¿Existe el día más triste del año? Pues parece que sí, pero no tiene por qué serlo. Desde hace un tiempo se habla del Blue Monday como el día más triste del año. Sin embargo, en Educo creemos que no es un día para estar triste, sino que es perfecto para reconocer y validar todas las emociones, positivas y negativas de nuestros hijos e hijas, y ayudarles a desarrollar su inteligencia emocional. En este post te contamos el origen del Blue Monday y cómo ayudar a los más pequeños de la casa a gestionar sus emociones con actividades divertidas.
El término Blue Monday se comenzó a utilizar por el psicólogo Cliff Arnall a principios de la década de los 2000. En base a su teoría, el tercer lunes de enero es el día más triste del año debido a una combinación de varios factores:
Clima invernal frío.
Deudas generadas durante las fiestas de Navidad.
La pérdida de motivación para cumplir los propósitos de Año Nuevo.
Es una teoría que no tiene respaldo científico, pero la idea del día más triste del año se ha popularizado. Sin embargo, no es algo negativo, sino una oportunidad para reflexionar sobre nuestras emociones y las de nuestros hijos e hijas, para que aprendan que no pasa nada si están tristes o que se enfadan tienen que entender qué está ocurriendo con esa emoción.
En 2025 el Blue Monday será el lunes 20 de enero. Podemos aprovechar ese día para reconocer todas las emociones, tanto positivas como negativas y evitar la represión para fomentar una comunicación emocional abierta y sincera.
El Blue Monday puede convertirse en una excelente oportunidad para realizar actividades en familia que ayuden a los más pequeños a reconocer y gestionar lo que sienten. A continuación, te proponemos varias ideas que fomentan la inteligencia emocional con juego y diversión.
Los abrazos son una forma de transmitir cariño, seguridad y consuelo. Diversos estudios han demostrado que los abrazos liberan oxitocina, también conocida como la hormona del amor o de la felicidad, que reduce los niveles de estrés y promueve el bienestar emocional. ¿A quién no le gusta un buen abrazo?
Abrazar a nuestros hijos e hijas les ayuda a sentirse amados y comprendidos, especialmente en momentos de tristeza, enfado o frustración. Además, los abrazos fortalecen los lazos de la familia y mejoran la comunicación emocional. En casa podéis hacer un juego de “un minuto de abrazos" para dedicar un momento del día para abrazaros en familia, sin prisas ni distracciones, simplemente disfrutando del contacto y de la conexión entre hermanos, entre padres y madres e hijos e hijas.
Si hay una película que puede ayudar a los niños y niñas a entender cómo funcionan sus emociones es Inside Out ("Del revés") tanto la parte uno como la dos. Son dos películas que exploran las emociones de una niña llamada Riley a través de personajes que representan la alegría, la tristeza, el miedo, la ira o el asco.
Otra película para una tarde de invierno que puede ser perfecta para entender emociones como el miedo o el valor es El viaje de Arlo (The Good Dinosaur). Es una película que parte de la premisa de que el meteorito que acabó con los dinosaurios pasó de largo de la Tierra. Cuenta las aventuras de un pequeño dinosaurio y un niño.
Después de ver la película podéis hablar un rato para comentar qué emociones han aparecido en la historia y cómo las han gestionado los personajes las han gestionado.
Los cuentos son una buena herramienta para ayudar a los niños y niñas a identificar y saber qué hacer con sus emociones. Existen numerosos títulos que tratan este tema de forma sencilla en función de la edad de cada niño o niña. Algunos cuentos que tratan emociones y que son interesantes son los siguientes:
Si yo tuviera una púa. Lo puedes encontrar en formato vídeo en YouTube. Cuenta la historia de un pequeño erizo que regala sus púas para agradar a los demás. Con el cuento se aprende la importancia de la asertividad y el respeto hacia uno mismo.
¿No hay nadie enfadado? Es una recopilación de doce cuentos que tratan aspectos importantes como gestionar el enfado y otras emociones. En el cuento encontrarás a una musaraña que provoca a una ardilla, un elefante que se reprocha a sí mismo o a un bogavante que trata de vender enfados.
Como en el caso de las películas, podéis leer los cuentos juntos y después hablar sobre las emociones que aparecen en la historia. Pregúntales a tus hijos e hijas cómo se sentirían en situaciones parecidas y qué harían.
La música siempre es perfecta para transmitir emociones de todo tipo de forma divertida. Cuando los niños y niñas cantan y bailan, liberan tensiones, expresan lo que siente y mejoran su estado de ánimo. Deja que tus hijos e hijas elijan la música que más les gusta y luego les puedes preguntar qué emociones sienten con cada canción.
El baile también aporta numerosos beneficios físicos y emocionales. Un fin de semana podéis organizar en casa un juego en el que cada miembro de la familia elija una canción que represente su estado de ánimo y baile según cómo se sienta. Esta actividad fomenta la expresión de las emociones y refuerza la autoestima.
Todas estas actividades son una parte importante de la educación de los niños y niñas y le ayudan a entender que todas las emociones son válidas y que hay que expresarlas para alcanzar el bienestar emocional. El Blue Monday es el día perfecto para fomentar emociones y valores como la empatía, el respeto y la comprensión en la familia.
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