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“El comedor debería ser un servicio universal, como la salud”

“El comedor debería ser un servicio universal, como la salud”

enero 03, 2022
Neus Casablanca tiene una larga experiencia como directora del instituto-escuela Rafael Alberti de Badalona, colindante con la ciudad de Barcelona, un centro de educación pública que ofrece los ciclos de infantil, primaria y secundaria y, por lo tanto, atiende a niños y niñas de 3 a 16 años. Hemos tenido ocasión de hablar con ella y compartir impresiones sobre la participación de la escuela en nuestro programa de Becas Comedor Educo.

¿Cómo es el entorno en el que se encuentra la escuela?

Estamos en un barrio que ha crecido mucho a nivel vertical, donde hay mucha concentración de población y pocos espacios y servicios, con lo cual el centro escolar tiene una doble función: una función académica y otra asistencial, que también defendemos, porque nosotros no vemos a un alumno o a una alumna, vemos a una persona, y esa persona es un conjunto de muchas cosas. Siempre estamos atentos a cualquier signo de alarma.

¿Y las familias que conforman el centro?

Sabemos que son familias que en estos momentos están sufriendo a nivel económico. Siempre ha sido un barrio que ha tenido problemas respecto a la nutrición de su población: niños con obesidad, por mala alimentación, por falta de ejercicio, porque no hay tampoco la posibilidad económica de hacer extraescolares y de complementar lo que es la formación formal con la no formal.

¿Cómo detectáis que un niño o una niña necesita una beca comedor?

Si vemos que un niño viene sin desayuno o trae para desayunar una bolsa de patatas fritas, por ejemplo, inmediatamente la tutora nos avisa e intentamos ponernos en contacto con la familia. Primamos el bienestar del alumno, con lo cual, si observamos que no tiene un desayuno adecuado, se lo facilitamos durante un tiempo. Le damos fruta o un bocadillo. Si vemos que es una situación que no ha sido puntual y persiste en el tiempo hablamos con cocina e intentamos que durante una temporada le hagan un bocadillo o una pieza de fruta y mientras tanto hablamos con la familia para poder valorar el nivel de necesidad y, si hace falta, hablamos con servicios sociales.

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¿Qué perfil de familias reciben la beca?

Generalmente intentamos que sean familias que no tienen ninguna posibilidad de poder acceder a la beca que da la Administración. Otro tipo de familias que también se benefician de este tipo de becas de Educo son aquellas que en estos momentos están pasando una situación familiar complicada. Generalmente tenemos más contacto con la madre, que es la que acaba asumiendo la crianza de los niños.

¿Cómo reciben las familias estas becas?

Como un alivio. Por un lado está la presión económica, saber que tienen una comida solucionada, la más importante del día, hace que las familias se queden mucho más tranquilas. Después, porque permite una continuidad en el horario escolar y no tener que hacer tantos viajes, ya que hay alumnos que vienen de lejos y facilitar la escolaridad siempre es uno de nuestros objetivos.

¿Las familias tienen facilidades para solicitar la beca?

Desde el centro facilitamos todo tipo de ayuda y de acompañamiento en el momento de pedir la beca, tanto la de la Administración como la de Educo. Siempre intentamos ampliar al máximo las listas e intentamos negociarlo porque sabemos lo que representa, el alivio que les supone cuando les dices que tienen la beca comedor y saben que hasta las cinco de la tarde no tienen que preocuparse y que sus hijos recibirán una comida equilibrada. Yo creo que ya no es solo a nivel escolar, es a nivel personal, de tener la tranquilidad de que tu hijo está bien atendido en todos los aspectos.

¿Cómo ha afectado la COVID-19 a las familias?

Se habla mucho de la parte económica, se habla bastante de salud mental, pero realmente la actitud de las personas también ha cambiado. Personalmente sé de familias en las que uno o dos integrantes han muerto y algunos han quedado con secuelas, con lo cual entiendo el miedo que sienten. Espero que tengamos los recursos para poder compensar esta situación. Este año hemos empezado trabajando con psicólogas externas, hemos intentado ver si había algún signo de alarma en alguna familia y hemos empezado actividades en las que introducimos a la familia, le decimos a la mamá que venga, y colaboramos con entidades que están trabajando en esta línea. Creemos que queda mucho trabajo por hacer en este aspecto.

¿Los niños y las niñas son conscientes de la situación que están viviendo sus familias?

Desgraciadamente, sí. Todo lo que nos ocurre y todo lo que nos impacta tiene una respuesta emocional, aunque no queramos reconocer- lo. ¿Hay más agresividad? Pues sí. ¿Hay más crispación? Sí, porque si la situación va mal, en casa hay más gritos. Y esos gritos y esa situación la viven. Y tanto que la viven. Quizás no lo manifiestan, quizás no lo verbalizan, pero al final sí que acaban expresándolo. A veces algunos te dicen que han llorado, pues les pegan porque hay más crispación y más nervios. Si detectamos alguna cosa que no nos acaba de convencer citamos a la familia y hablamos con ella.

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Además de garantizar la comida, ¿qué les aporta a los niños y las niñas recibir una beca?

El comedor tiene que ser también un espacio y una zona de educación. Es la educación que llamamos no formal, porque no está estrictamente en el ámbito y en el horario lectivo, pero sí que puede tener valor curricular. Ahora mismo, con el taller de teatro pretendíamos muchas cosas, una de ellas trabajar el lenguaje y, por otro lado, manifestar emociones. Por un lado, tenemos muchas culturas que convergen y una manera de potenciar la expresión oral es a través del teatro. Y por otro lado, aprender a expresar las emociones también forma parte de la educación.

¿Hay alguna anécdota de alguno de los niños y niñas que reciben beca de Educo?

Anécdota no porque no es puntual, pero yo sé que cuando reciben la beca se ponen contentísimos, incluso los niños casi más que la familia, porque saben que no solo se quedan a comer, sino que participan en este espacio de relación. No significa solo tener un plato en la mesa, sino tener la tranquilidad de no tener que ir para arriba, para abajo y poder quedarte con tus amigos.

¿Cómo se podría garantizar el derecho a la alimentación de la infancia?

El comedor debería ser un servicio universal, como la salud. No podemos estar dando migajas. Es un bien, es un derecho, es una necesidad. El comedor tendría que estar incorporado en el centro. No tendría que ser una beca o una ayuda, tendría que ser como la salud, porque de hecho forma parte de salud.

¿Quieres mandar algún mensaje a las personas que colaboran con Educo?

Me gustaría agradecer la ayuda de Educo, además de en la alimentación, en lo que es toda la formación de las personas que trabajan en el espacio de comedor. Hablo de educación en todos los ámbitos y en todos los aspectos, tanto el académico como el personal. Educo nos ayuda a comprometernos con una educación global y tener puesta la mirada en la persona.
 
Ayúdanos a conseguir un millón de comidas antes de que cabe el año.

Becas comedor , España , Malnutrición , Pobreza infantil

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