Asmita Pradhan tiene 15 años y reside en el distrito de Kandhamal, en el estado de Odisha (India). A pesar de pertenecer a una comunidad tribal y vivir en un bloque dependiente de la mano de obra y del trabajo agrícola -e históricamente marginado y con pocas oportunidades generalizadas de futuro-, la vida de Asmita era la que debe llevar cualquier chica de su edad:
iba a la escuela y estudiaba octavo curso. Sin embargo, una discapacidad y un terrible accidente sufrido por su padre lo cambió todo por completo…
Hace 10 años el padre de Asmita, que junto a su mujer mantenía a la familia, empezó a desarrollar en las piernas una discapacidad que con el tiempo se volvería totalmente incapacitante. La falta de concienciación y la imposibilidad de acceso a servicios sanitarios de calidad contribuyeron a ello. Pero, además y, por si fuera poco,
un terrible accidente terminó de complicar su situación. Sucedió que para combatir el frio invierno encendieron una hoguera en el hogar que acabó en tragedia: el fuego terminó quemando al padre de Asmita, provocándole graves quemaduras en las piernas y otras partes del cuerpo. Hoy se arrastra con las manos y no puede trabajar.
La discapacidad de su padre y la extrema pobreza del hogar empujaron irremediablemente a Asmita al trabajo. La chica tuvo que abandonar la escuela para aportar a la economía familiar que no era suficiente a pesar del trabajo de jornalero de sus dos hermanos y su madre, que trabajaba su campo y también el de otra gente. Fue entonces cuando en casa se lo dejaron claro: “mis padres me dijeron que
no podían permitirse enviarme a la escuela porque mi padre no puede trabajar y mi madre apenas consigue llegar a fin de mes”, cuenta la chica.
Cambiar la escuela por el duro trabajo
La situación de Asmita la obligó a trabajar como niña obrera cerca de su pueblo. Consiguió involucrarse en una obra de construcción de carreteras, donde la obligaban a cargar cubos llenos de barro para llevarlos a los trabajadores que construían la carretera. Además, cuando estaba disponible, también trabajaba en las granjas de otras personas, como su propia madre. "Era un trabajo muy duro. Llevaba pesados cubos llenos de barro. Me dolían los brazos. Al
maalik (patrón) no le importaba lo complicado que me resultase. No mostraba ninguna simpatía y solo me gritaba y me decía: ¡trabaja, no te sientes!", recuerda Asmita.
Cualquier última esperanza que Asmita pudiera tener de volver alguna vez a la escuela fue aplastada por la aparición de la pandemia.
La situación de su familia empeoró, pues su hermano perdió las oportunidades de trabajo en la ciudad y su madre tuvo problemas en el pueblo. Esto presionó aún más a Asmita que sentía bloqueada cualquier posible vía para abandonar el trabajo. Sin embargo, comprendía la
vulnerabilidad de su familia: "Hubo mucha lucha en casa. Con la discapacidad de mi padre tenía que trabajar para mantener a mi familia".
A inicios de 2021 Educo se asoció con People's Rural Education Movement (PREM) para prevenir los matrimonios infantiles en el bloque de Daringbadi, en Odisha. En mayo iniciamos la recopilación de datos primarios de niños y niñas vulnerables en las aldeas de este bloque. Hicimos encuestas y debates con el objetivo
de identificar a los niños que trabajaban y habían abandonado la escuela y que podrían ser víctimas potenciales del matrimonio infantil. Fue entonces cuando, durante las reuniones con grupos de adolescentes y las interacciones con los aldeanos, tuvimos conocimiento de una niña que había abandonado los estudios y trabajaba en una obra cercana. Se trataba de Asmita.
Un equipo se reunió con ella y su familia para interesarse por su situación y asesorar a los padres sobre los efectos nocivos de implicar a la niña en un trabajo tan laborioso. Se les motivó para que la inscribieran de nuevo en la escuela y tuviese oportunidades para un futuro. Las oportunidades que ellos mismos no tuvieron. El trabajo fue fructífero: sus padres lo entendieron y finalmente buscaron el apoyo de PREM y Educo para
matricular a Asmita de vuelta en la escuela.
Asmita consiguió matricularse nuevamente a mediados del año pasado, pero la situación pandémica en India aún no la ha permitido poder acudir físicamente. Algunos de los estados del país han ido abriendo en los últimos meses y parece que a finales de febrero los chicos y chicas de Odisha podrán por fin regresar a las aulas.
Aunque los padres de Asmita siguen luchando, se han comprometido a no privarla de las oportunidades de aprender. PREM y Educo también están colaborando con las autoridades gubernamentales para poner a los niños y a las familias en contacto con los planes de asistencia social del gobierno. Asmita tiene la esperanza de que a partir de ahora solo vengan días mejores: “Quiero ser ingeniera cuando sea mayor y estudiaré mucho para ello", nos cuenta.
Un sistema de protección infantil receptivo y eficiente
El proyecto Reducción del matrimonio infantil en el distrito de Kandhamal, Odisha, que estuvo activo todo 2021 y lo estará hasta finales de marzo, está reduciendo la prevalencia del matrimonio infantil en 7 Gram Panchayats del distrito de Kandhamal, en Odisha, mediante el empoderamiento de los adolescentes y los jóvenes y la creación de un sistema de protección infantil receptivo y eficiente.
Con el claro objetivo de prevenir y reducir la incidencia del matrimonio infantil en los bloques de intervención del distrito de Kandhamal, el proyecto ha fortalecido a grupos de niñas y niños adolescentes para que luchen por sus derechos, se defiendan contra el matrimonio infantil y busquen justicia. También, ha sensibilizado a la comunidad para que cambie su actitud hacia el matrimonio infantil, creando un entorno propicio para el crecimiento y el bienestar de los niños, especialmente de las niñas. Asimismo, el proyecto ha reforzado y activado el sistema de protección de la infancia a nivel de pueblo, bloque y distrito y ha desarrollado una sólida red a nivel de distrito de OSC, Comisión Estatal de la Mujer, SCPCR y medios de comunicación.
Asia
,
India
,
matrimonio infantil
,
Trabajo infantil