El aprendizaje de niños y niñas es como la construcción de una casa, se comienza por los cimientos que son los
vínculos afectivos en el aula tanto con profesores como con otros alumnos, sobre esos cimientos se construyen los muros del conocimiento. Sin vínculos de cariño, afecto y amor, los muros no se van a sostener, por lo que en este post te contamos qué ocurre cuando no hay vínculos de afecto en el aula, que beneficios aportan y cómo crearlos.
¿Qué ocurre cuando no existen vínculos afectivos en el aula?
Hay veces en que se empieza la casa por el tejado y no se crean esos cimientos sólidos en forma de
vínculos afectivos en el aula, esto va a suponer que, a la larga, los muros de la casa se caigan y la casa se desmorone. En estas situaciones se producen efectos negativos como los siguientes:
- Pueden surgir conflictos entre profesores y alumnos o entre los alumnos, debido a la falta de empatía y desconocimiento del resto de personas y de sus circunstancias.
- Las relaciones que se crean se enfocan en la desconfianza y el miedo. Los alumnos temen al profesor e incluso a otros alumnos.
- La autoestima de los alumnos se resiente porque no se sienten queridos y se generan una imagen negativa de sí mismos que podría acompañarles durante mucho tiempo impidiendo que aprendan.
- Los alumnos aprenden una forma negativa de ver las relaciones entre las personas y desconocen lo que significa una relación sana.
- Como consecuencia de todo lo anterior, el rendimiento académico también se resiente y se puede llegar al absentismo y al abandono de los estudios puesto que no se encuentra motivación.
Beneficios de crear vínculos afectivos en el aula
Por el contrario, la existencia de vínculos afectivos en el aula proporciona cimientos sólidos para el aprendizaje y aporta beneficios como los siguientes:
- Mejora de la comunicación. La forma de comunicarse entre alumnos y profesor o de los alumnos entre sí es más fluida y los alumnos se sienten cómodos a la hora de expresar lo que sienten y lo que les preocupa en todo momento.
- Generación de confianza. La existencia de un vínculo afectivo fuerte con el profesor y otros compañeros genera confianza tanto en uno mismo para el caso de los alumnos como en el grupo, puesto que se apoyan unos a otros.
- Fortalecimiento de la autoestima del alumnado y de los profesores. La autoestima de todos aumenta y se fomentan valores como el respeto, la solidaridad, la paz y el entendimiento mutuo.
- Desarrollo integral del niño o niña. Todo lo anterior conlleva que se produzca un desarrollo integral del niño o niña puesto que se fomenta un desarrollo emocional junto a otro relativo a habilidades académicas.
Cómo crear vínculos afectivos en el aula
Ya conoces la importancia de los vínculos afectivos en el aula, pero ¿Cómo se crean?, ¿Qué pautas hay que seguir? Te las contamos a continuación.
En la relación profesor-alumno se pueden seguir las siguientes claves:
- Crear un vínculo horizontal y no jerárquico. El maestro o maestra no es un jefe, no debe imponer sus ideas con poder o miedo, sino que debe tratar a niños y niñas como iguales, de manera que se cree un vínculo horizontal y no jerárquico.
- Generar una influencia basada en afecto y no en miedo. Los profesores ejercen una gran influencia sobre el alumnado por lo que es importante que basen esa influencia en el afecto, de manera que los niños y niñas se sientan queridos y aceptados por el grupo.
- Hacer del maestro o maestra un modelo de relaciones sociales. Los años en los que el maestro era un simple transmisor de conocimientos terminaron hace mucho, ahora los profesores no solo enseñan sino que se han convertido en auténticos modelos de relaciones sociales en los que los niños y niñas se fijan para crear sus propias relaciones.
- Utilizar una comunicación con gestos y palabras de afecto. Para crear vínculos afectivos entre profesores y alumnos hay que utilizar todo el cuerpo, es decir, hay que transmitir afecto con palabras, pero también con gestos de cariño, con caricias y con abrazos.
- Impulsar la escucha activa. La escucha activa es una habilidad que puede ser desarrollada en base a la práctica. La escucha activa del profesorado hacia los alumnos no consiste en oírles, sino en concentrarse de forma activa en lo que tratan de comunicar. La escucha activa supone enfocarse en lo que no se dice, en los gestos, en las ideas, en los pensamientos y en lo que la persona trata de comunicar realmente. En Educo hemos lanzado la campaña Activa la Escucha para fomentar la escucha activa de niños, niñas y adolescentes por parte de profesores, familias, políticos y periodistas.
En la relación alumno-alumno:
- Apostar por la enseñanza de valores. Para crear un vínculo afectivo sano entre los alumnos es fundamental que se les enseñe, por parte del profesorado, la importancia de los valores como el respeto, la tolerancia o la solidaridad.
- Utilizar el sentido del humor. El sentido del humor es fundamental en todos los ámbitos de la vida y también en la escuela. Es necesario aprender a reírse de uno mismo, a tomarse las cosas con humor y a disfrutar de cada momento con una sonrisa.
- Fomentar la expresión del pensamiento. Para que se cree una buena relación entre los alumnos es esencial que el maestro o la maestra les ayude a expresar lo que piensan, de manera que no se generen conflictos en la escuela o en el aula debidos a malos entendidos.
Tal y como has visto, la creación de
vínculos afectivos en el aula es la base para que todo el edificio del conocimiento se sostenga, por lo que se deben crear vínculos sólidos y basados en el amor y el respeto mutuo, tanto en casa como en el aula, para que el aprendizaje sea efectivo.
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