No podemos escoger el lugar donde nacemos, ni las condiciones socioeconómicas de nuestra familia, ni tampoco nuestro aspecto físico o nuestra inteligencia. En definitiva, no sabemos las cartas que nos va a repartir la vida, pero sí podemos decidir qué hacemos con ellas y como las jugamos, cómo reaccionamos a lo que nos va pasando.
Y si no que se lo digan a Sushma, una joven de 17 años a la que la vida no se lo ha puesto fácil, pero ella ha sabido jugar bien sus cartas y darle la vuelta a una situación muy complicada: es la menor de 8 hermanos, vive en una aldea rural alejada de las oportunidades de la gran ciudad y su familia no tiene recursos. Tuvo que dejar la escuela para trabajar y así ayudar económicamente a sus padres que vivían en una situación de pobreza absoluta después de invertir todo lo que tenían en la dote de una de sus hermanas. "Mi padre invirtió todo su dinero en el matrimonio de mi hermana mayor. Nos sumimos en una profunda crisis financiera y tuve que abandonar mis estudios después del décimo curso".
Sushma se puso a trabajar como obrera de la construcción. Trabajaba más de ocho horas sin descanso, sin poder comer, sola y teniendo que hacer sus necesidades al aire libre. "Trabajaba sin ninguna otra persona de mi edad alrededor. Era agotador física y mentalmente. Echaba de menos la escuela y los libros. Quería estudiar, pero no podía". Sushma recuerda la experiencia con mucha angustia, pero echando la vista atrás se da cuenta de que no había alternativa a su situación que empeoró la pandemia, ya que nadie pudo trabajar durante 5 o 6 meses.
Hace un año, de la mano de nuestra oenegé socia local en la India People's Rural Education Movement (PREM), empezamos a trabajar en la zona en la que vive Sushma y su familia, Daringbadi, para reducir los matrimonios infantiles y el trabajo infantil. Nuestro trabajo consiste en detectar posibles casos de abandono escolar debido a las condiciones socioeconómicas marginales de las familias de estos niños y niñas a los que ponen a trabajar o, en el caso de las niñas, conciertan un matrimonio.
Y lo hacemos a través de reuniones informativas en las aldeas. Se trata de estar presentes y de que las familias sepan con qué recursos cuentan, porque muchas veces no son conscientes de que pueden aplicar a ayudas del gobierno para que los niños no tengan que dejar la escuela. También los ayudamos con los trámites y la matrícula de las admisiones escolares o los informamos de posibles oportunidades de formación profesional. Fue en una de esas reuniones cuando conocimos a Sushma.
Visitamos a sus padres en su casa y entendimos cuál era la situación de la joven. Los pusimos en contacto con los planes y beneficios gubernamentales para las comunidades marginales y animamos a sus padres a que Sushma volviera a la escuela. "Educo vino a nuestra casa y hablaron con mis padres. Me animaron a volver a la escuela para poder tener un futuro diferente y mejor. Mis padres también se dieron cuenta de que si me daban la oportunidad de volver a estudiar sería mejor para mi futuro". Y así fue. Sushma se matriculó en el 11º curso del Binayak Acharya College, en la ciudad de Brahmapur.
Pero la cosa no se quedó aquí. Sushma se guardó su as bajo la manga y hoy forma parte del grupo de adolescentes que ayuda a otros jóvenes que pueden estar viviendo la misma situación que ella atravesó. Se reúnen periódicamente y debaten sobre los problemas que les afectan como el matrimonio o el trabajo infantil. Y además aprenden sobre habilidades para su día a día. Ella misma nos cuenta lo que hacen: "Debido a la pobreza de sus familias, muchos niños y niñas abandonan la escuela, lo que los lleva al trabajo infantil y al matrimonio infantil en el caso de las niñas. Identificamos a esos niños y buscamos ayuda".
Sushma es la primera de sus hermanos que cursa estudios de secundaria superior. Aspira a seguir rompiendo barreras y a encontrar un buen trabajo. "Nunca había pensado que podría seguir estudiando en la universidad. Quiero sacarme una carrera y así poder ayudar a mi familia", nos cuenta la joven que se muestra muy optimista. Ella es una clara inspiración y un modelo a seguir tanto para sus hermanos como para todos los niños de a India que se enfrentan a muchas de las dificultades que ella ha superado.
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