La violencia escolar es un problema serio que afecta a niños y adolescentes en todo el mundo. Erradicar el acoso escolar y crear entornos educativos seguros es una prioridad para garantizar el bienestar y el desarrollo integral de los estudiantes. En este post te contamos cómo lograr que las escuelas sean entornos seguros para niños y niñas.
El bullying es una forma de violencia escolar que puede manifestarse de diversas maneras:
Físicamente: incluye golpes, empujones y cualquier tipo de agresión corporal.
Verbalmente: se refiere a insultos, amenazas y comentarios despectivos hacia la víctima.
Psicológicamente: se refiere a casos de manipulación, exclusión social y humillación.
También existe el ciberbullying, que se realiza a través de medios digitales, como las redes sociales o los mensajes de texto (SMS o WhatsApp, por ejemplo). Es importante saber diferenciar estas formas de bullying para poder identificarlas y abordarlas de forma efectiva.
La Universidad Complutense elaboró un estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en la infancia y la adolescencia y ha aportado los siguientes resultados:
1 de cada 3 víctimas no le explica a nadie lo que está ocurriendo.
El 19,2 % del alumnado reconoce haber sufrido maltrato entre estudiantes.
El 52,9% de las víctimas atribuyen el acoso a su aspecto físico como motivo principal, el siguiente motivo es desafiar los estereotipos sexuales (44,2%) y el tercero la envidia hacia la víctima (42,2%).
Las agresiones más frecuentes son las de tipo verbal.
Por otro lado, la organización Bullying Sin Fronteras, ha realizado un estudio sobre al incidencia del ciberbullying en niños y adolescentes de América, Europa, África, Oceanía y Asia, entre enero de 2023 y mayo de 2024. Los datos más destacados son los siguientes:
Se han detectado más de 9.524.000 anuales casos de ciberbullying entre los años 2023 y 2024.
1 de cada 4 casos de acoso escolar o bullying se manifiesta a través del ciberacoso o cyberbullying.
El ciberacoso se produce, sobre todo, a través de redes sociales como Facebook, X, Instagram o WhatsApp.
El 70% de las víctimas son niñas.
Una escuela segura aporta diversos beneficios, entre los que destacamos los siguientes.
1. Mejor rendimiento de los estudiantes. En un entorno educativo libre de acoso escolar se logra un mejor rendimiento académico ya que los estudiantes pueden concentrarse en estudiar sin tener ningún temor.
2. Bienestar psicológico. Una escuela segura contribuye al bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes y a que tengan un desarrollo social saludable. Las escuelas seguras fomentan un ambiente de confianza y respeto, esenciales para el crecimiento personal y el refuerzo de la autoestima del alumnado.
3. Reducción del abandono escolar. Cuando las escuelas son entornos seguros, los niños y niñas se sienten protegidos y se evita el abandono escolar debido a casos de acoso.
Sin embargo, una escuela que no es segura y en la que hay casos de acoso escolar, puede producir efectos negativos en el alumnado como ansiedad y depresión, bajas calificaciones e incluso el abandono escolar.
Como consecuencia de todo lo anterior, es fundamental aplicar estrategias para prevenir y evitar el bullying en las escuelas. Estas son algunas:
Una de las estrategias más efectivas para acabar el bullying es la sensibilización. Esto puede lograrse mediante programas de concienciación, como talleres, charlas y campañas informativas que aborden el bullying y sus consecuencias. Los estudiantes deben saber identificar los casos de acoso escolar, cómo actuar y a quién pueden dirigirse para obtener ayuda.
Es fundamental involucrar a toda la comunidad escolar en este proceso, incluyendo a padres, maestros y estudiantes, para crear un ambiente seguro.
También son esenciales este tipo de programas, ya que promueven valores positivos como la empatía, el respeto y la cooperación entre los estudiantes. Es importante impulsar actividades que fomenten la tolerancia, la igualdad, la solidaridad y el respeto desde edades tempranas, para que los niños y niñas aprendan a convivir con personas de diferentes culturas, procedencias o formas de pensar.
En Educo fomentamos una educación basada en valores ya que consideramos que es la base de la educación de calidad a la que tienen derecho todos los niños y niñas.
Otra buena opción consiste en elaborar e implantar un código de conducta para establecer reglas claras y consecuencias de los casos de acoso escolar. Además, se deberá elaborar un protocolo de actuación para el supuesto de que surja un caso de acoso escolar. En el protocolo se deberá establecer el proceso a seguir y las personas que deberán intervenir. El principal objetivo debe de ser siempre proteger a la víctima.
La formación continua de los docentes en la detección y gestión de situaciones de acoso escolar es esencial para evitar este tipo de casos. Los docentes y tutores deben recibir formación específica, recursos y apoyo psicológico para enfrentar estos casos con seguridad y ayudar de forma efectiva a las víctimas.
La tecnología puede tener un papel importante en la prevención del bullying. Por ejemplo, se pueden utilizar aplicaciones y plataformas digitales a través de las que los estudiantes reporten casos de bullying de manera anónima y la escuela pueda intervenir de forma inmediata.
Desde Educo, ponemos a disposición de las entidades dos herramientas tecnológicas que complementan sus sistemas de protección:
Para erradicar el bullying, es fundamental involucrar a toda la comunidad escolar. Los padres, maestros y estudiantes deben participar activamente en la creación de un ambiente seguro. Por ejemplo, se pueden tomar medidas como:
1. Organizar reuniones periódicas
2. Formar comités de prevención del bullying
3. Desarrollar talleres informativos para padres
Además de todo lo anterior, es importante realizar una evaluación y seguimiento continuos de las estrategias implementadas para verificar que están siendo efectivas y modificarlas si es necesario. Para ello se pueden realizar encuestas y recoger opiniones de estudiantes, padres y docentes.
Crear escuelas seguras y erradicar el bullying es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso de toda la comunidad escolar. Desde Educo seguimos trabajando para lograr escuelas seguras en las que los estudiantes puedan crecer y aprender sin nigún temor.
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