El Día Internacional de la Felicidad es una ocasión para repensar uno de los anhelos humanos más universales y de todos los tiempos. Es una cuestión personal, y a la vez una cuestión colectiva que refiere a ser y hacer lo que uno valora como bueno en un planeta compartido.
Algunas iniciativas interesantes como el Índice de Felicidad Nacional Bruta o el Índice del Planeta Feliz de la New Economic Foundation ponen en el centro al ser humano y su
percepción sobre su felicidad y bienestar, y no al crecimiento económico como un fin en sí mismo.
Estas nuevas formas de incluir la felicidad en la forma de entender el desarrollo en un país cuentan además con enormes datos de opinión de hombres y mujeres, de personas adultas. Sondeos, encuestas de opinión… Esto no ocurre con niñas, niños y adolescentes a los que nuestras sociedades aún no escuchan y que son la amplia mayoría de los que viven en la pobreza y exclusión social.
La felicidad y el bienestar remiten a lo que las personas valoran y, actualmente, en el mundo, no contamos con esta información de niños, niñas y adolescentes. |
Por todo esto, en el
Día Internacional de la Felicidad, debemos recordar que
todas las niñas y los niños tienen derecho a ser felices, pero también a opinar y a ser escuchados, tal y como se comprometió España, al ratificar la
Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, en 1990.
Macarena Céspedes
Directora de Educo España
Felicidad
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Felicidad infantil