“Diveracción”, nuestro programa de verano que no solo garantiza una alimentación saludable

El verano es un periodo muy importante para el bienestar de los niños y las niñas y, por tanto, fundamental para la labor que realizamos en Educo. Desde el año 2014 y gracias al programa Becas Comedor Verano, trabajamos para que ningún niño y niña en riesgo de pobreza se quede sin una comida saludable al día, también durante los meses de verano.

Pero debido a la situación actual causada por la crisis sociosanitaria del coronavirus hace que, este verano, las actividades de este programa sean más relevantes que nunca. Era necesario contrarrestar los impactos negativos que ha causado el confinamiento en los niños y niñas. Así, este año, nuestro programa de Becas Comedor Verano se transforma en Diveracción: diversión, aprendizaje y acción. Esto significa que, además de garantizar una comida saludable al día a todos los niños y niñas que participan en los programas de verano, fomentamos la relación con su entorno, sus amistades y personas adultas, tejiendo redes de apoyo y reforzando la parte educativa para dar respuesta a las inquietudes y necesidades que ha provocado en la infancia el estar en casa encerrados más de dos meses.

Dirigido a niños y niñas de 6 a 16 años tiene como objetivo contrarrestar algunos de los impactos causados por la COVID-19 y enseñarles a entender y regular sus propias emociones.

Es una propuesta didáctica que plantea actividades estrechamente ligadas a diferentes áreas curriculares para fortalecer la diversión, el aprendizaje y la acción en los programas educativos de verano. Pretendemos así garantizar el derecho al juego y las relaciones con otros niños y demás actores de su entorno, algo clave para mejorar el bienestar de los niños y niñas. Y para conseguirlo, Diveracción refuerza tres pilares claves que han surgido durante el confinamiento:

1. La educación en la gestión de emociones: Las emociones y experiencias vividas durante el confinamiento han provocado inquietudes y necesidades que tenemos que aprender a gestionar. Tras esta situación es muy importante trabajar las relaciones, la empatía y la colaboración, aspectos fuertemente vinculados con el desarrollo y el bienestar de niños y niñas. La gestión de emociones es un pilar fundamental para afrontar de manera positiva nuestros sentimientos, además nos aportan información sobre nuestro entorno y cómo manejamos las experiencias que vivimos.

2. La resolución pacífica de conflictos: Todas las emociones que el confinamiento ha despertado en nosotros pueden hacer la convivencia más complicada. Por ello creemos que es realmente importante trabajar la resolución pacífica de conflictos y el buen trato. La resolución pacífica de conflictos implica abordarlos de manera creativa y constructiva. Aprender a dialogar y escuchar atentamente estan estrechamente ligados a la gestión de emociones e implica la educación en valores.

3. El uso responsable de redes sociales e Internet: El cambio de comunicaciones derivado de la COVID-19 pone el uso de Internet y las redes en un lugar central en la nueva normalidad. Tras lo vivido durante la pandemia, consideramos que es el momento idóneo para una educación en la autoprotección a través de un uso responsable de internet y de las redes sociales, de educar en el funcionamiento de los rumores, bulos y miedos que han podido tener su origen en conversaciones o consultas con fuentes de información poco fiables. Por ello, el uso consciente de redes es uno de los pilares de nuestro programa.

Impulsamos la autoprotección y el buen trato, escuchamos a niños y niñas, ayudándoles a gestionar sus inquietudes y sentimientos ante las nueva normalidad. En definitiva, nos divertimos, aprendemos y actuamos promoviendo el bienestar de la infancia, ¿Te unes?

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