A lo largo de nuestra vida sufrimos situaciones que requieren una gran capacidad de superación: una enfermedad, la muerte de un ser querido, una ruptura de pareja. Son circunstancias particularmente doloras que nos ponen a prueba y que nos llevan al límite. Cuando nos encontramos en una situación complicada tenemos dos alternativas: sentirnos mal y vencidos o sobreponernos, utilizar nuestra resiliencia y seguir adelante con más energía. Enseñar resiliencia a los niños y niñas se convierte en un elemento fundamental para que sean más felices. En este post te contamos cómo enseñarla.
La resiliencia se puede definir como la capacidad que tienen las personas de superar situaciones difíciles y seguir adelante. La resiliencia nos permite hacer frente a las adversidades que aparecen a lo largo de la vida, aprender de ellas e, incluso, verlas de un modo positivo. La clave está en adaptarse, aprender y fortalecerse cuando ocurre algo negativo en nuestra vida o hay un cambio.
La resiliencia se puede aprender y es aconsejable que desde la niñez los padres y educadores ayuden a los niños y niñas a desarrollar esta habilidad.
Una persona resiliente suele ser una persona que:
- Tienen una autoestima alta y confía en sí misma para superar las dificultades.
- Es flexible y se adapta bien a los cambios que hay en la vida.
- Acepta la realidad y sabe ver el lado positivo porque es optimista.
- Consigue ver los problemas de forma objetiva para encontrar soluciones, sin que las emociones supongan un obstáculo.
- Tiene una inteligencia emocional que le permite gestionar sus emociones y entender las de los demás.
La resiliencia se aprende y, por lo tanto, es posible enseñar resiliencia a los niños y niñas y será una labor de padres, madres y profesorado. El objetivo es lograr que aprendan a ver las dificultades de la vida y a superarlas. Estas son las pautas que se pueden seguir para enseñar resiliencia a niños y niñas:
- Enséñales a fijar metas razonables. Es importante que los niños y niñas aprendan a fijarse metas y que estas sean razonables. Cada vez que avance un poco hacia esa meta reconoce sus méritos y ayúdale a centrarse en lo que consigue y no en lo que no consigue.
- Enséñales la importancia de las rutinas y del ocio. Para que un niño o niña se desarrolle adecuadamente es fundamental que comprenda que es tan importante mantener una rutina de hacer los deberes, asistir a la escuela o estudiar, como tener momentos de ocio para jugar con sus amigos o disfrutar con sus padres.
- Alimenta su autoestima. Uno de los factores mas importantes para que un adulto sea resiliente es, cómo decíamos antes, una autoestima elevada. Para lograr fortalecer la autoestima de tus hijos puedes empezar por darles pequeñas responsabilidades y dejar que tomen decisiones, que irán aumentando de importancia a medida que crezcan. Es fundamental, que no compares a tu hijo o hija con otros niños o con sus propios hermanos, debemos comprender que son diferentes.
- Mantén actitud positiva. Para cualquier cosa que quieras enseñar a tus hijos e hijas deberás dar ejemplo, para enseñar resiliencia ocurre lo mismo, si tus hijos e hijas ven que en situaciones complicadas mantienes la calma y sabes ver el lado positivo aprenderán de ti.
- Enséñales a aceptar los cambios. La vida está hecha de cambios continuos y es fundamental que tus hijos e hijas conozcan esa realidad. En ocasiones los niños y niñas y adolescentes no asumen bien los cambios, por ejemplo, si tienen que ir a otro colegio, sus padres se divorcian o deben cambiar de ciudad. Son cambios que pueden resultar difíciles de aceptar pero que forman parte de la vida.
- Muéstrales la importancia de conocerse a uno mismo. Conocerse a uno mismo ayudar a saber cómo afrontamos los problemas y las complicaciones. Es fundamental que ayudes a tu hijo o hija a saber cómo son para ello fomenta la creación de un espacio en el que se sientan cómodos para hablar, expresarse y mostrar sus emociones.
- Ayúdales a crear conexiones. Cada niño o niña debe tener desde pequeño conexiones con su familia y con su entorno (amigos, conocidos, vecinos), para tener un sentimiento de seguridad y evitar le individualismo. Ayuda a que tu hijo o hija comparta tiempo con otras personas para que descubra diferencias, aprenda y sepa entender las situaciones de otras personas.
- Resuelve los conflictos de forma positiva. Tu hijo o hija puede tener conflictos con un hermano o hermana o con algún compañero de escuela o familiar, ayúdale a ver el conflicto desde otra perspectiva y a obtener el aprendizaje de cada situación para que cuando sea adulto sepa ver las circunstancias complicadas con otro punto de vista.
- Muéstrales que las decisiones tienen consecuencias. Una de las formas más eficaces para lograr que tu hijo o hija sea consciente de la responsabilidad que asumimos cada uno como persona es la de dejarle tomar, poco a poco, pequeñas decisiones que le incumben, por ejemplo, relativas a la comida o al vestuario. De esa forma verá que las decisiones tienen consecuencias y aprenderá a asumirlas. Es importante que entiendan que la mayor parte de los acontecimientos de la vida no dependen de la suerte sino de la forma en la que actuamos y las decisiones que tomamos.
- Ayúdales a reconocer lo que sienten. Es importante, y esta relacionado con la inteligencia emocional, que los niños y niñas sepan reconocer lo que sienten. Si sienten rabia, frustración o tristeza, pueden reconocer esos sentimientos y eso les ayudará a actuar con resiliencia.
En Educo impulsamos un aprendizaje basado en la resiliencia puesto que muchos de los niños y niñas a los que apoyamos viven en situaciones muy complicadas: familias en situación de extrema pobreza, conflictos armados y otras situaciones que afectan de forma negativa a sus vidas. ¿Nos ayudas a que los niños y niñas tengan un futuro mejor gracias a la educación?
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