El 30 de julio el calendario nos muestra otra fecha marcada: el Día Mundial contra la Trata. Una fecha que nos recuerda el trabajo que aún queda por hacer para acabar con esta lacra y más ahora en tiempos de pandemia. Y es que la COVID-19 puede aumentar el riesgo para la infancia y adolescencia de ser víctimas de trata.
“Muchos países han optado por el confinamiento de las familias para evitar que sus miembros se pongan enfermos o que se propague el virus. Si bien esta medida puede ser efectiva a nivel de salud pública, también podría aumentar el riesgo de que niños, niñas y adolescentes se conviertan en víctimas de trata, ya que no siempre es la más idónea para protegerlos frente a otros riesgos como la violencia dentro del hogar o la posibilidad de ser captados para trata, abuso y explotación en línea”, explica nuestra responsable de Protección, Laurence Cambianica.
A causa de la pandemia mundial y del cierre de los centros educativos, niños, niñas y adolescentes han tenido que usar Internet para poder seguir el curso escolar virtualmente. El hecho de no estar preparados para manejarse en este entorno o no saber usar las redes sociales correctamente puede suponer un riesgo importante para ellos y ellas.
Más del 70% de las víctimas de trata de personas son del sexo femenino, según Naciones Unidas.
“A esto hay que sumarle las dificultades económicas que están pasando muchas familias. Las redes criminales de trata se están beneficiando de la situación y han desarrollado nuevas estrategias. Por un lado, se aprovechan de los problemas económicos que viven las familias y las engañan ofreciendo falsas formas de remuneración, con el objetivo de captar nuevas víctimas. Por otro lado, al estar más tiempo conectados a Internet, los niños, niñas y adolescentes están más expuestos a que les capten, ya sea a través de los juegos virtuales, las redes sociales u otras páginas”, explica Laurence.
La trata de personas es una de las más grandes violaciones a los derechos humanos que afecta a millones de personas, siendo las más afectadas las niñas y mujeres. Según Naciones Únicas, más del 70% de las víctimas de trata de personas son del sexo femenino. La explotación sexual y el trabajo forzado son las formas predominantes de trata de personas, representando alrededor del 90% de los casos identificados. El 10% restante son personas captadas para ser explotadas con fines de tráfico de órganos, mendicidad infantil, matrimonios forzosos o conflictos armados.
La trata es un fenómeno de impacto global. Tenemos que garantizar que niñas, niños y adolescentes estén seguros y protegidos siempre, incluso en tiempos más difíciles y complejos. Es responsabilidad de todos y todas. El diálogo, el respeto y el buen trato serán siempre fundamentales para que los hogares sean lugares seguros. La información y el conocimiento son elementos que nos ayudarán en este propósito.
En coordinación con las administraciones públicas y la sociedad civil, trabajamos para prevenir a la infancia sobre la trata y apoyar a las víctimas de esta forma de explotación y abuso. En Bolivia, desarrollamos el Programa Tejiendo Redes Seguras – Protejeres, con el apoyo de la Cooperación Española, el Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local de Bolivia, la Fundación Munasim Kullakita y la Fundación Estrellas en la Calle. A través de este programa, atendemos a supervivientes de trata, organizamos actividades de formación para niñas, niños y adolescentes y trabajamos en colaboración con otras entidades y organizaciones para concienciar a la población de este problema.
Derechos de imagen: Jesús Pastor/Educo
; , Bolivia , España , protección , trata , trata infantil , violencia contra infancia
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