deberes y estudiar sin intromisiones o ruidos. Por lo tanto, se debe evitar el uso de móviles y ordenadores, salvo que se utilicen para el estudio.
Los niños y niñas nos miran y aprenden copiando lo que ven. Si asumes los cambios que hay siempre en la vida con tranquilidad y alegría, ellos te imitarán y lo harán también de forma natural. Por lo tanto, ante cualquier cambio, actúan con tranquilidad y evita el estrés.
En general, el apoyo emocional y la paciencia de padres y madres son clave durante esta transición. Pero no podemos olvidar que cada niño o niña tiene su propio ritmo para adaptarse, por lo que es importante estar atento a las señales de estrés o ansiedad y darle el apoyo necesario. Con el tiempo, la mayoría de los niños y niñas se adaptan muy bien a la nueva etapa y encuentran en la primaria un espacio para crecer, aprender y hacer nuevos amigos.
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