Todos recordamos a algún profesor o profesora que no solo nos enseñó matemáticas, lengua o historia, sino que dejó una huella especial por su dedicación y por el lazo emocional que creó con nosotros. Los docentes además de cumplir una labor pedagógica, también tiene un papel muy importante en la protección de la infancia, una responsabilidad que va más allá del aula.
Cada 5 de octubre se celebra el Día Mundial de los Docentes para reconocer la importancia de la labor que realizan estos profesionales de la educación y en la protección de niños y niñas. En Educo apostamos por una educación de calidad y los docentes son una parte muy importante tanto en el aprendizaje como en la creación de un entorno educativo seguro y protector. En este artículo, vamos a profundizar en el papel de los docentes y en cómo su labor es esencial para que los niños y niñas crezcan sanos.
Los docentes son personas que están muy cerca de los niños y niñas cada día y pueden realizar muchas acciones para proteger a los más pequeños de diversos riesgos y conseguir que se sientan seguros para aprender y divertirse en la escuela.
Uno de los aportes más importantes que pueden hacer los docentes es crear un entorno educativo seguro donde los niños y niñas se sientan protegidos, respetados y escuchados. Para ello, el profesorado debe trabajar, junto con otros profesionales, para asegurar que las aulas y los espacios comunes de la escuela (el patio, el gimnasio y el comedor, entre otros) sean lugares en los que no haya riesgos para los alumnos y alumnas.
Para generar este entorno seguro, los docentes pueden actuar de diversas formas:
1. Establecer normas claras en el aula que promuevan el respeto, la igualdad y la cooperación.
2. Fomentar la empatía y otras habilidades sociales, para ayudar a los alumnos y alumnas a comprender y gestionar sus emociones (rabia, enfado, tristeza) de manera adecuada.
3. Crear un espacio inclusivo donde todos los estudiantes, independientemente de su origen, cultura, religión o habilidades, se sientan valorados y aceptados.
4. Promover la participación activa de los estudiantes en la vida escolar, dándoles voz y voto en la toma de decisiones que les afectan.
Uno de los aspectos más delicados del trabajo docente en relación con la protección de la infancia es la detección y prevención de situaciones de riesgo. Debido a su contacto diario y directo con los estudiantes, los docentes están en una posición privilegiada para notar cualquier cambio en el comportamiento o el rendimiento académico que pueda indicar una situación problemática (acoso escolar, maltrato o violencia, por ejemplo), ya sea en el ámbito escolar o familiar.
Algunas de las señales que el profesorado puede analizar son las siguientes:
Cambios repentinos en el comportamiento del alumno o alumna, como aislamiento, tristeza, agresividad o falta de interés en las actividades escolares.
Disminución en el rendimiento académico sin causa aparente.
Señales físicas de maltrato como heridas o hematomas sin explicación.
La protección de la infancia no es una tarea que pueda recaer solo en los docentes. Es necesario que exista una colaboración estrecha entre todas las personas que forman parte del entorno del niño:
Directivos y equipo docente de la escuela.
Otros profesionales como psicólogos infantiles o trabajadores sociales.
Familiares de los niños o niñas.
Los docentes pueden enseñar al alumnado sus derechos como niños y niñas en base a la Convención sobre los Derechos del Niño. Para ello, se pueden realizar diversas acciones como:
- Impartir clases sobre los derechos de los niños y niñas, adecuadas a la edad de los estudiantes.
- Incorporar debates y actividades que permitan al alumnado reflexionar sobre situaciones de vulnerabilidad y cómo protegerse. Se pueden utilizar cuentos sobre los que luego se genere un debate en clase, por ejemplo.
- Enseñar a los niños y niñas a reconocer situaciones que atenten contra su seguridad y bienestar, tanto dentro como fuera del entorno escolar. Esto les ayudará a entrar en acción cuanto antes.
Participar de forma regular en talleres y cursos específicos sobre la protección de menores.
Formarse en primeros auxilios psicológicos, para saber cómo actuar ante situaciones de urgencia de un alumno o alumna.
Estar al día en protocolos de denuncia y actuación en caso de detectar una situación de acoso, abuso o violencia.
Actualmente, la protección de la infancia no se limita a los espacios físicos, sino también a los entornos digitales. Los docentes tienen la responsabilidad de enseñar a sus alumnos y alumnas como utilizar de forma segura Internet y las redes sociales, ayudándoles a identificar y evitar riesgos como el ciberacoso, la exposición a contenido inapropiado o el contacto con personas desconocidas.
Para lograrlo pueden Impartir charlas sobre los peligros que existen en el entorno digital y desarrollar guías para que las familias también se involucren en la seguridad digital de los niños y niñas en casa. En definitiva, es un trabajo conjunto para que la escuela sea un espacio de seguridad y aprendizaje. Si tú también quieres que todos los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad que les proteja y les ayude a salir de la pobreza, colabora con nuestra ONG Educo
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