218 centros educativos de Educación Infantil y Primaria de 106 poblaciones de todas las comunidades autónomas en España.
Becas comedor para un total de 1.944 niñas y niños que no reciben ninguna por parte de las administraciones públicas –o que reciben una cantidad insuficiente– a pesar de necesitarla. 324.921 comidas repartidas. Estas son las cifras a las que hemos llegado con nuestro programa de Becas Comedor durante el curso 2020-2021.
Hoy, Día de la Nutrición, queremos poner en valor el esfuerzo que se ha hecho desde las escuelas para, no solo
asegurar que los niños y las niñas de las familias más afectadas por la crisis puedan recibir como mínimo una comida saludable y nutritiva al día, sino también para que encuentren en el espacio de comedor un lugar donde sentirse integrados, aprendan valores, practiquen el arte de compartir y, sobre todo, jueguen y se diviertan.
Las escuelas
tuvieron que adaptarse de la noche al día cuando en marzo de 2020 el Gobierno decretó el confinamiento y el cierre de los centros educativos como medida de emergencia para detener los contagios por coronavirus. Y tuvieron que volver a adaptarse con el inicio del curso escolar en septiembre, tras seis meses de pandemia y con escaso acompañamiento por parte de la Administración.
En nuestro caso, a finales del curso pasado
adaptamos nuestro programa de Becas Comedor a la nueva realidad y lo convertimos en Becas Comedor Casa para asegurar que los niños y niñas siguieran recibiendo una alimentación adecuada a pesar de no ir a la escuela. Y lo hicimos en coordinación con las direcciones de las escuelas y entidades sociales mediante distintas modalidades: transferimos el importe de la beca a las familias, entregamos tarjetas monedero o lotes de comida.
“Nuestras familias están viviendo bajo mínimos, sufren ERTE y muchas dificultades económicas derivadas de la crisis y nos piden dejar a los niños en el colegio para que coman algo completo, caliente y con otros niños, ya que el confinamiento y la falta de socialización han resultado muy duros”.
Equipo directivo
Con la vuelta al cole volvimos a los comedores escolares y vimos cómo las escuelas tuvieron que
diseñar medidas para garantizar la seguridad de toda la comunidad educativa: grupos burbuja, distancias, higiene, ventilación. Así, las escuelas nos explican que el espacio de comedor “se desinfecta antes y después de cada uso y el lavado de manos es constante, antes y después de cada comida. El personal del comedor lleva guantes, pantalla y mascarilla y los niños y niñas no pueden levantarse para llevar platos ni vasos, todo es recogido por las monitoras”.
Espacios de comedor adecuados
También durante el servicio de comedor se promueve el máximo silencio para evitar la expulsión de partículas al aire y, por supuesto, los usuarios no pueden intercambiar comida ni cubiertos. “El alumnado no se puede servir la comida ni compartir la jarra de agua ni la panera. Antes, todo lo contrario, ya que siempre hemos intentado fomentar la autonomía de los niños.
Lo más importante es que el clima escolar no quede perjudicado ni haya mermado la calidad del servicio de comedor”, cuentan desde una de las escuelas que participa en nuestro programa.
La mayoría de las escuelas han acondicionado espacios para poderlos convertir en espacios de comedor y así poder mantener las distancias necesarias.
Gimnasios, salas de actos, salas de música, bibliotecas, incluso vestíbulos sirven de comedores en tiempo de pandemia. Imprescindible: que pueda ventilarse. Algunos centros tienen la suerte de ser espaciosos, pero otros todo lo contrario y han tenido francas dificultades para adaptarse. En algunos casos incluso se come en la clase porque es la única manera de poder mantener los grupos burbuja.
Becas comedor también durante el confinamiento
En caso de confinamiento de algún alumno o alumna o de uno de los grupos burbuja la mayoría de las escuelas dan la
posibilidad a las familias de hacer la recogida de la comida para que sus hijos sigan teniendo acceso a la beca y a una alimentación adecuada. En todos los casos hemos podido comprobar que las escuelas están abiertas a buscar soluciones y piensan ante todo en la seguridad y el bienestar de la infancia.
“Este año, con todo lo de la pandemia, pensábamos que la tarea iba a ser más difícil pero la verdad es que los niños y las niñas se han adaptado muy bien a todas las normas en un lugar tan delicado como es el comedor, donde deben quitarse la mascarilla para comer. Todo ello nos ha facilitado mucho nuestra labor”.
Monitora de comedor
FOTO: Rafa Cabal
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