Los niños que viven en la calle en los
slums de India se ven a menudo expuestos a todo tipo de abusos y privados de sus derechos más básicos. En estos entornos de extrema pobreza, nuestro proyecto dirigido a atender a estos pequeños significa en muchos casos un
primer paso para que puedan ir al colegio y así, ofrecerles una educación que les permita transformar su vida.
Te contamos aquí el caso de
Vaishali, una niña de 12 años con discapacidad intelectual, que
en dos años ha pasado de vagar por la calle a ir a una escuela donde disfruta de una atención adecuada a sus necesidades. Ahora ve el futuro con esperanza.
La gran mayoría de los padres de estos niños en situación de calle no son conscientes de los derechos de sus hijos y casi no prestan atención a su desarrollo. Por todo ello, estos niños no ha ido a la escuela o bien han abandonado los estudios a una edad temprana, se pasan el día mendigando, vendiendo pequeños objetos decorativos o recogiendo trapos o chatarra y son muy vulnerables a los abusos, hasta el punto de llegar a ser víctimas de violencia física e incluso sexual.
Este el caso de
Vaishali Subhash Banjod, una niña de 12 años con discapacidad intelectual de un barrio de chabolas de la ciudad de
Pune, al oeste del país. Hace cinco años su familia se fue a vivir a este
slum que, como todos, carece de servicios básicos como electricidad, agua potable y red de saneamiento. Sus padres, analfabetos, ganaban un mísero jornal como traperos, así que tanto ella como su hermano menor tuvieron que abandonar la escuela para colaborar en el sustento familiar. Su padre, alcohólico, los maltrataba en casa y pronto la calle se convirtió también en una pesadilla para ellos.
La pequeña Vaishali, con un técnico de la ONG en el centro donde reside y estudia.
Contact points y centros de atención a la infancia
Los técnicos de nuestra organización socia local
Awakening Jagriti entraron en contacto con ellos a través de uno de los
puntos de contacto (
contact points) que forman parte del
proyecto de rehabilitación de niños en situación de calle, que llevamos a cabo en las ciudades de
Pune y
Nasik con el fin de reducir la situación de vulnerabilidad de estos pequeños.
Estos puntos están atendidos por educadores en el mismo espacio público, y consisten en un rincón al aire libre donde
se establece relación con los niños y se les ofrecen actividades dirigidas a su alfabetización, talleres de manualidades, títeres, juegos, etc. A través de este primer contacto, se establece una relación con los padres, a los que se sensibiliza sobre el derecho a la educación de sus hijos, y a partir de ahí,
el objetivo es que los pequeños puedan matricularse en una escuela pública y evitar la calle.
El proyecto se complementa con un
centro de atención a la infancia en cada ciudad y con una red de contactos con otras instituciones para poder derivar los casos según las necesidades. En el caso de Vaishali, este punto de contacto permitió ganarse la confianza de la niña, y ella empezó a compartir con los educadores sus anhelos y preocupaciones, hasta confesar que sufría acoso sexual por parte de niños mayores, que la sometían a abusos a cambio de dinero para comida.
El siguiente paso fue hablar con sus padres para convencerlos de ingresar a la niña en una residencia especial donde se le daría alimentación, educación y protección. A pesar de las reticencias iniciales de los progenitores y de los recelos de la propia niña, el proceso de sensibilización dio resultado y la niña ingresó hace dos años en el centro público Mahila Sevagrand, donde se le diagnosticó médicamente su discapacidad intelectual, y posteriormente, en el año 2013,
ingresó en el internado especial Sai Seva Matimand, donde actualmente se le brinda una educación acorde con sus necesidades.
En estos dos años, ha aprendido a leer, a escribir y ha adquirido conocimientos de aritmética. Participa activamente en clase y en las actividades extraescolares, hasta el punto de que, junto a otros compañeros, han ganado un primer premio en un concurso de baile a nivel estatal, lo que le ha supuesto un gran estímulo en su desarrollo personal. Ahora
Vaishali mira con confianza el futuro y empieza a olvidar un pasado marcado por los abusos, el desprecio y la indiferencia de las otras personas.
Una educadora atiende a unos niños en un contact point en la ciudad de Pune.
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