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Por el derecho a la educación de calidad de las niñas de Senegal

Por el derecho a la educación de calidad de las niñas de Senegal

abril 01, 2022
La región de Kolda es una de las zonas que registra mayores tasas de violaciones de los derechos de los niños y niñas en Senegal. Allí, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil son prácticas aún muy arraigadas entre los distintos grupos étnicos que habitan la zona, a pesar de los esfuerzos para su erradicación.

Entre las causas que propician las uniones matrimoniales en edades muy tempranas se encuentra la pobreza, ya que el matrimonio infantil se usa como mecanismo de supervivencia (si la niña en casa, los gastos son menores). Pero también lo causa la falta de escolarización, pues las niñas sin estudios tienen más opciones de casarse; las relaciones sexuales prematrimoniales y los embarazos en adolescentes; la propia ablación genital (se cree que favorece las perspectivas de matrimonio) u otras prácticas tradicionales dañinas que ven el matrimonio infantil como una forma de reforzar las alianzas sociales. También depende de las etnias.

Para tratar de revertir la dramática situación que viven algunas niñas, en Educo actuamos a través del Proyecto de integración de la perspectiva de género en los mecanismos y estructuras de gobernanza para la realización del derecho a la educación secundaria de niñas y adolescentes en Senegal (GENeRer Education), financiado por la cooperación vasca. A través de este, se busca incidir políticamente a nivel nacional, con el objetivo de incluir la perspectiva de género en el currículo académico del país. Además, se llevan a cabo prácticas pedagógicas innovadoras en los 15 centros de enseñanza secundaria de los once municipios del departamento de Medina Yoro Foulah (MYF) -uno de los tres departamentos de la región de Kolda-.

Allí, en MYF, la calidad de la educación es bastante deficiente. Los espacios no están adaptados al programa de educación por competencias; hay un recurrente absentismo docente; se dan frecuentes huelgas del profesorado que, además, en gran parte no ha sido formado en la universidad; hay un escaso reconocimiento a la figura del inspector de educación, y un retraso sistemático en el inicio del curso escolar debido a que las aulas provisionales quedan destruidas en la temporada de lluvias.

Además, las condiciones de aprendizaje y el entorno escolar en los centros de secundaria del departamento de MYF son poco favorables a la calidad educativa. Destacan las infraestructuras deficientes, la falta de material escolar, la ausencia de agua potable y sistemas de saneamiento e higiene adecuados

En cuanto a los derechos de las mujeres y su derecho a la educación, tienen muchos más obstáculos para acceder a la educación que los hombres. Mientras que ellos alcanzan la media de 3,8 años de escolaridad, ellas solo llegan a los 2,4 años.

En este contexto, en 2019 nos pusimos en marcha para tratar de revertir la situación y poder contribuir al derecho a la educación de calidad de las niñas. Niñas como Coumba o Fotoumata, ambas participantes del proyecto. Conozcamos su historia:

Con un corazón valiente nada es imposible

Coumba es una joven de 15 años que vive en Medina Manda, un pueblo de la comuna de Bourouco, departamento de MYF, junto a su tía. Reside allí porque tuvo que dejar su hogar familiar en Touba Thiékène, para poder continuar con sus estudios en el colegio de Medina Manda. Estudia cuarto curso. Su pueblo natal es conocido por su alto índice de abandono escolar entre los alumnos en las clases de transición. Se da entonces un éxodo rural a las grandes ciudades. Las niñas, que a menudo se enfrentan a las dificultades relacionadas con el trabajo doméstico que las obliga a levantarse muy temprano y ocuparse de la casa antes de iniciar un largo camino hacia la escuela, son las primeras en abandonar la escuela. La mayoría de ellas se convierte en amas de casa o simplemente se quedan en el hogar y se ocupan de las tareas domésticas.

Pero no ha sido este el caso de Coumba, que con gran abnegación se escapó de la tendencia de su comunidad, gracias al impulso y claridad de las sesiones del Proyecto GENeRer Education a las que asistió.
"Alejarme de mi familia fue la prueba más dura de mi vida. Pensé en abandonar más de una vez y volver con ellos. Afortunadamente, con las actividades de Educo en el pueblo de Medina Manda, pude unirme al Club de niños donde pude beneficiarme de muchas actividades que me ayudaron mucho. Esto me quitó la idea de abandono que crecía en mi interior", explica Coumba.

