A menudo, las largas distancias que los niños deben recorrer en África para ir al colegio son la principal causa de abandono escolar. En
Malí, la creación de
comedores en los centros por parte de Educo ha actuado como un elemento para asegurar la
escolarización de muchos pequeños que viven en zonas alejadas.
Este es el caso de las escuelas de Djibougou y Mamouroula, situadas en la zona rural de Bako, en la periferia del municipio de Ségou. Ambos colegios tienen en común que acogen a niños de las aldeas vecinas, muchos de los cuales
tienen que recorrer a pie diariamente hasta siete quilómetros para acudir a clase, y que presentan unos
elevados niveles de malnutrición infantil, fruto de la situación de pobreza reinante.
Por ello, estos dos centros fueron los seleccionados en una primera fase por Educo para implantar el
proyecto de mejora del acceso a la educación primaria y de lucha contra el abandono escolar en las diferentes comunidades de la zona de Bako: Samafoulala, Farako, Digani y Baguinda, donde se ubican quince de los colegios con los que trabajamos en la región de Ségou.
La estrategia ha consistido en la
habilitación de comedores escolares para que los niños puedan tomar un almuerzo completo en la escuela al mediodía y no tengan que desplazarse a sus casas, lo que implicaba que muchos de ellos ya no volvían por la tarde o, incluso, acababan abandonando los estudios por cansancio y desmotivación. Además de contribuir a aumentar los niveles de permanencia y acceso a la escuela, el proyecto también mejora la nutrición de los más pequeños.
Pautas de higiene
Estos comedores están gestionados por los comités de gestión escolar, órganos en los que participan miembros de la comunidad educativa, entre ellos padres y madres de los alumnos. Su implantacion ha ido acompañada de la creación de huertos en los centros, que proporcionan verduras y hortalizas frescas.
En el caso del comedor de la escuela de Mamouroula, se ocupan tres mujeres de la comunidad que, además de cocinar, se encargan de recolectar alimentos del huerto (tomates, patatas, repollos, pimientos, legumbres, quimbombós…) y de comprar el resto de productos, una vez a la semana, en el mercado local de la vecina Souban.
Fatou Sacko, que tiene una hija pequeña estudiando en el centro, es la responsable del comedor. Cada día prepara la comida para los
208 alumnos, no sin antes asegurarse que todos ellos se han lavado correctamente las manos para evitar infecciones.
Fatou se muestra feliz con los resultados : «
El comedor ha comportado que más niños vengan a clase y se sientan más motivados y ha evitado que muchos abandonen la escuela. También les asegura una alimentación correcta y ayuda a las economías familiares».
- Fatou Sacko prepara cada día la comida para los 208 alumnos de la escuela de Mamouroula
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