Con la crisis han llegado a nuestro país situaciones hasta ahora desconocidas. Por un lado las malas: la falta de recursos puede acabar provocando situaciones de malnutrición, no sólo en adultos, sino también en niños. Por suerte la solidaridad de los españoles es cada vez más patente y cada día nacen nuevas iniciativas, tanto individuales como colectivas, que intentan paliar los efectos de la situación que estamos viviendo.
Una de estas iniciativas son los bancos de alimentos, que se abren en barrios o a través de diversas instituciones. Pero hay que tener cuidado, porque algunas buenas intenciones pueden acabar haciendo más mal que bien. Este es el caso de las donaciones de
sucedáneos de leche materna para lactantes, como denomina la
Organización Mundial de la Salud a las
leches artificiales adaptadas para bebés o niños muy pequeños.
Poniendo en valor la leche materna
La creencia de que una madre malnutrida no puede dar el pecho y que esto se arregla regalando leches carísimas no sólo no arregla el problema, sino que lo empeora.
La OMS-UNICEF recomiendan no donar leches artificiales en zonas de catástrofes naturales, guerras o en épocas de crisis. La donación de leches artificiales es la manera más corta de acabar con las lactancias maternas.
Esto es consecuencia del propio mecanismo de funcionamiento de la lactancia, que se rige por una especie de ley de oferta y demanda: cuanto más demanda el bebé, más leche se produce, y así cuando el bebé demanda menos porque está alimentándose por otra vía, la madre cada vez tiene menos leche.
Por eso estos organismos internacionales expertos en salud materno-infantil recomiendan que en caso de problemas se destinen todos los recursos a fomentar las lactancias maternas, apoyar a las madres e incluso conseguir todas las relactaciones posibles (relactar significa volver a amamantar a un bebé ya destetado).
Por otra parte, la creencia de que una mujer malnutrida no puede amamantar o que su leche va a ser mala o pobre es un mito que debemos desde ya descartar.
La composición de la leche materna tiene poquísimo que ver con la alimentación de la madre, y un bebé amamantado siempre va a estar bien alimentado si la lactancia está funcionando de forma normal.
La leche materna es un alimento vivo y se adapta siempre a las necesidades del bebé, a lo largo del día e incluso durante una misma toma. La polémica sobre la calidad de la leche materna, que aparece de vez en cuando y más en tiempos de crisis, debería zanjarse ya, regalar leche artificial puede parecer muy buena idea, pero debemos focalizar nuestros esfuerzos en lo realmente útil: ayudar a las madres a dar el pecho y desechar mitos sin base. No hay leche mala, aún en situaciones especiales en las que la madre no se alimenta bien y dar el pecho es gratis, lo que hay es falta de información y de apoyo y eso es lo que se debe corregir.
A raíz de las últimas noticias aparecidas en prensa y televisión hace pocos días acerca de este tema, la
Asociación Española de Pediatría a través de su
Comité de Lactancia Materna ha querido lanzar un comunicado a todas las personas e instituciones que, movidos por el deseo de ayudar, pueden incurrir en el error de hacer donaciones de leche artificial a los bancos de alimentos. Aquí lo tenéis, esperamos que sea útil:
Comunicado del Comité de Lactancia Materna de la AEPed.
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