En la ciudad india de
Pune, el sector de la construcción atrae a miles de trabajadores no cualificados que viven en chabolas en la misma obra, junto a sus familias, en pésimas condiciones. En
Educo atendemos a los hijos de estos obreros a través de
centros de actividades en los que estos niños vulnerables aprenden y se relacionan entre ellos. El pequeño
Samir es uno de ellos y, gracias a este proyecto,
puede ahora ir a la escuela.
En la mayoría de los casos, los trabajadores emigran con sus familias desde otros estados del país en busca de una oportunidad para ganarse la vida, aunque sea en empleos inseguros y mal pagados en la construcción, un sector al alza en Pune debido a la creciente urbanización. Cuando logran trabajo, viven de manera precaria en barracones a pie de obra, junto a su familia. En estos improvisados barrios de chabolas, que carecen de servicios básicos,
los niños son los más afectados. Muchos no van a la escuela, ya sea por las continuas migraciones de su familia, por la falta de interés de sus padres –normalmente analfabetos–, por trabas burocráticas, por desconocimiento del idioma local o, simplemente, porque deben quedarse al cuidado del hogar o de los hermanos pequeños mientras sus padres trabajan.
En Educo trabajamos al lado de nuestro socio local Awakening Jagriti para atender a estos niños vulnerables con programas educativos y de atención integral. El primer paso consiste en llegar a un acuerdo con los empresarios para que faciliten un espacio dentro del perímetro de la obra que funcionará como centro de actividades. En estas aulas provisionales, que equipamos con educadores y material didáctico, los niños y adolescentes cuentan con un espacio donde, de acuerdo con cada franja de edad, aprenden a leer y escribir, se forman en temas de higiene y salud y, a la vez, se divierten y comparten juegos con otros compañeros. De manera paralela, sensibilizamos a sus padres sobre la importancia de la educación infantil y de que matriculen a sus hijos en alguna escuela pública de la zona.
Las familias de los obreros viven en grupos de chabolas al lado mismo de los edificios en construcción, en condiciones deplorables
Una mujer con su niño en brazos, ante la estructura de un edificio en obras en Pune
Samir y Mehek
Un ejemplo ilustrativo del trabajo que realizamos en este sentido es el caso de
Samir, de 8 años, y su hermanita
Mehek, de 6. Ambos fueron encontrados una mañana vagando dentro del perímetro de la obra. Los pequeños se expresaban en su idioma materno bengalí y apenas hablaban algo de hindi, lengua oficial en todo el país. Uno de nuestros educadores se puso en contacto con sus padres, naturales de Bengala, para convencerlos de que los niños asistieran al centro de actividades.
Después de un período de adaptación y gracias a los esfuerzos de nuestros educadores, los pequeños aprendieron poco a poco el marathi (idioma mayoritario en el estado de Maharastra), lo que les permitió aumentar su confianza y su autoestima, relacionarse con los otros niños y aprender a leer y escribir.
Así, poco tiempo después,
los dos hermanos ingresaron en la escuela de primaria, en tercer y primer curso, respectivamente. En el colegio, Samir se muestra muy activo e ilusionado. Participa en todas las actividades en el aula y también en las iniciativas extracurriculares. Recientemente, participó en un concurso de narrativa y ganó el segundo premio. El éxito le llenó de orgullo a él y, cómo no, a nuestros educadores.
Samir Shaikh va ahora a la escuela junto a su hermanita pequeña
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