Existe la teoría de que todos somos artistas o tenemos un talento innato. Lo único que tenemos que hacer es buscarlo. Otra teoría respalda la idea de que solo algunos nacen con un talento extraordinario y superior a la media.
Aunque sean ideas opuestas, ambas teorías están de acuerdo en que hay que desarrollar el talento a través de la práctica, la persistencia y los buenos maestros.
Detrás de Wolfgang Amadeus Mozart, Susan Polgar y Albert Einstein, por ejemplo, había profesores y padres que ayudaron a fomentar, en estos casos, su interés por la música, el ajedrez o la ciencia. Las artes plásticas, el teatro y la música son fuentes inagotables de diversión, colaboración y creación. Pero también lo son las matemáticas, el deporte y la ciencia.
Potenciar y fomentar los intereses naturales de nuestros hijos ayudará a desarrollar su entusiasmo y su pasión, dos de los ingredientes de la felicidad.
Cómo detectar y ayudar a nuestros pequeños a potenciar sus habilidades, intereses y talentos
Si tu hijo muestra claros signos de talento, tienes la mitad del camino hecho. Ya conoces lo que le llama la atención, le despierta interés y no tienes que estar recordándole qué tiene que practicar. Ya lo hace él solito y encantado. Si este es tu caso, como padre,
procura alimentar su entusiasmo y darle las herramientas que necesita para seguir aprendiendo y desarrollando su área de interés.
Estudios recientes confirman que
el entusiasmo es contagioso. La socióloga americana, Harriet Zuckerman, descubrió que la mitad de los ganadores de premios Nobel estudiaron y trabajaron al lado de otros premios Nobel: personas entusiastas, brillantes y competitivas. Esto sin duda, alimentó el interés y la atracción natural que sentían.
Albert Einstein por ejemplo, sentía pasión por las matemáticas y la física desde niño pero fue reforzada y fomentada por su padre, su tío y Max Talmud, amigo de la familia y la persona que le prestaba libros a un pequeño Albert de 11 años.
Si los niños reciben atención y halagos por algo que hacen bien, se sentirán motivados a seguir haciéndolo y si persisten,
el cerebro acaba creando una sinapsis que asocia placer con la actividad que están desarrollando.
Si tu hijo aún no ha descubierto una habilidad, un interés o talento, no hay motivo para pensar que no los tiene.
El talento, en algunos niños, a veces se esconde o se disfraza detrás de raudales de energía, charlatanería, insistencia por ordenar y clasificar, despiste o incluso en soñar despiertos.
Aquí van algunas claves de cómo detectar esos talentos innatos que esconden.
Niños que no paran
Si tu hijo habla mucho, lejos de regañarle, habría que considerar si es un pequeño escritor, periodista, maestro o juez en ciernes y enfocar esa supuesta “charlatanería” en algo positivo.
Una de las maneras de
redirigir su afán por la palabra es ayudarle a elaborar sus propias historias, fomentar su amor por la lectura y por el debate. Motívale a escribir cuentos, grabar sus ideas o pensamientos, redactar cartas a familiares y a amigos y a leer. Mientras que es importante fomentar su desarrollo lingüístico,
procura enseñarle también a escuchar.
Soñando Despiertos
Si tu hija tiene una imaginación desbordante, se despista con facilidad, habla sola y se le da bien resolver problemas de manera creativa,
quizás estemos delante de una futura artista. Lo ideal es fomentarlo dándole el material que necesita: pinturas, lápices, cuadernos, marionetas, instrumentos musicales e incluso actividades científicas para los más pequeños.
Una buena idea es llevarla a museos, obras de teatro y conciertos. También podrías organizar una tarde de teatro en casa o lectura de cuentos con familia y amigos como espectadores.
Pasión por cómo funcionan las cosas
Si tu hijo es de los que les gusta colocar y ordenar sus juguetes en grupos, clasificarlos por color o tamaño, quizás se esconda un pequeño analista, investigador o matemático.
Estos niños suelen buscar patrones y prestan mucha atención a los detalles. Si aun es demasiado pequeño para hacer ejercicios matemáticos o un experimento científico, por ejemplo, puedes
ayudar a desarrollar su inclinación por el pensamiento analítico, motivándole a hacer preguntas y dejándole ordenar objetos en casa como la vajilla, los cubiertos, sartenes o libros. Busca recipientes o
recicla cajas o pequeños muebles donde pueda ir colocando conchas, piedras o juguetes.
Amor por las máquinas
Si a tu hijo le fascinan las máquinas y cómo funcionan las cosas, si les ves toqueteando botones o sacándole las tripas a un mando a distancia, seguramente tenga
una inclinación natural hacia la ingeniería, arquitectura o a convertirse en inventor. Estos niños aprenden mejor relacionando lo visual con lo espacial y son muy buenos observando sistemas simples y complejos a gran escala. Además de jugar con bloques de madera y pequeños sets de construcción, visita con él, un taller de mecánica o carpintería en el barrio y haz una tarde divertida yendo a ver exposiciones de inventos o arquitectura.
Recuerda, tu objetivo no es convertir a tus pequeños en niños prodigio o albergar la esperanza de que algún día participen en las Olimpíadas o sean ganadores de un Premio Nobel.
Tu labor es ayudarle a encontrar aquello que le apasiona y le produce satisfacción. Como decía Confucio: "Si amas lo que haces, no trabajarás un solo día de tu vida."
Derechos de Imágenes:
Steve Jurvetson,
Lotzman Katzman
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Está bien lo haré con mis hijatos jeje