Las condiciones de vida en el Sahel se recrudecen al terminarse las reservas alimentarias y aún no ser tiempo de cosecha. Su gente se vuelve especialmente vulnerable porque, además, arrastra las devastadoras consecuencias de las fuertes lluvias y sequías, la pandemia y los conflictos sociales y políticos.
En Educo llevamos muchos años trabajando en la zona, con distintos proyectos en Burkina Faso, Malí, Níger y Senegal. Buscamos mejorar la educación, la protección, la gobernanza, y la higiene y el saneamiento. Además, brindamos acceso a agua potable y promocionamos la cohesión social. En Burkina y Malí impulsamos programas de seguridad alimentaria destinados a cerca de 50.000 personas, de las cuales, 35.000 son niños y niñas.
Redoblar los esfuerzos para proteger a los niños, niñas y adolescentes de la región del Sahel
La zona del Sahel es desde hace tiempo una de las más vulnerables del continente africano. Los conflictos habituales en la región y las fuertes lluvias y sequías, que sacuden sus distintos países, malogran la vida de miles de refugiados y desplazados internos. El resultado es una problemática apenas abarcable, que exacerba una crisis que ya es endémica.
Endémica y frustrante para su población, porque, según comenta Edouard Ndeye, director de estrategia de la región del Sahel de Educo, “la pandemia de la COVID-19 ha sacudido a la región y las medidas que se han impulsado para frenarla han aumentado los sentimientos de frustración contra el Estado”.
La restricción de movimientos, motivados por la pandemia, contribuye a reducir el acceso a los servicios sanitarios, con lo que apenas pueden complementar a los servicios estatales. La crisis expone a las poblaciones a retos humanitarios, de seguridad y de desarrollo.
Intervención de Educo en la zona del Sahel
Un total de dos millones de personas, entre ellas cerca de 800.000, niños y niñas, participan directamente en los programas de Educo en Mali, Burkina Faso, Níger y Senegal. Nuestro foco está siempre en las familias más vulnerables, en las cuales repercute especialmente el deterioro de la situación alimentaria. La crisis expone a los niños y niñas a sufrir una grave desnutrición, además de diversas formas de violencia. En Educo vemos fundamental no escatimar los recursos, ahora menos que nunca, y evitar que niños, niñas y adolescentes se vean abocados a la mendicidad, la explotación laboral -tratando de mantener a sus familias-, o los matrimonios infantiles.
Proyectos de seguridad alimentaria en el Sahel
En Educo trabajamos en Burkina Faso, en la provincia de Yatenga -al norte del país-, desde 2005. Allí la pobreza afecta al 45% de la población, y el 80% de los habitantes se dedica a la agricultura. Las lluvias irregulares y los suelos pobres, faltos de nutrientes, hacen que la disponibilidad de alimentos no sea suficiente. En esta zona tenemos dos proyectos activos: uno centrado en la atención médica y educación para combatir la desnutrición en niños y niñas menores de 5 años. Y otro dedicado a reforzar los medios de vida de las familias para garantizar el acceso de sus hijos a la Educación.
Por ello, trabajamos activamente en la prevención, tratando de localizar casos tempranos de desnutrición aguda. La detección a tiempo, el diagnóstico y la atención médica son los pilares sobre los que pivota nuestro proyecto. El monitoreo es cercano y a las familias más vulnerables les repartimos kits de alimentos complementarios.
La causa principal de la desnutrición es la ingesta insuficiente o inadecuada de nutrientes; también por enfermedades infecciosas y parasitarias. La inseguridad alimentaria de los hogares, el escaso acceso a la atención sanitaria, el cuidado inadecuado de los niños, las deficiencias higiénico-sanitarias son factores que agravan la desnutrición y complican el rendimiento escolar y la continuidad de la educación de los niños.
Por ello, en Educo buscamos originar un cambio de hábitos, para prevenir la enfermedad y garantizar la sostenibilidad de nuestra intervención. La sensibilización de las familias sobre la nutrición, salud e higiene es fundamental.
Para mejorar la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de sus hogares vulnerables, en Educo nos proponemos:
Recuperar tierras degradadas para aumentar la superficie cultivable.
Formar y apoyar a los productores en el compostaje de las pilas, para aumentar la productividad agrícola.
Desarrollar huertas para diversificar las fuentes de ingresos y complementar la producción de secano.
Desarrollar actividades generadoras de ingresos mediante la promoción de un mecanismo interno de ahorro y crédito.
Apoyo en la cría de aves de corral.
La mejora de las capacidades económicas y de la situación alimentaria de los hogares les permitirá hacer frente a los gastos escolares, favoreciendo la matriculación y la permanencia de los niños en el sistema educativo, evitando el riesgo de trabajo o matrimonio infantil.
El proyecto también integra aspectos medioambientales que Educo viene aplicando desde 2006 con sus trabajos de recuperación y fertilización de tierras degradadas, además de la sensibilización del grupo destinatario, con vistas a promover una cultura y un compromiso con el medio ambiente.
Tras 13 años de experiencia en la prevención y tratamiento, hemos acogido a más de 3.500 niños con desnutrición severa, 10.000 niños con desnutrición moderada y 4.000 madres.
Por otro lado, en Malí llevamos un proyecto en la región de Segou, destinado a la alimentación en las escuelas y contra la desnutrición infantil.
En Malí, el 52.4% de la población local se encuentra con dificultad para acceder a alimentos y a servicios sociales y casi el 43% de los niños sufre malnutrición. El motivo principal es la falta de recursos y la gran dependencia de un sistema agrícola poco productivo. También por la escasa disponibilidad de productos alimentarios en los mercados locales.
Con la construcción de dos comedores y huertos escolares en Malí aseguramos que 288 niños y niñas de 6 a 12 años reciben un menú caliente y equilibrado cada día. Para ello, se ha formado a cocineras en buenas prácticas, y se están reforzando las capacidades de los actores locales en gestión del sistema alimentario escolar. Además, se están asegurando sistemas agrícolas de abastecimiento y el acceso a agua.