Durante los meses de verano, con las escuelas cerradas, los niños y las niñas más vulnerables no tienen acceso a actividades de ocio y tiempo libre y acaban quedándose en casa. Pero lo más grave es que también se acaban las becas y ayudas para el comedor escolar: más de 700.000 niños y niñas se quedan, en verano, sin el apoyo económico o la beca que reciben por parte de la Administración para su alimentación.
Según los últimos datos oficiales, uno de cada tres menores de 18 años está en riesgo de pobreza o exclusión social en España y más de 370.000 niños, niñas y adolescentes no comen carne, pescado o pollo cada dos días. Ante esta situación, por octavo año consecutivo, ponemos en marcha nuestro Programa de Verano, que no solo permite a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad tener acceso a actividades de ocio y tiempo libre, sino que también garantiza que reciban, al menos, una comida completa y nutritiva al día.
El anuncio que lanzamos con el inicio del programa tiene como protagonista a una madre que encadena trabajos precarios y hace equilibrios día a día para mantener a sus hijos, una realidad para muchas familias monoparentales o, mejor dicho, monomarentales, porque la madre es la que encabeza la gran mayoría de los hogares a cargo de un solo progenitor. Se trata del tipo de hogar con mayores posibilidades de sufrir pobreza y exclusión social en España y el que más ha sufrido un retroceso en sus derechos y su bienestar durante la última década.
Este verano, desde junio hasta septiembre, proporcionaremos a más de 2.000 niños y niñas unas 115.000 comidas en colaboración con 65 entidades que organizan distintas modalidades de campamentos. Además de garantizar la comida del mediodía, con el Programa de Verano de Educo también aseguramos, en muchos casos, el desayuno y la merienda. Asimismo, el programa busca fomentar la relación de los niños y las niñas con su entorno y sus amistades.
Así, prevemos una serie de actividades educativas en diferentes áreas, como las relacionadas con la gestión de las emociones, muy importante para que los niños y las niñas compartan lo que han sentido y están sintiendo durante la pandemia. Las entidades también realizarán talleres de resolución pacífica de conflictos donde aprender a dialogar y a escuchar y sesiones sobre el uso responsable de las redes sociales e Internet.
“Los niños y niñas también tienen derecho a tener unas vacaciones y a disfrutar del tiempo libre. Es algo básico si queremos asegurar su bienestar emocional”, explica Pilar Orenes, directora general de Educo.
Desde 2013, fecha en la que pusimos en marcha nuestro programa para asegurar la alimentación de los niños y las niñas con una beca comedor tanto en las escuelas como en las entidades sociales, hemos llegado a más de 37.500 niños y niñas y hemos repartido casi cuatro millones de comidas.