Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático y la degradación ecológica, amenazan la vida de todos los niños, niñas y adolescentes. Garantizar el derecho a entornos saludables para niños y niñas debe ser una prioridad, pero ¿qué se considera un entorno saludable?, ¿cómo conseguirlo? En este post te contamos todos los detalles.
Entre los derechos del niño y de la niña encontramos el derecho a un entorno saludable, que tiene como elemento fundamental la educación medioambiental. Según datos de la Unesco más de 1,7 millones de niños menores de 5 años mueren cada año debido a la contaminación del aire y el agua, a la exposición a sustancias tóxicas, así como a otros daños al medioambiente.
Un entorno saludable para niños y niñas, por lo tanto, es aquel en el que tienen acceso a agua potable y saneamiento y no están expuestos a la contaminación o a sustancias tóxicas. Pero el concepto de entorno saludable va más allá y afecta a la escuela, al hogar en el que vive el niño o la niña y la comunidad en la que se relaciona. En este sentido, es fundamental aportar entornos seguros en la escuela (libres de acoso escolar, por ejemplo) y en el entorno familiar (por ejemplo, mediante las medidas de higiene y desinfección y mediante la protección de las embarazadas frente al humo del tabaco.
Actualmente existen diversos riesgos para la salud de los niños y de las niñas y que afectan a su desarrollo y ponen en riesgo la existencia de entornos saludables. Podemos detallar los siguientes en base a la información de Naciones Unidas:
Amenazas medioambientales. La degradación del medioambiente es uno de los principales riesgos para los niños y niñas. Según datos de la OMS decenas de miles de contaminantes circulan por el agua, el aire, el suelo o los alimentos. Todos estos contaminantes tienen un efecto negativo en la salud de los niños y de las niñas. Además, debemos considerar también la eliminación inadecuada de residuos domésticos industriales o médicos. Por otro lado, las emisiones de gases de efecto invernadero tienen como consecuencia el cambio climático que está produciendo fenómenos como incendios, olas de calor, sequía o aumentos de la temperatura. Todos estos fenómenos son una amenaza para la infancia.
Obesidad y enfermedades. La obesidad infantil es uno de los problemas más importantes de la actualidad y ha aumentado durante los últimos años. Según datos de la OMS en base a 23 estudios realizados en América Latina la exposición a la publicidad estaba asociada a la preferencia y compra de alimentos no saludables por las familias y los niños con sobrepeso y obesidad.
Violencia, conflictos. Otras dos grandes amenazas para la existencia de entornos saludables son la violencia y los conflictos. La OMS destaca que los traumatismos debidos al tránsito son la principal causa de mortalidad en la población de 5 a 29 años y que cada año más de 1000 millones de niños y adolescentes están expuestos a violencia. Por otro lado, millones de personas se desplazan o están desplazándose cada año debido a conflictos en sus países de origen, entre ellos muchos niños y niñas. Las guerras y los conflictos armados tienen efectos devastadores en los niños como la muerte, la violencia sexual, el reclutamiento de niños soldado o los traumas físicos y mentales.
Para garantizar entornos saludables para niños y niñas se pueden tomar medidas desde tres puntos de vista:
El hogar en el que viven los niños y niñas. En los hogares se puede optar por utilizar combustibles que no sean contaminantes a la hora de cocinar y de calentar la casa. También es importante mantener la casa en buenas condiciones de limpieza y evitar las plagas de insectos, así como eliminar materiales de construcción que contaminen. También es importante que los padres y madres enseñen a los hijos a adquirir hábitos saludables como una alimentación sana y equilibrada o la práctica de deporte de forma asidua. En este sentido, es necesario proteger a los niños y niñas de prácticas como el trabajo infantil, el matrimonio infantil o la mutilación genital femenina. La mutilación genital femenina se sigue practicando en algunos países de África, Oriente Medio y Asia y se han dado casos en América Central y del Sur. La forma de evitarla es la educación y la concienciación.
En el entorno escolar. En la escuela los niños y niñas deben tener acceso agua potable y saneamiento, así como a medidas de higiene. Además, las escuelas deben ser lugares seguros. Por otro lado, la educación es fundamental para que los niños y niñas salgan de la pobreza. En la escuela también se pueden promover hábitos saludables al igual que en los hogares, a través de menús saludables en el comedor escolar.
Por parte de los gobiernos de cada país. En manos de los gobiernos de cada país está crear leyes que protejan a la infancia y contribuyan a crear entornos saludables para niños y niñas. Por ejemplo, se puede potenciar el uso del transporte público sostenible, la eliminación de residuos de forma controlada y segura, la prohibición del trabajo infantil o del uso de productos químicos peligrosos.
En Educo trabajamos para garantizar entornos saludables para niños y niñas. Por ejemplo, en Guatemala, en el municipio de San Pedro Jocopilas del departamento de Quiché, la población no tiene acceso a agua segura, la desnutrición crónica afecta casi al 50% de los niños y niñas de entre 3 y 5 años y la violencia y el maltrato a niños y niñas son recurrentes. En este lugar trabajamos en un proyecto para la reducción de la desnutrición crónica y la mejora de los hábitos de higiene.
En definitiva, todos tenemos en nuestra mano proteger a niños y niñas y garantizarles entornos saludables para un desarrollo físico e intelectual adecuado.
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