Un estudio realizado por la
Universidad de Yale en EEUU revela que
el consumo de bebidas energéticas en niños podría estar relacionado con un incremento en la hiperactividad y la falta de concentración de los menores. El estudio, que se realizó analizando a 1.600 niños de una media de 12 años de edad concluyó que los niños que consumen bebidas energéticas
tienen un 66% más de riesgo de presentar síntomas de hiperactividad y falta de atención. El estudio se ha publicado en Academic Pediatrics
.
Beber bebidas energéticas está de moda y los niños cada vez se inician antes en el consumo de refrescos azucarados, en contra de la opinión de los pediatras. Hay que recordar que el consumo desmedido de azúcar aumenta el riesgo de padecer obesidad y otras enfermedades como diabetes tipo II, además de facilitar la aparición de caries.
La Academia Americana de Pediatría, uno de los organismos internacionales más respetables en esto de la ciencia de ser padres, nos recomienda limitar el consumo de bebidas azucaradas en niños, lo que incluye moderar también el consumo de zumos de frutas. Dependiendo de su edad,
un niño no debe superar un consumo de entre 21 y 33 gramos de azúcar al día. Una sola lata de un refresco de cola puede contener más de 40 gramos de azúcar.
Cuidado con la ingesta de azúcar
Tomar mucho azúcar refinado no es sano, pero, en contra de las recomendaciones de todos los organismos oficiales que recomiendan reducir el consumo de este tipo de edulcorantes (y sustituirlos por otros más saludables como la miel) la realidad es que los occidentales cada vez endulzamos más nuestras comidas, incluyendo las de los niños. Acostumbrarte de nuevo al sabor natural de las cosas es difícil si te has habituado a sabores muy dulces.
En este análisis los niños consumían una media de dos bebidas azucaradas diarias, pero el número de refrescos consumidos en total iba desde ninguno hasta la tremenda cantidad de siete o más de este tipo de bebidas.
Pero es que además las bebidas energéticas contienen otros aditivos como la cafeína:
una lata de una bebida energética contiene la misma cantidad de cafeína que una taza de café solo bien cargado y el doble que una lata de un refresco de cola.
Como decíamos anteriormente, la Academia Americana de Pediatría recomienda controlar el consumo de bebidas azucaradas, incluyendo zumos de frutas, es mejor comerse la fruta sin exprimir, llena más, contiene fibra y tiene menos azúcar. También recomienda eliminar absolutamente las bebidas energéticas de la dieta de nuestros hijos.
Un poco de sentido común y no dejarse llevar por las modas. Ni tampoco por los berrinches ¿le darías a tu hijo una taza de café? Si insiste mucho puedes darle a probar, un sorbito, sin azúcar ni leche, es la mejor forma de que no vuelva a pedírtelo.
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Sjoerd Lammers.
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