El lenguaje es muy poderoso e influye mucho en cómo nos vemos y nos ven otras personas. Nos permite comunicarnos, expresar cómo nos sentimos y formar nuestra propia personalidad. El
lenguaje inclusivo de género se ha convertido en una necesidad para democratizar el uso de las palabras y que todas las personas, independientemente de su sexo, se sientan nombradas e incluidas.
Según una investigación de New Stanford, una frase como
Las niñas son tan buenas como los niños en matemáticas se puede pensar que es como un estímulo para las niñas, pero puede ser contraproducente porque podría
perpetuar de forma sutil estereotipos de género. Aunque parece que quiere transmitir que ambos sexos son igual de buenos para las matemáticas, debido a la estructura gramatical parece que ser bueno en matemáticas es más común en los niños que en las niñas. Por lo tanto, es necesario ser precavidos con la forma en la que elegimos y utilizamos las palabras y construimos las frases.
En este sentido, el psicoanalista Jacques Lacan destacó la importancia de la función del lenguaje en la forma en que el ser humano estructura su realidad. Según Lacan,
el lenguaje le da nombre a lo que ve y significado a lo que sucede en su interior. En definitiva, todo lo que no podemos nombrar es imposible de aprehender.
Estrategias para utilizar un lenguaje inclusivo de género
Para utilizar un lenguaje inclusivo de género se pueden aplicar una serie de consejos como los siguientes:
- Escribir o transmitir mensajes claros. En cualquier tipo de comunicación es fundamental que los mensajes se transmitan correctamente, estén bien estructurados y se puedan entender con facilidad.
- Evitar expresiones que puedan ser discriminatorias. Por ejemplo, si se cita a un hombre en un texto con su nombre, apellido y profesión junto a una mujer, a ella también se la deberá citar con su nombre, apellido y profesión. Lo vemos mejor con un ejemplo práctico: serán ponentes en el curso el abogado D. Felipe XXX y la abogada Doña Marisa XXX.
- No utilizar expresiones que pueden demostrar estereotipos de género como Los hombres no lloran o Actúas como una niña.
- Escoger expresiones más inclusivas. A continuación, damos algunos ejemplos:
- Doblar el sustantivo –alumnos y alumnas– o usar nombres colectivos como alumnado.
- Evitar expresiones como médicos y enfermeras, podemos referirnos a personal sanitario.
- Evitar nombrar a las mujeres por su relación con un hombre.
- Si en lugar de expresiones como Un gran logro para el hombre utilizamos Un gran logro para la humanidad estaremos aplicando un lenguaje más inclusivo.
- Es bastante habitual escuchar expresiones como Las mujeres de la limpieza y se puede sustituir por El personal de limpieza.
- Considerar el tipo de comunicación, que puede ser oral o escrita y el objetivo de dicha comunicación, además del público al que se dirige. Todos los elementos influyen y deben ser considerados. En cualquier caso, para lograr la igualdad de género no solo es importante el lenguaje, también la educación que reciben nuestros hijos e hijas en casa. Por ejemplo, deben participar de forma equitativa en las tareas del hogar, es importante que aprendan a ser autónomos, que descubran personajes históricos tanto femeninos como masculinos que puedan ser referentes, que los juguetes no marquen roles de género y que jueguen como les guste, en definitiva, se trata de estimular su talento y su creatividad, con independencia de su sexo.
La importancia de enseñar el lenguaje inclusivo a niños y niñas
La
educación en valores es una de las herramientas esenciales para promover la igualdad de género. En este sentido se pueden destacar diversas ventajas de utilizar y enseñar un lenguaje inclusivo a niños y niñas:
- Se aporta visibilidad a la presencia de las niñas.
- Permite que las niñas se sientan consideradas y que participen.
- Contribuye a que exista un respeto y se potencie la igualdad.
- Evita la perpetuación de los estereotipos de género, como los que hemos citado anteriormente.
Sin embargo, la realidad es que existe una gran desigualdad entre niños y niñas en el acceso a la educación, por eso, en Educo creamos las
Becas Ella, que protegen a las niñas de situaciones como los matrimonios infantiles, la trata de personas, los embarazos precoces o el trabajo infantil. Las becas se destinan a niñas de entre 12 y 17 años en zonas de El Salvador, Guatemala, Bangladesh y Burkina Faso, con muchas dificultades económicas y que desean continuar estudiando. La beca cubre los gastos de escolarización de un año: matrícula, tasas de exámenes y material escolar.
Como consecuencia de todo lo anterior, la
igualdad de género requiere un trabajo y un esfuerzo conjunto de hombres y mujeres que parte del uso de un lenguaje inclusivo y que pasa por enseñar a nuestros hijos e hijas valores como el respeto, la igualdad, la tolerancia, la paz o la amistad. Y, sobre todo, que las niñas y las mujeres tengan espacios en los que visibilizar y explicar sus vidas, tan silenciadas durante toda la historia.
Imagen:
lisa runnels en
Pixabay
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