En el marco de las actividades de inclusión de género en el ámbito escolar del proyecto, Coumba pudo unirse al Club de los Niños, que es un grupo de intercambio, sensibilización y creación de capacidades sobre temas como la protección, la educación, el buen trato y el código de conducta, y el uso de mecanismos y procedimientos de denuncia de abusos y violaciones de sus derechos, entre otros.
Coumba se interesó rápidamente por las profesiones consideradas "prohibidas a las mujeres". Durante las sesiones para identificar modelos de éxito y aspiraciones futuras, la joven senegalesa siempre lo comenta: "Más adelante, me gustaría ser bombera. Sé que no será fácil, pero mi ídolo, Fatou Bensouda, la fiscal jefe de la CPI, siempre dice que con un corazón valiente, nada es imposible”.

Coumba tiene las aspiraciones muy claras, como piensa que deberían tenerlas el resto de las chicas de su comunidad: "A todas mis compañeras, les aconsejo que permanezcan en la escuela y sigan trabajando duro para formar parte de los referentes del mañana", sentencia.

Tomar conciencia del valor de las mujeres

Fatoumata Baldé, o Fatou, como se la conoce, es una joven de 16 años seria y ambiciosa. Procede de Sare Moudou, un pueblo en el departamento de Médina Yoro Foulah, donde vive con sus padres. Allí las tradiciones de los grupos étnicos están muy arraigadas. "Todos los días tenía que levantarme a las 5 de la mañana para ir a buscar agua al pozo de la aldea, lavar los utensilios de cocina y limpiar la casa antes de ir al baño. Después ya iba a la escuela en el CEM de Ndorna que está a ocho km de distancia”, nos dice.

Su vida dio un vuelco total cuando sus padres decidieron sacarla de la escuela para que se casara con uno de sus primos. Resultó que ambas familias habían realizado una promesa de matrimonio a una edad temprana.

Los padres de Fatou tenían la decisión tomada: no querían que siguiera estudiando. “La escuela no es para las niñas porque degrada su comportamiento. Una chica que tiene éxito en la escuela no puede ser una buena esposa", dijeron.

La joven Fatou, abrumada por los problemas y la presión, tuvo que abandonar la escuela y dedicarse a la vida adulta que se esperaba.
 
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Pero Fatou tuvo suerte y pudo beneficiarse de las sesiones de sensibilización y las charlas que Educo y sus socios realizaron directamente en su pueblo. La joven se sensibilizó sobre temas que parecía le iban a tocar de lleno. Temas como las causas y consecuencias del matrimonio infantil, los riesgos y consecuencias de los embarazos precoces, la importancia de la educación, la permanencia de las niñas en la escuela, la comunicación entre padres e hijos, el impacto del trabajo infantil en la psicología del niño...

Conocedora de los derechos fundamentales de los niños, Fatou pudo convencer a sus padres, con el apoyo del técnico de rendición de cuentas de Educo, para que la dejaran irse a vivir con su tía en Kolda Ville y así continuar sus estudios. Gracias a su concienciación pudo llegar a un acuerdo de sus padres e irse a casa de su tía, donde recibe una sana supervisión.  "Si aceptamos que Fatou continúe con sus estudios es gracias a la intervención de Educo, que nos ha permitido comprender que las niñas también deben ir a la escuela y convertirse en referentes para su comunidad", comentó su padre. Su madre, todavía dudosa sobre la reacción del padre de Fatou, nos confía: "Nunca dejo de agradecer a Educo el haber abierto los ojos a mi marido. En esta época, es posible ser educado y ser una buena esposa. Sólo les pido que mantengan la comunicación y el seguimiento con mi marido", pide.

Durante las clases preparatorias, Fatou se ha interesado por las asignaturas de ciencias e incluso se plantea, con el apoyo del facilitador del proyecto, presentarse a la oposición general.

Gracias a la orientación y los esfuerzos del proyecto, Fatou ha tomado su destino en sus manos y ahora puede aspirar a una vida plena. "Estoy profundamente agradecida a Educo y a sus socios, que me hicieron tomar conciencia del valor de las mujeres y de la importancia crucial de la educación de las niñas”.
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África , derecho de las niñas , educación , género , Senegal

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