El mayor fracaso como humanidad es hacerles ver la guerra a los niños y las niñas desde su altura, con sus ojos. ¿Con qué legitimidad les podemos decir que los conflictos se resuelven de forma no violenta? ¿Cómo les vamos a poder enseñar que la violencia no es el camino?
La escuela debe ser el espacio donde niños y niñas se sientan seguros, protegidos. En ninguna circunstancia las escuelas deben ser atacadas ni ser usadas para otra finalidad que no sea aprender y convivir. Lamentablemente parece que a lo largo de la historia no hemos aprendido nada, y continúa siendo necesario recordar que, frente a la violencia, no hay buenos ni malos, ni vencedores ni vencidos. Frente a la violencia todos salimos perdiendo. Y los que más los niños y las niñas, que no tienen absolutamente ninguna responsabilidad.
Por eso, desde Educo pedimos que se ponga fin a todos los ataques a la población en todos los lugares del mundo, las personas deben poder vivir en paz, que ya es suficientemente difícil. Los niños y las niñas tienen derecho a tener una infancia libre de peligros, crecer al lado de su familia, tener las necesidades básicas cubiertas, jugar, estudiar.
Según datos del Gobierno del pasado mes de abril, 134.000 personas están llegando a España, y de ellas casi 50.000 son menores de 18 años. Huyen de la guerra, huyen del horror. Familias enteras de refugiados que buscan un lugar tranquilo donde sus hijos puedan crecer en paz. Y ante esta realidad, nuestra oenegé no quiere quedarse de brazos cruzados.
A través de cuarenta organizaciones socias desplegadas por todo el territorio español, estamos detectando las necesidades actuales y futuras de la infancia ucraniana. Más de 7.000 niños y niñas refugiados ya están escolarizados en escuelas de primaria. A estos niños y niñas recién llegados, a través de las peticiones del propio colegio de acogida, los apoyamos entregándoles el material escolar que necesitan (cuadernos, estuches, lápices, bolis, colores, libros de texto, equipamiento escolar como batas o chándales, apoyo económico para excursiones, etc.) y/o a través de la propia Beca comedor, para que al menos en la escuela, puedan tener una comida sana y nutritiva al día.
Pero ahora que finaliza el curso, también los vamos a apoyar con la Beca comedor verano, con la que estos niños y niñas podrán disfrutar de campamentos urbanos o colonias en las que se incluye una comida sana y nutritiva al día, incluso muchas veces, desayuno y merienda. Queremos que, como todos los niños y niñas del mundo, su única preocupación u ocupación sea jugar, como debe ser, y sobre todo durante el verano.
También trabajamos con la Dirección General de Infancia y Adolescencia de la Generalitat de Catalunya para que las niñas y niños refugiados utilicen una aplicación en los dispositivos móviles que identifique posibles situaciones de desprotección. Esperamos poder extender esta aplicación a otras comunidades autónomas.
Actualmente ya hemos repartido 65 becas comedor curso para los niños y niñas refugiados de Ucrania en nueve comunidades autónomas y este verano, hasta la fecha, hemos recibido más de 55 solicitudes de Becas comedor verano, con las que podremos regalar a estos niños y niñas refugiados un verano fresco, divertido y reparador. Si contamos con tu ayuda, seguro que pueden ser muchos más.
Derechos de imagen: Dani Catalán / Educo- Giovanni Diffidenti / Educo / Weworld
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