¿Sabes que 1 de cada 5 niñas en el mundo se casa antes de cumplir los 18 años? Una realidad desgarradora que les arrebata la infancia y pone en peligro su salud física y emocional y que ocurre principalmente por culpa de la pobreza. Pero, ¿podemos evitar estas situaciones? ¿De qué forma se puede empoderar a las niñas para lograr la igualdad? En este post analizamos el tema.
El empoderamiento de las niñas es clave para cambiar este panorama y asegurar un futuro donde la igualdad de género sea una realidad que no esté solo sobre el papel. A través de la educación, las niñas no solo adquieren conocimientos académicos, sino que también desarrollan habilidades que les permiten tomar decisiones informadas sobre su vida y su futuro.
En Educo estamos convencidos de que la educación es la herramienta más eficaz para empoderar a las niñas y transformar sus vidas, dándoles la oportunidad de escapar del ciclo de pobreza, evitar el matrimonio infantil y construir un futuro de igualdad real.
La educación tiene un efecto transformador en la vida de las niñas. Un ejemplo real es el de Hanna, una niña de la región de Bicol, en Filipinas, que trabajaba con sus padres cuando era muy pequeña, atendiendo un puesto de comida. Con el apoyo de nuestra ONG ayudamos a la familia de Hanna y se liberó del trabajo. Desde ese momento pudo dedicarse solo a estudiar y no ha vuelto a trabajar. Tiene el sueño de convertirse en abogada.
El caso de Hanna demuestra que la educación no solo desarrolla las capacidades intelectuales de las niñas, sino que también les permite tomar el control de sus decisiones y acceder a oportunidades que, de otro modo, estarían fuera de su alcance.
Las niñas que reciben educación tienen más oportunidades laborales, contribuyen de manera significativa al desarrollo de sus comunidades y, lo más importante, rompen el ciclo de pobreza en el que muchas de ellas están atrapadas. Además, la educación no solo empodera a las niñas en términos económicos, sino también a nivel personal, dándoles las herramientas para tomar decisiones sobre su salud, su vida familiar y su papel en la sociedad en la que viven.
En todo el mundo hay 160 millones de niños y niñas víctimas de trabajo y explotación infantil y casi la mitad sufren esclavitud o son reclutados de forma forzosa para conflictos armados. Otro de los grandes problemas que afecta a las niñas y que las aleja de la escuela es el matrimonio infantil. Según datos de Unicef solo en África, actualmente, hay 125 millones de niñas que han sido obligadas a casarse antes de cumplir 18 años. Esta cifra podría aumentar hasta los 310 millones en 2050.
Proteger a las niñas frente a estas dos situaciones es fundamental y se pueden tomar medidas como las siguientes:
Sensibilizar a los niños y a los hombres para que apoyen el bienestar de las niñas. Es necesaria una formación específica ya que, en muchas ocasiones, existen costumbres muy arraigadas.
Informar a las niñas sobre sus derechos en base a la Convención de los Derechos del Niño.
Proteger la salud de las niñas. Según el estudio My body is my own, elaborado por State of World Population, solo el 55% de las niñas y mujeres pueden tomar sus propias decisiones sobre el sexo, la anticoncepción y la atención de la salud. Esto supone que haya muchos casos de embarazos de niñas que se ven obligadas a abandonar la escuela. La información y la protección son fundamentales para evitar estos casos.
Crear referentes femeninos para que las niñas tengan a personas a las que admirar y sean conscientes de que es posible alcanzar metas con la educación.
En Educo, queremos contribuir a que todas las niñas puedan acceder a una educación de calidad y que estén protegidas de prácticas abusivas como el trabajo infantil y el matrimonio forzado. Para ello hemos creado las Becas Ella para que niñas de entre 12 y 17 años de familias que sufren dificultades económicas puedan terminar la educación secundaria en países como Bangladesh, El Salvador, Guatemala y Burkina Faso. La beca cubre los gastos de escolarización durante un año.
Para que el empoderamiento de las niñas sea una realidad son importantes dos aspectos:
1. Que existan unas políticas públicas que protejan los derechos de las niñas y garanticen su acceso a la educación. Los gobiernos deben adoptar medidas que aseguren que todas las niñas, independientemente de su lugar de origen o situación económica, puedan acceder a una educación de calidad y crecer en un entorno libre de violencia.
2. Que el entorno de las niñas apoye su educación y protección. Toda la comunidad, padres familiares, líderes comunitarios, tiene un papel relevante en estos aspectos y pueden cambiar una realidad que afecta a millones de niñas en todo el mundo, tal y como hemos visto.
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