Beau recupera sus sueños

Beau es una niña de 15 años de Worokila, al sur de Malí, donde residía con su abuela después de la muerte de sus padres. Pensando en conseguir dinero para su dote se marchó a la capital, Bamako, y empezó a trabajar como empleada del hogar por un sueldo mensual de unos 15 euros.

Su vida cotidiana discurría entre el trabajo doméstico en la casa de su empleadora, por un lado, y la venta de bolsitas de agua en el mercado de Dabanani, por otro. Debido a la gran cantidad de agua que tenía que vender a diario bajo las estrictas instrucciones de su jefe, y por pena de ser reprendida, Beau se quedaba en la calle muchas veces hasta las 11 de la noche para vender su mercancía. Una noche, de camino a casa, fue asaltada y violada, a consecuencia de lo cual se quedó embarazada. Al saber que estaba embarazada y que ya no podría trabajar con la misma energía que antes, su empleadora se deshizo de ella sin ningún miramiento.

Beau encontró trabajo en otra casa en otro de los barrios de Bamako, pero esta vez por la mitad del sueldo. Allí dio a luz a su hijo, un varón, y a partir de ese momento la relación con su nueva jefa se fue volviendo tensa. Al final se encontró en la calle, sola con su hijo, donde la encontró el servicio de Promoción de la mujer, la infancia y la familia del ayuntamiento, que la remitió a nuestra ONG socia local Association pour la Défense des Droits des Aide-ménagères et Domestiques (ADDAD).

Una vez llegó al centro recibió asistencia y alojamiento y sus necesidades fueron evaluadas rápidamente por el especialista en protección de menores. Tras esta evaluación, Beau y su hijo recibieron atención médica, nutricional y psicosocial. La ONG también realizó gestiones en el ayuntamiento para conseguir la partida de nacimiento del niño y acompañó a Beau a reclamar los salarios que sus antiguas jefas no habían querido pagarle.

Hoy, una vez superado el trauma, Beau vive con su hijo en el centro de acogida, donde está aprendiendo la profesión de sus sueños: quiere ser tatuadora con henna. Tranquila y feliz, participa en charlas y debates sobre los derechos de las empleadas del hogar, cómo pueden autoprotegerse y cómo cuidar su salud reproductiva. Gracias a su compromiso, actualmente se encarga de explicar las normas a las compañeras que llegan nuevas al centro de acogida.
 

Niñas explotadas como empleadas del hogar

La situación de Beau es una constante en la capital de Malí. En Bamako, nueve de cada diez hogares tiene una o dos empleadas domésticas que provienen de las zonas rurales. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por eliminar el trabajo infantil, muchas de ellas son niñas y jóvenes de entre nueve y veinte años que trabajan en condiciones de esclavitud todos los días de la semana por un salario mísero, entre seis y quinze euros al mes. Además de la explotación laboral, sufren abusos graves como maltrato físico, violaciones, confinamiento forzoso y negación de alimentos y atención sanitaria, entre otros.

En este sentido, con el apoyo de la financiación de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo (AVCD) trabajamos junto a la entidad maliense Association pour la Défense des Droits des Aide-ménagères et Domestiques (ADDAD) con las instituciones gubernamentales para identificar y atender a las niñas que se encuentran en situación de peligro, actuamos de mediadores frente a las familias para tratar de restablecer la relación y que vuelvan a su casa, facilitamos el retorno a sus comunidades y al sistema escolar y formamos a las chicas sobre sus derechos y cómo protegerse de los abusos.

Además, les ofrecemos clases de alfabetización y formación profesional, así como prácticas de ahorro y microcréditos, entre otras actividades, para que puedan acceder a un empleo mejor en un futuro cercano.

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